9.10.08

LIBERTAD NO MIEDO

Empresas y corporaciones van trazando un perfil de quiénes somos, qué hacemos, con quién nos juntamos, qué pensamos, qué leemos. El dejar la intimidad en un rincón pequeñito, porque todo lo demás se sabe y se conoce, es la base de la construcción de estados donde el derecho a la libertad de culto, la libertad de expresión, el libre tránsito, el derecho a la intimidad, y cualquier persona se dará cuenta que estos son derechos humanos consagrados en la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", están en riesgo.
"Libertad, basta de miedo, no nos vigilen"
En momentos donde la vigilancia global se expande, un amplio movimiento de activistas y organizaciones hacen un llamado para unirse en una jornada contra la vigilancia y el control social por parte de gobiernos y empresas. El 11 de octubre de 2008, se tomarán las calles en diversos paises de europa bajo el lema "Libertad, No Miedo 2008". En varias capitales del mundo se desarrollarán actos pacíficos y creativos, desde marchas de protesta a demostraciones artísticas y fiestas. Gobiernos y empresas registran, vigilan y controlan exhaustivamente, y cada vez más, nuestro comportamiento. No importa lo que hagamos, a quien llamemos por teléfono, con quien hablemos, donde vamos, quienes sean nuestros amigos, cuales nuestros intereses, o en qué grupos participemos, "el hermano mayor" cada vez sabe más y más de nosotros mismos. La Agencia de Noticias Biodiversidadla dialogó con Beatriz Busaniche, activista de la Fundación Vía Libre, sobre el avance de la vigilancia global que está íntimamente relacionada al uso de las tecnologías, sus alcances a nivel latinoamericano y de la importancia de que los movimientos sociales comiencen a trabajar esta realidad en sus organizaciones.
- ¿De qué se trata el Día Internacional de Acción "Libertad No Miedo, ¡Detengan la vigilancia global!"[1]?
Es un tema que a los movimientos sociales debería empezar a preocuparlos mucho, y que lamentablemente no está en la agenda de discusión pública. Este es un día que surge en Europa, la primera iniciativa creo que fue de los alemanes, que empezaron a llamar la atención para decir "hagamos algo, mostrémosle a los políticos que estamos dispuestos a salir a la calle para defender nuestra libertad". ¿Por qué surge en Europa?, ¿por qué tiene un contrapeso importante en los EEUU?, justamente porque es en la Unión Europea donde se están llevando a cabo los principales experimentos de vigilancia social. Cuando hablamos de vigilancia social nos referimos a hoy día. Siempre hubo vigilancia, siempre estuvo el policía parado en la esquina, siempre estos sistemas de seguridad y de control sobre los que históricamente ha escrito Michel Foucault en casi toda su obra, pero hoy día, todos esos sistemas de vigilancia están hiper-potenciados por las nuevas tecnologías.
Tenés ciudades como Londres que es la ciudad más vigilada del planeta, con cámaras de sistemas de circuito cerrado de televisión. Una persona de Londres hoy día sale a la calle para hacer su vida normal, ir a su laburo, buscar a los chicos a la escuela, hacer sus compras, pasear, ir al teatro o lo que fuera, y durante esa jornada va a ser filmado por lo menos 300 veces por cámaras callejeras. Esto pasa en grandes ciudades como Barcelona, París, y se está expandiendo, pero no es sólo la vigilancia callejera, sino también los datos que se recopilan de nuestra vida cotidiana. Desde lo que se junta de datos de las tarjetas de crédito a los sistemas de puntaje cuando vamos a comprar un libro, donde claramente guardan qué libro leemos y van trazando un perfil de quiénes somos a partir de nuestras lecturas. En los EEUU las bibliotecas públicas, por la "ley patriótica", están obligadas a guardar un registro de qué lee cada persona que va a sacar un libro a una biblioteca pública. Esto ayuda a que los gobiernos y las corporaciones construyan un perfil.
Hoy con las tecnologías, ni hablemos de la potencialidad que tiene un monstruo como Google de armar nuestro perfil, de saber qué buscamos en internet, de monitorear nuestro correo electrónico, de tener almacenadas nuestras fotos, de tener nuestras experiencias de vida que escribimos en un blog. El tema es que así, empresas y corporaciones van trazando un perfil de quiénes somos, qué hacemos, con quién nos juntamos, qué pensamos, qué leemos. Y esto que hoy a mucha gente le parece natural, es la violación total de la vida privada. El dejar la intimidad en un rincón pequeñito, porque todo lo demás se sabe y se conoce, es la base de la construcción de estados donde el derecho a la libertad de culto, la libertad de expresión, el libre tránsito, el derecho a la intimidad, y cualquier persona se dará cuenta que estos son derechos humanos consagrados en la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", están en riesgo.
El problema es que trazan un perfil con dos metas importantes. Una es vendernos cosas, pasar a ser de ciudadanos a compradores, por lo tanto todo esto, que "las corporaciones hacen por nosotros", son vicios para "mejorar nuestra satisfacción de cliente". Es decir, ofrecernos antes eso que seguramente vamos a querer comprar, porque ya saben qué leemos, saben qué películas nos gustan, ya saben qué marca de ropa usamos, ya saben qué comemos en el supermercado, "nos solucionan la vida haciéndonos más fáciles las compras", y lo que está detrás, más allá, más profundo, es la doctrina de la seguridad, instalada de manera atroz, después de los atentados del 11 de septiembre contra las torres gemelas, los atentados en el subte londinense, los atentados en Atocha, en Madrid.
En nuestros países, en América Latina tenemos la versión vernácula de la construcción del miedo a partir del secuestro del hijo de Blumberg, a partir de los medios de comunicación que construyen esta idea del miedo, esta idea de "no salgas a la calle", "no hables con tu vecino", "un extraño puede ser un enemigo".
- Justamente sobre la situación en Argentina, donde se habla mucho de que "crece la inseguridad", permanentemente nos inculcan que hay que tener miedo, ¿cómo ves esta realidad?
En Argentina hay que ser un lector crítico de los medios de comunicación. No vamos a decir que no existen crímenes, no vamos a decir que no existen delitos, no vamos a decir que no existen los asaltos a los colectiveros por ejemplo. Hay que observar cómo los medios instalan un tema y lo machacan, y lo machacan, y lo machacan hasta que crean la idea de que eso realmente nos está atormentando como sociedad y que la sociedad ya es un mundo donde no se puede vivir, entonces hay que recluirse a la individualidad. Hagamos una lectura rápida de los medios y fijate cómo el "top" de noticias es "asalto a colectiveros", y todos los días hay un asalto híper-violento a colectiveros, como en algún momento fueron los "secuestros express", los secuestros extorsivos, y así los medios están construyendo un estado de cosas en el cual la propia gente pide que la vigilen, porque se construye un escenario de miedo, y esto tiene un parangón en Argentina.
La cara más visible del asunto es el "no ingeniero" Blumberg, ese señor que se posicionó como paladín de la seguridad, y que después se supo quién era, quiénes estaban detrás, pero el daño ya estaba hecho, la gente movilizándose con velas pidiendo más vigilancia, realmente es un tema muy serio. En el sitio de Vía Libre[2], cuando publicamos la noticia de esta jornada global, alguien nos decía "van a contramano de lo que la gente pide", están yendo a contramano de lo que la gente está reclamando públicamente, como que nosotros pidiendo "libertad, basta de miedo, no nos vigilen" vamos en contra de la conciencia colectiva que pide más seguridad, más vigilancia, más monitoreo, y demás. En realidad lo que la gente no se está dando cuenta es que es muy peligroso perder libertades por una pseudo seguridad. Y este tipo de implementación de políticas de más vigilancia está probadamente fallido.
En Londres por ejemplo, que es la ciudad más vigilada del mundo, la que tiene más tasa de cámaras de vigilancia por habitantes del planeta, solamente el 3% de los crímenes que se han resuelto, han tenido alguna pista a través de las cámaras. La realidad es que estos sistemas cuestan millones y millones no sólo en dinero, sino que además cuestan en libertades civiles y en derechos que se pierden para ofrecer una solución que no es tal. Más vigilancia no garantiza seguridad. La seguridad se garantiza desde otro lugar, con políticas sociales integrales, con más educación, sacando a los chicos de la droga, del paco cuando caen a los diez años, hay cantidades de medidas de base que son estructurales que ayudan a parar el delito y no criminalizar a todo el mundo, vigilarnos a todos. En definitiva lo que hacen es desrevertir la carga de la prueba, es decir "todos son sospechosos".
- Se avanza hacia la construcción de una sociedad que como dice "yo no tengo nada que esconder", cede absolutamente su libertad.
Ese es el punto estratégico, un punto clave. Aquellos que dicen "yo no tengo nada que ocultar", "yo no soy un delincuente", "a mi no me importa que me vigilen si yo no hago nada malo", es la típica muletilla del clase media "bien pensante" que se preocupa por la seguridad de la sociedad. Realmente es patético eso. Eso es una de las cosas más graves que se dice, porque es suponer que nunca va a haber algo que uno tenga que denunciar. Por ejemplo, una de las cosas que a mí más me preocupa, es cómo los periodistas entran en esta lógica, como los periodistas no se dan cuenta, que son los periodistas los primeros que van a ser afectados, porque el día que tengan una fuente que necesite anonimato para denunciarles un caso de corrupción, no van a tener más esa posibilidad de tener una fuente anónima para hacer una investigación periodística, porque el anonimato está en vías de extinción, y el anonimato es la base de la libertad de expresión. El problema es que no se ve claramente cuáles son las consecuencias que tienen sobre la libertad de la gente estas medidas. Para eso es que desde Europa, en prácticamente todas las ciudades grandes, van a haber acciones este sábado próximo, el 11 de octubre. En América Latina vamos a tener pocas actividades porque también es un tema que es difícil de trabajar, hay pocas organizaciones movilizadas en este tema, sí vamos a tener alguna acción en Buenos Aires. Lo bueno es que justo en esas fechas es el Foro Social de las Américas en Guatemala, donde va a haber cantidad de movimientos sociales y donde también se está armando una actividad referida al alerta, que creo que eso nos va a servir para llamar la atención a los movimientos sociales, a los movimientos por los derechos humanos, los movimientos que ya están luchando por ejemplo contra la criminalización de la protesta social. Esto es una pata más del asunto. La idea es llamar la atención y empezar a por lo menos, como mínimo discutir esta doctrina de la vigilancia global que está cada vez más profunda.
- Este avance de la vigilancia que vivimos en forma cotidiana está muy relacionado también con el uso que hacemos de las tecnologías. Hoy la gente entrega gratuitamente toda su información personal.
Y además de una forma totalmente irresponsable, porque estos servicios como "Facebook", como todas estas cosas que se han puesto de moda ahora, de redes sociales. Lo que uno ve, es que cada tanto llegan, a todos los que usamos correo electrónico nos ha pasado, invitaciones de que "fulanito te quiere invitar a Facebook", ¿eso qué significa?, que "fulanito" le dio a Facebook mis datos sin haberme consultado, no sólo se es irresponsable con el dato propio sino que se es totalmente irresponsable con un dato ajeno. Y no estamos viendo que eso es un tema serio. Estos sistemas lo que te piden es tu usuario de correo y tu clave y lo que hacen es chupar toda tu base de contactos. Eso es absolutamente irresponsable. Por favor, llamo a la gente que a que deje de hacer eso. Si quieren regalar sus datos que los regalen, pero no los míos, los tuyos y los de la gente que nos preocupamos y no queremos eso. Esta cuestión de naturalizarlo y si no estás en Facebook no existís, entonces "yo no existo" por ahora. Es muy grave, porque se entregan un montón de datos y se está entregando, como decía Enrique Chaparro dando una charla[3] sobre este mismo tema, "se está entregando muy barato algo que nos ha costado muy caro", que es la libertad y el derecho a la intimidad. Lo estamos regalando a cambio de nada, a cambio de absolutamente nada, cosas que para nosotros deben ser valiosas como lo son nuestros datos personales, y además estamos contribuyendo a construir un estado de vigilancia generalizado, un panóptico como diría Foucault[4], en el cual honestamente no creo que esté bueno vivir.

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