15.4.10

AGUAS, RIOS Y PUEBLOS.

La escasez del recurso, factor de graves conflictos en diversas regiones del mundo, señala
Cuestionan mercantilización del agua; es un bien precioso que debe llegar a todos: Samuel Ruiz

Defiende Ramón Aguirre aumento de tarifas del GDF; es parte de la solución al abasto, sostiene
Angélica Enciso L.

Periódico La Jornada
Jueves 15 de abril de 2010, p. 41

El agua es un bien común, insustituible, que el modo de producción ha transformado en mercancía, como lo ha hecho con muchas cosas, incluso las más sagradas, sostuvo Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas. Ahora sólo tienen derechos quienes pueden pagar y son consumidores, apuntó en su participación en la mesa El derecho humano al agua potable.

Acompañado de Pedro Arrojo –premio Goldman 2003–; la senadora Rosario Ibarra; Martha Delgado, secretaria de Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal (GDF), y Ramón Aguirre, director de Aguas del GDF, el obispo sostuvo que en el mundo hay 50 conflictos por falta de agua, y 40 por ciento de la población mundial vive en 250 cuencas pluviales.

Entre esos conflictos mencionó los de las cuencas del Tigris y el Éufrates, que están entre Turquía, Siria e Irak, así como la del río Jordán, entre Siria, Palestina, Israel, Jordania y Líbano.

Se debe, dijo, rescatar el sentido originario del agua, la cual, al igual que la vida, no debe ser mercancía. “Hay una carrera frenética entre trasnacionales por privatizar el agua (…) Se ha logrado reducir el derecho humano al agua, en una necesidad que puede satisfacer el mercado”, advirtió.

Ante decenas de asistentes, en el Centro Cultural Tlatelolco, Pedro Arrojo dijo que en la cuenta de los mil 100 millones de personas que carecen de agua, y en las 10 mil personas que cada día mueren a causa de su carencia, "no se contabilizan los millones que utilizan agua contaminada, ni las malformaciones genéticas y abortos".

Sostuvo que actualmente la clave en la situación del agua en el mundo no reside en la escasez, sino en la calidad, ya que los acuíferos y los cauces están contaminados. "Donde antes había agua limpia, hoy se envenenan y enferman." Aseveró que existen tres grandes crisis, que son la pérdida de sustentabilidad de las áreas acuáticas, la inequidad y la pobreza y la gobernanza de los sistemas de agua y saneamiento.

Luego de estos expositores, que destacaron el derecho humano al agua, Ramón Aguirre defendió el incremento en las tarifas del servicio de suministro del líquido y buscó establecer parámetros en los que el agua puede ser un derecho y cuándo una mercancía, ya que, dijo, hay instalaciones comerciales que utilizan el líquido como insumo y deben pagar por él.

Consideró que "es claro que el precio del agua incide en la solución", y dijo que con el aumento en las tarifas del Distrito Federal se busca que el agua alcance para todos, además de que aquí el manejo del líquido es muy costoso. "El agua es un derecho y una corresponsabilidad", y en la urbe se consume una tercera parte más de lo que debería ser en comparación con otras ciudades, señaló.

Martha Delgado se refirió a que si existen como derecho humano la alimentación y la educación, el agua, que es esencial para la vida, también tendría que serlo. A su vez, la senadora Rosario Ibarra hizo un recuento de las actuales luchas por defensa del agua que se libran en México, y mencionó los casos de La Parota, en Guerrero, y El Zapotillo, en Jalisco.
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