JALISCO REALIZA ESFUERZOS CONTRA LA CONTAMINACION DEL RIO SANTIAGO
La contaminación afecta a las localidades de El Salto, Juanacatlán, Puente Grande y Tololotlán
22 de Septiembre de 2008
Ante la indiferencia e inacción de las autoridades para resolver de fondo el problema de contaminación que padecen al menos cuatro comunidades por el paso del Río Santiago, los pobladores se están organizando para evitar más daños. Graciela González, habitante de El Salto, aseguró que después de una intensa historia de denuncias, manifestaciones y confrontaciones con dependencias gubernamentales, están convencidos de que la lucha será de largo aliento, por lo que luego de una serie de reuniones han determinado documentar el tipo y fuente de descargas contaminantes que llegan hasta el Santiago. “Hemos considerado que la lucha es de largo aliento, que no es un asunto mediático, que no es un asunto que nos vaya a llevar unos pocos años, hemos entendido que es un problema que se ha generado a lo largo de nuestra triste historia y que necesariamente las acciones que vamos a tener que realizar estarán pensadas en función de un largo tiempo. “En ese sentido, lo primero que vale mucho, será reconocernos dentro de las comunidades. Los estragos son día a día y el temor a morir es permanente. Sigue la desesperación, porque no hemos tenido todavía los recursos humanos para acercarnos a toda la población afectada”, explicó. El Santiago es uno de los ríos más contaminados del país, que afecta a la localidades de El Salto, Juanacatlán, Puente Grande y Tololotlán por la alta carga de contaminantes tóxicos que arrastra. Graciela González adelantó que la primera acción será toda una campaña de difusión organizada entre los mismos pobladores, para luego arrancar con censos y así determinar exactamente cuánta gente está enferma por vivir tan cerca del Santiago, donde en la época de estiaje los olores son insoportables al igual que la proliferación de mosquitos. Aunque la Secretaría de Salud Jalisco recientemente sostuvo que los niveles de metales pesados entre los lugareños está dentro de parámetros normales, subrayó que ante la falta de creencia, realizarán sus propias muestras. El promedio de vida en estas comunidades afectadas, en la mayoría de los casos, no logra superar los 60 años. “El pleito no es con la masa o con lo difuso, la contaminación empezará ahora a tener nombre y apellido. Cada uno de los tipos de contaminación y responsables tienen un peso, en este sentido, la gente está comenzando a documentar de forma localizada cualquier tipo de descarga, estamos recabando toda esa evidencia. Ya no dejaremos el trabajo a las autoridades. Antes creíamos que era chamba del gobierno, pero ya no”.
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