7.4.13

PRESA EL ZAPOTILLO...

El Zapotillo, posible intercambio geopolítico entre Jalisco y Guanajuato, afirma experto

• Especialistas piden transparentar red de distribucio?n del agua que recolectara? la presa
El gasto público se enfoca principalmente a la construcción de nueva infraestructrura, pero no al mantenimiento de la red de agua existente. foto La Jornada Jalisco
El gasto público se enfoca principalmente a la construcción de nueva infraestructrura, pero no al mantenimiento de la red de agua existente. foto La Jornada Jalisco
Mauricio Ferrer.- El problema de abastecimiento de agua en la zona conurbada de Guadalajara no se soluciona sólo con la construcción de presas como El Zapotillo, en la región Altos de Jalisco, el gobierno estatal debe plantear un conjunto de políticas y programas orientado a mejorar el uso y la distribución del recurso natural, coincidieron los especialistas del Centro de Investigación y Formación Social (CIFS) del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Heliodoro Ochoa García y Carlos Peralta Varela.
Detrás de la discusión en torno a la presa El Zapotillo –que de concretarse inundaría los pueblos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo en la región Altos de la entidad–, el asunto de fondo es crear una nueva política de la gestión integral del agua en el estado y desechar tal proyecto, según Ochoa.
Los académicos recordaron que en el pasado los asentamientos humanos se establecían en zonas en las que existían suficientes recursos naturales y fuentes de agua.
Desde finales de la década de los setenta, el 22% del volumen total de agua suministrada a Guadalajara provenía de fuentes subterráneas cercanas, lo que representaba un bajo costo, pues las profundidades para el bombeo eran medias y el recurso no requería un tratamiento para limpiarlo.
Pero hoy, describieron, la escasez de recursos y la creación de grandes ciudades han provocado que el agua sea buscada en puntos más distantes a los centros de población. Incluso desde 1984 estaba prevista la construcción de un colector para sanear el río Santiago y hasta ahora no existe, añadieron.
Ochoa y Peralta agregaron que ahora el gasto público se enfoca principalmente en la construcción de nueva infraestructura en lugar de orientarlo al mantenimiento y a la renovación de las fuentes de agua más cercanas, para así aprovecharlas mejor.
Heliodoro Ochoa Hernández, coordinador del Programa Ecología Política del CIFS, detalló que las autoridades pueden hacer más eficientes las fuentes existentes de agua. Un ejemplo, según el experto: el canal de Atequiza, que nace en la cortina de la presa Corona, en el municipio de Chapala y corre por el río Santiago.
Si ese canal se entubara, ya que hoy corre a cielo abierto, se reduciría la pérdida de agua que ahí se da, explicó con el académico.
Sobre El Zapotillo, hoy en medio de una polémica porque el gobierno estatal ha declarado que será la federación la que decida el futuro de esta obra, el experto en gestión social del agua señaló que las autoridades no han aclarado cómo se manejará el agua ni tampoco si la presa garantizará el abasto de agua potable a las comunidades que no cuentan con ella en la zona metropolitana ni en otros lugares de Jalisco.
“Sabemos que la tubería vendrá desde la presa El Zapotillo y llegará a la entrada de Guadalajara, pero no conocemos el proyecto de entubamiento y de infraestructura para su distribución en la metrópoli”, dijo Ochoa y consideró además que el proyecto sobre la operación de la presa debería transparentarse a la opinión pública.
En Gobernanza y gestión del agua en el Occidente de México, publicación coordinada por Heliodoro Ochoa, éste recuerda cómo la modificación al proyecto original de embalse de El Zapotillo recrudeció la ya delicada relación entre el gobierno y los pueblos afectados.
En el libro, Ochoa establece que El Zapotillo representa “un verdadero proyecto de triangulación de espacios geopolíticos”, ya que, en primer lugar, atiende a una iniciativa del gobierno federal y el de Guanajuato, sobre aguas que nacen en Jalisco.
“Esta relación geopolítica a través del agua asoma una añeja disputa entre Jalisco y Guanajuato para conseguir trasvases de las presas de Guanajuato para el lago de Chapala; quizá con El Zapotillo, en manos de Jalisco, se busca equilibrar la relación de poder entre estos dos estados”, establece el investigador del ITESO en la publicación.
Ochoa añade en el documento el rechazo de los pueblos afectados por El Zapotillo, que perderían sus tierras y su patrimonio, y concluye que “los expertos que promueven estos proyectos se encierran en sus espacios de actuación, marginando a los afectados y a la ciudadanía en general en la búsqueda de alternativas más democráticas”.
Otras preguntas que las autoridades deben responder, según Ochoa y Peralta, corresponden al impacto económico, social y de soberanía alimentaria que dejará la presa El Zapotillo en la región y en la entidad, considerado como una de los primeras productoras agropecuarios a nivel nacional.
En un corto plazo, de acuerdo con los investigadores, podría surgir un conflicto social entre los usuarios del agua en la zona de los Altos y los operadores de la presa, y en el que intervendrían las autoridades estatales y federales.
“Es la zona más importante de Jalisco en producción de alimentos. No dejarán morir tanto ganado ni permitirán que se pierda el empleo de más un millón y medio de personas”, dijo Ochoa.
Los universitarios concluyeron con una serie de propuestas que los gobiernos deberían tomar en cuenta: el manejo integral de cuencas, inversión para la protección de las fuentes de abastecimiento actuales, sanciones a quien invada tierras federales, ordenamiento y mantenimiento de acuíferos, la construcción de acueductos para un mejor abastecimiento en Los Altos, la solución a las fallas del sistema de almacenamiento y distribución de agua potable, el reúso de aguas tratadas, la recolección de agua de lluvia, el saneamiento; cambio en los modelos agrícolas, y el desarrollo regional para que los habitantes no tengan que migrar a las urbes.

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