Edomex. Hay experiencias mundiales de restauración de afluentes en igual o peor estado El Lerma aún es susceptible de ser salvado: especialista La baja calidad del agua impide su uso tanto industrial como agrícola. Para mejorar, cada municipio tendría que contar con una planta tratadora.

Las mejoras sustanciales podrían tardar entre cinco y seis años. Foto: Luis Jorge Gallegos/Archivo

	22-Noviembre-08
	La baja calidad del agua del río Lerma impide su uso tanto industrial como agrícola, sobre todo en la zona centro del Estado de México, donde se concentra 90 por ciento de la contaminación y sólo pueden sobrevivir las bacterias y el lirio acuático.  Pedro Ávila, integrante del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), aseguró que aun cuando el río está prácticamente muerto, aún puede ser rescatado. Dijo que hay experiencias mundiales de ríos en igual o peor estado que salieron adelante.  Aunque advirtió que las mejoras sustanciales podrían tardar entre cinco y seis años porque cada municipio debe contar con al menos una planta tratadora de aguas, mantenerla en funcionamiento los 365 días del año y que los gobiernos federal, estatal y municipales aseguren recursos para el saneamiento.  Además, falta perfeccionar los trabajos que lleva a cabo Reciclagua porque, a pesar de que ha ayudado mucho a mejorar la calidad del agua en cuanto a presencia de metales pesados, afecta otros porque le falta cumplir más normas ecológicas, como es la demanda química de oxígeno, que impide la vida en el cauce.  Acotó que si las autoridades de medio ambiente se concentraran especialmente en la zona central del río y resolvieran los problemas que hay en estos 25 kilómetros, prácticamente tendrían resuelto 90 por ciento del problema, pues el nivel de contaminación de los 25 kilómetros restantes es menor.  “Las descargas que presentan las mayores concentraciones elementales en la materia suspendida hacia el curso alto del río Lerma son afluentes provenientes de la ciudad de Toluca, San Mateo Atenco, Lerma y Tenango en época de estiaje, mientras que durante las lluvias corresponde a los de los ríos Santa Catarina, San Lorenzo y Tejalpa.  “Las zonas con mayor riesgo que requieren acciones urgentes para el control de la contaminación y saneamiento del río son la zona comprendida entre el arroyo Mezapa y la carretera México-Naucalpan; casi 25 kilómetros del río”, explicó.  Como parte de la investigación denominada “La contaminación en el curso alto del río Lerma”, Ávila señaló que la calidad del agua del cauce se ha deteriorado a niveles alarmantes en las últimas décadas por el ingreso de aguas industriales y urbanas no tratadas que han provocado el aumento de la materia orgánica a niveles de 120 miligramos por litro y 400 de materia orgánica químicamente degradable.