4.3.10

Los transgénicos nos roban el futuro. Evitar antecedentes


Sin maíz no hay humanidad, según afirmó el director del grupo ETC.





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La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) está “contaminada transgénicamente” por su cercanía con las semilleras internaciones, y eso se puede considerar una “tragedia” para la humanidad.

Así se expresó ayer en Guadaljara Pat Mooney, premio Nobel Alternativo y director ejecutivo del Grupo ETC, en las actividades paralelas a la Conferencia sobre Biotecnologías Agrícolas en los países en Desarrollo.

Mooney recordó que en los últimos meses unas 1500 organizaciones sociales de todo el mundo le enviaron una carta al Secretariado General de la FAO para advertir sobre el “crimen de lesa humanidad” que vive México con los cultivos de maíz transgénico, y la respuesta que obtuvieron fue que no era posible intervenir en un “asunto nacional”.

“Y después, la FAO viene a México, aquí a Guadalajara y realiza una conferencia sobre la biotecnología en cultivos”, se lamentó el activista. Además de eso, vale recordar que el organismo mundial impidió la participación en las conferencias de organizaciones mexicanas como la Unión Nacional De Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA).

En su intervención, Mooney habló además de las crisis mundiales como una oportunidad para las grandes industrias, las consecuencias de las llamadas Asociaciones Público-Privadas y la tendencia al monopolio entre las corporaciones transnacionales del sector.

“A lo largo de los últimos 35 años, después de la última gran crisis alimentaria, lo que ocurrió fue que pasamos de alrededor de 7000 diferentes empresas semilleras en el mundo, que abastecían de semillas a los agricultores, a sólo cuatro empresas que controlan más de la mitad del mercado mundial de semillas”, graficó el especialista.

Las diez empresas más grandes controlan dos tercios del mercado mundial de semillas comerciales y las firmas químicas más importantes pasaron de 65 a nueve, que hoy controlan el 90% del mercado mundial de pesticidas, según Money. “Y del mismo modo, las grandes empresas se han apropiado del mercado de la medicina veterinaria y del mercado de la genética del ganado”, agregó.

Las soluciones planteadas originalmente para llegar a esta situación no fueron tales. “¿Han notado ustedes cuán exitosas han sido las empresas? En 1996 había 400 millones de hambrientos en todo el mundo. El año pasado, durante la última cumbre sobre alimentación, se contabilizaban mil millones de hambrientos en el planeta”, ironizó el director del Grupo ETC.

Para Mooney, si los campesinos mexicanos pierden la batalla que están librando en defensa del maíz las consecuencias serán fatales, “Si ustedes pierden la batalla en el centro de origen del maíz, entonces perderemos los centros de origen de la diversidad agrícola en todo el mundo. No podemos ganar si ustedes pierden. Ustedes no sólo están luchando en defensa del maíz, no sólo están luchando contra Monsanto. Están luchando contra los nuevos “amos de la biomasa” y contra los nuevos controles que ellos proponen sobre las nuevas tecnologías. Todos dependemos de ustedes”, concluyó.

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