Las aguas negras de la ciudad contaminan 300% arriba de lo permitido.
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Foto: Público
28-Febrero-08
Convertir al río Santiago en un cuerpo de agua tipo C, para “protección de vida acuática”, en vez de su actual clasificación, tipo A, de “agua para uso de riego agrícola”, sólo llevará a encarecer las sanciones por contaminar si no se logra un cambio drástico en la calidad de las descargas residuales que actualmente recibe.
Hoy, la corriente fluvial, en el tramo que va de la presa Corona a la descarga del río San Juan de Dios, es uno de los cuerpos de agua más contaminados del país. Y si bien el agua de los desechos de las industrias de los corredores industriales de Ocotlán y El Salto cumple de forma ajustada con los parámetros de descarga a un cuerpo receptor tipo A, sus volúmenes son cuantiosos y podrían ascender a 50 litros por segundo.
A esto hay que agregar cerca de mil litros por segundo de aguas negras de la cuenca El Ahogado, las cuales están 300 por ciento más contaminadas de lo que permite la Norma Oficial Mexicana 001-ECOL-1996. El parámetro más disparado es el de demanda bioquímica de oxígeno (DBO): la cantidad de oxígeno que requiere consumir un cuerpo de agua para integrar la materia orgánica que recibe (esa materia es el componente esencial de las aguas negras).
Esta situación revela el tamaño del desafío, pues a mediados de este año se pretende reclasificar la corriente superficial, que pasará de agua de calidad de riego a agua para vida acuática, lo que establecerá parámetros mucho más exigentes en la calidad de las descargas residuales, advierte el director del Organismo de Cuenca Lerma Santiago Pacífico de la Comisión Nacional del Agua (CNA), Raúl Antonio Iglesias Benítez.
El problema es que si se reclasifica el río, pero no se hace nada para mejorar la calidad de las descargas, las aguas negras entrarán casi 1,400 por ciento más contaminadas de lo que permite la NOM en demanda bioquímica de oxígeno para cuerpos de agua tipo C. Y en el caso de las industrias, el cumplimiento ajustado de la actualidad pasaría a incumplimientos de 100 a 200 por ciento por arriba de la norma. El proceso, entonces, sólo serviría para encarecer las sanciones por contaminar, sin eliminar los altos riesgos para los moradores humanos de sus orillas.
Iglesias Benítez habla del trabajo de la CNA para asegurar la calidad de las descargas residuales. “En el caso del corredor industrial de El Salto hay todo un sistema de colectores para llevar las aguas a la planta de tratamiento de residuos industriales; esa planta la maneja la Comisión Estatal del Agua; hay también empresas que tienen su planta particular, hay otras empresas que se unieron para esta planta de tratamiento general, y no debe haber más de cinco que descargan directo al cuerpo receptor, dadas de alta con nosotros”.
—¿Pagan por lo que descargan?
—No, estarían pagando si se pasaran de las condiciones particulares de descarga que les fijamos; ahorita cumplen con lo que indica un cuerpo receptor tipo A, según nuestro monitoreo.
El funcionario dice que, en términos generales, las industrias tienen algunas violaciones “mínimas”, no mayores a 10 por ciento del volumen máximo permitido, en contraste con el enorme volumen de aguas residuales municipales, totalmente fuera de norma, en dos o tres tantos según sea el parámetro.
—¿O sea, el problema de calidad del agua que tenemos en la cuenca es básicamente por los coliformes, por los suspendidos sólidos?
—Que si sumas ambos te dan una altísima demanda bioquímica de oxígeno, o sea, el oxígeno necesario para oxidar estos sólidos…
—¿La planta de tratamiento de los industriales en El Salto está trabajando óptimamente?
—Está trabajando regular; óptimo sería si estuviera muy por abajo en los parámetros; digamos que de los 150 de DBO máximo saliera en 100, y no, anda sobre los 150, cumpliendo sobre el límite máximo, apenas.
El proceso para convertir el Santiago en cuerpo receptor tipo C ya empezó. A finales de este año se correrán los avisos entre los usuarios; entonces deberán mejorar sus tratamientos, porque, por citar un caso, el DBO máximo bajará de 150 a 30 miligramos por litro: 80 por ciento menos. Nadie en la cuenca cumple ese parámetro.
Guadalajara•Agustín del Castillo
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