Grupo Saba decidió entregar la fábrica a los trabajadores
Huelga textilera en Ocotlán se acerca a su final
Después de poco más de cuatro años de huelga en la empresa textil Industrias Ocotlán, los trabajadores y el Grupo Saba, dueño de la firma, finalmente alcanzaron un acuerdo. Los empresarios decidieron entregar las instalaciones y maquinarias del inmueble a los obreros, quienes analizan formar una cooperativa para ser ellos quienes echen a andar de nueva cuenta la fábrica.
Grupo Saba tenía dos posibilidades para dar por terminado el conflicto laboral. El primero consistía en liquidar a los trabajadores y el segundo era entregarles las instalaciones de la fábrica.
“Tiene dos salidas, o nos dejan las instalaciones o nos dan un pago digno, yo no voy a aceptar una liquidación miserable. Yo he visto la disponibilidad de la patronal para dejarnos las instalaciones. Ellos ya no tienen empresas de giro textil, entonces una liquidación digna, estoy hablando de mínimo 200 millones de pesos, que tendrán que soltar. ¿Cuándo lo van a hacer? Nunca”, dijo Felipe Velázquez Hernández, secretario general de la sección ocho del Sindicato de Trabajadores Textiles.
Señaló que en mayo de 2010, el Grupo Saba decidió entregar las instalaciones a los trabajadores para así dar por terminado el conflicto laboral. Ante esta decisión, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje pidió que se hiciera un inventario de todo lo que hubiera en la empresa, además del inmueble y del terreno, el cual presenta un avance de 80 por ciento, y así tener un avaluó total de la compañía.
“Nos pidió la cuantificación de los trabajadores, a cuántos les corresponde 100 por ciento” de indemnización “y cuánto les correspondería de acuerdo con el valor de la empresa” para terminar el conflicto, y ahora “tendremos que celebrar una asamblea general para informarle a los trabajadores sobre el valor de la empresa, la cuantificación de los trabajadores y el porcentaje que le correspondería a cada trabajador”.
Los mismos trabajadores decidirán qué se hará con la empresa. En caso de decidir que los nuevos dueños echaran a andar la fábrica, formarían una cooperativa y buscarían apoyos a través de programas federales para conseguir recursos que ayuden en el arranque. Por otra parte, hay trabajadores que no quieren arrancar la cooperativa por desconfianza, por ya obtener dinero o porque algunos ya están pensionados.
“¿Queremos una liquidación digna? Tendremos que” apostarle a “los apoyos del gobierno federal y ponerla a funcionar para que la empresa pueda valer bien. ¿Queremos una liquidación miserable? Pues hay que venderla así como está”, dijo Velázquez.
El gobierno estatal se ha comprometido a apoyar a los empleados en caso de que se reactive la fabricación. El 6 de abril de este año, el gobernador Emilio González visitó las instalaciones y se comprometió a que cuando se vendieran los primeros productos a alguna distribuidora importante de textiles, el Ejecutivo apoyaría económicamente a la empresa.
Claves
Historia del conflicto
• Los problemas iniciaron en 2006, cuando la empresa solicitó un préstamo de 117 mdp a Scotiabank, poniendo como fideicomiso de garantía a los terrenos de la fábrica.
• A inicios de 2007, Grupo Saba dejó de pagar prestaciones, vales de despensa y en marzo no pagó los salarios a casi 460 trabajadores. Después, omitió el pago a la CFE y fue cortada la luz eléctrica.
• El sindicato recomendó a los trabajadores iniciar una demanda con emplazamiento de huelga. “No queríamos llegar a ese término de huelga, queríamos que fuera una demanda colectiva por violaciones al contrato [...] ellos insistieron, nos fuimos a la huelga”, dijo Felipe Velázquez.
• La huelga estalló el 7 de mayo de 2007. “A los 15 días fue el secretario general del comité nacional a dar un mensaje y se nos dijo que los terrenos son de un banco, que no vamos a disponer de ellos jamás”.
• Los trabajadores descubrieron que lo que decía la patronal sobre los terrenos era mentira, pues sólo se utilizaron como garantía, pero no indicaba que el banco sería el dueño.
• La patronal ofrecía pagar 45 días de liquidación, cuando la ley marca 90 días, y 12 días como antigüedad, con 2 salarios mínimos, cuando el contrato ley especifica que las prestaciones e indemnizaciones serán pagadas según las últimas cuatro semanas trabajadas. La huelga siguió.
• Velázquez dijo que cuando ingresó como secretario general del sindicato, recibió un ofrecimiento del Comité Nacional por 10 mdp, a lo que, dijo, no aceptó, pues “no voy a lucrar con los siete compañeros fallecidos, con los matrimonios separados por este conflicto laboral”.
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