4.2.08

Pequeño cayó al agua y eso lo llevó a un coma.

Pequeño cayó al agua y eso lo llevó a un coma, dicen padres; médicos esperan análisis culpan al río Santiago por agonía de un niño; El titular de la Secretaría de Salud atribuye mal estado del menor a un golpe.

Vanesa Robles, Publico (2/2/2008)

A Miguel Ángel le gustaba visitar el río. Era su sitio preferido: no todos los niños de ocho años tienen un río para jugar a unos pasos de casa. Y a unos pasos de la casa de Miguel Ángel, en el fraccionamiento La Azucena, de El Salto, había uno ancho, caudaloso… envenenado: el Santiago. Ayer, el niño yacía en el Hospital General de Occidente (HGO), en el barrio de Zoquipan. Su familia cree que el 25 de enero el chico cayó a las aguas turbias. Las autoridades responden que es probable que consumiera drogas.¿Y cómo saberlo? Miguel Ángel López Rocha se encuentra en estado de coma, con muy malos pronósticos.El sábado 26 de enero, a las tres de la tarde, Miguel Ángel llegó delirante al Zoquipan, en una ambulancia. Un día antes, su madre, María del Carmen Rocha, lo encontró sentado en su propio excremento. Las siguientes 24 horas, la diarrea se repitió 20 veces, a las que se sumaron 20 episodios de vómito, según el director del hospital público, Enrique Rábago Solorio.A través del teléfono, María del Carmen relata que, cuando vieron los primeros exámenes de sangre de su hijo, los médicos del HGO le dijeron que el plasma está contaminado con metales pesados. El esposo de María del Carmen, Raúl Luna, intenta narrar el mismo hecho en el piso tres del hospital, pero lo interrumpe la pediatra encargada, María Teresa Martínez: “No. Lo que dijimos fue que no sabemos el diagnóstico y que haríamos otras pruebas”. Las otras pruebas estarán listas la próxima semana.El jefe de la pediatra, Enrique Rábago, admite que quizá Miguel Ángel tuvo contacto con las aguas del Santiago, pero, añade, por las primeras entrevistas a la familia se presume que el niño convivía con infantes adictos y es probable que se haya intoxicado por el consumo de algún derivado del opio. Y el jefe de Enrique Rábago, el secretario de Salud de Jalisco, Alfonso Gutiérrez Carranza, declaró ayer que la mala salud del niño se debe a un traumatismo en el cráneo y a un edema.La respuesta de Alfonso Gutiérrez está en el rango de lo esperado. Varias veces el servidor ha desestimado la posibilidad de que el río Santiago mate a los habitantes de El Salto y Juanacatlán, aunque un estudio que realizó la Comisión Estatal del Agua arrojó que en sus primeros cien kilómetros el caudal recibe por lo menos 80 descargas de aguas crudas con excremento y desechos industriales: arsénico, plomo, mercurio.Por cierto, la palabra traumatismo no figura en el caso de Miguel Ángel; en cambio, se sabe es víctima de una terrible septicemia, una infección generalizada del organismo y una inflamación cerebral que se ha ido agravando. Y María del Carmen niega que su hijo consumiera enervantes.La realidad, asegura, es que los médicos del Zoquipan fueron testigos de que, en los últimos momentos de conciencia, Miguel Ángel les dijo que se cayó al río.Al río que es un descubrimiento nuevo para María del Carmen y Raúl Luna. En 2006, cuando Raúl, vigilante en una corporación privada, ajustó sus puntos para un crédito del Infonavit, se convenció de que las apretadas viviendas de La Azucena cumplían los requisitos de sus sueños. Nunca se le ocurrió preguntar si pasaba un río cerca de la casa que eligió para su esposa y los cuatro hijos de la familia. Los promotores de la constructora Galaxia Bonito Jalisco tampoco mencionaron un río.Visité La Azucena en el verano de 2007. El fraccionamiento está sobre una parte baja, en los linderos del oriente del Santiago, por lo cual algunos albañiles levantaban un muro de tierra que retuviera el torrente. Enrique Enciso, activista del organismo Un Salto de Vida, comentó, con boca de profeta, que en cualquier momento el río se desbordaría y sus aguas de muerte inundarían la colonia o, peor, un niño caería al agua y el bordo impediría su rescate.El muro impidió además que María del Carmen y Raúl vieran lo que tenían a tres pasos de su casa nueva; en cambio, Miguel Ángel descubrió pronto al Santiago, con la curiosidad de sus ocho años. La madre del niño dice que durante meses la familia se asfixió con la pestilencia, pero todos pensaban que el hedor provenía del drenaje.Apenas hace 22 días el niño invitó emocionado al esposo de su madre: “¡La laguna tiene patos!”. Raúl Luna descubrió que no era una laguna, sino un río de aguas negras. Se preocupó, pero no tanto. ¿Qué tan sucio podría estar?Quizá, en su coma, Miguel Ángel también sueña que juega a la orilla de un río limpio.Entubar el caudal, la solución para la SSJPara las autoridades municipales y estatales, la principal vía para solucionar los graves problemas ambientales y sociales en El Salto pasa por entubar o desviar al río Santiago, más que por sanearlo, medida que ha sido criticada por organizaciones ecologistas. El secretario de Salud, Alfonso Gutiérrez Carranza, insistió en este plan, pues “el problema va a existir mientras el río exista ahí, tienen que entubarlo”.Incluso, consideró que este plan debe realizarse antes de hacer tareas de saneamiento del río. Después reconoció que las autoridades “tenemos un pendiente” con las poblaciones de El Salto y Juanacatlán. Afirmó que “hay que trabajar más en este tema” con los alcaldes de ambos municipios, pues le informaron “que existen personas que están utilizando esa agua para riego, para unas hortalizas o cultivos, no conozco cuáles, pero a mí me interesa más la salud de los jaliscienses: si ese riego no está generando problemas, hay que quitarlo”.Por separado, el alcalde de El Salto, Joel González Díaz, dijo que el municipio espera que se abran las licitaciones para instalar “a la brevedad” las plantas de tratamiento para el río, plan que “nos ayudaría en la cuenca El Ahogado”, además de “un proyecto que vamos a presentar al gobierno del estado para que se lleve a cabo un saneamiento” del afluente, lo que se tiene que hacer “paulatinamente”.Insistió en desviar el cauce del río en la cabecera municipal para que la contaminación “no caiga a la cascada, ayudaría a evitar los malos olores”, medida que, según dijo, no “está en el ámbito municipal”. Sobre el plan de desviar el cauce, explicó que lo han consultado con las organizaciones” ambientalistas de El Salto, “y esperamos que con el apoyo de la Federación y del estado se pueda llevar a cabo”.Guadalajara/Jesús Estrada Cortes

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