1. Guadalajara, sede de los XVI Juegos Panamericanos, es la segunda metrópolis mexicana con cerca de cinco millones de habitantes, pero también es el escenario de una profunda crisis social, reflejo fiel de lo que acontece en todo el país. Los principales males sociales que asolan a 113 millones de mexicanos son la violencia, la corrupción y la pobreza, resultado de un proceso de acumulación capitalista salvaje basado en la privatización de lo público y de la intensiva explotación de la fuerza de trabajo.
2. México sigue siendo devastado en todos los órdenes de la vida social por un capitalismo neoliberal depredador cuyos orígenes se remontan a principios de los años ochenta durante el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), que se profundiza especialmente con el régimen de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), y continuará con los gobierno sexenales de Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox y Felipe Calderón. Los tres primeros representan al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los dos últimos al Partido de Acción Nacional (PAN). Hoy día podemos decir que la oligarquía que gobierna este país es representada fielmente por el PRI y por el PAN sin distingo alguno.
3. La economía nacional tiene tres décadas perdidas dado el crecimiento prácticamente nulo, lo que ha generado un desempleo y subempleo de más del 50 por ciento de una población económicamente activa estimada al año 2010 en 47 millones de personas. Es decir, estamos hablando de una cantidad de cerca de 25 millones de mexicanos que no tienen empleo permanente y remunerado adecuadamente, incluyendo cerca de 7 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan (los llamados “ninis”), quienes son presa fácil del crimen organizado incorporándose como sicarios. La ausencia de un futuro digno –en lo laboral y educativo– para la juventud urbana y rural es un problema terrible dentro de la profunda crisis sistémica del México actual.
La mayoría de los trabajadores y de las trabajadoras se encuentra en la indefensión laboral y en la sobreexplotación bajo contratos de protección a los capitales locales y foráneos. La dinámica del capitalismo salvaje, conocido como neoliberalismo, ha generado una pobreza social que alcanza, según algunos especialistas, un 75% de la población total. Es decir que 85 millones de la población en México se encuentran en condiciones de pobreza y la mitad de ellos sobrevive en la indigencia, es por eso que millones de hombres y mujeres del campo y la ciudad emigran forzosamente a los Estados Unidos a buscar trabajo, encontrando explotación, discriminación, humillación y en muchos casos la muerte. El país está sumido en una profunda crisis económica política y social, intensificada por la crisis mundial, pero fundamentalmente como resultado de la desigual distribución de la riqueza, que nos ha llevado por un lado a que millones de personas nada tengan, y por otro a que una minoría oligárquica acumule a diestra y siniestra, cuyo mejor representante es el hombre más rico del mundo, llamado Carlos Slim, cuya fortuna se calcula en 74 mil millones de dólares.
A la enorme cantidad de problemas sociales debemos añadir la creciente y terrible violencia que azota al país (50 mil muertos en la “guerra contra el narco”), producto de una acumulación de capital fincada en el narcotráfico, y la política “belicista” en contra de los poderosos cárteles llevada a cabo por el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón. A este gobierno se le imponen políticas de “seguridad nacional” desde los Estados Unidos; además, vivimos un estado de violencia contra la población: feminicidio, asesinatos de jóvenes y de gentes inocentes que inmediatamente se les incrimina haciéndolos aparecer ante la opinión pública como parte del crimen organizado, presos y presas, desaparecidos y desaparecidas por motivos políticos. A todo esto debemos agregar la creciente corrupción en todos los niveles del gobierno y la impunidad que siempre le acompaña.
4. Nuestro estado no es ajeno a este contexto. Jalisco –quinto en extensión y cuarto en producción económica en el país, con 7 millones 357 mil habitantes, cuya capital es Guadalajara– está gobernado actualmente por Emilio González Márquez del PAN. Acción Nacional es el partido representativo de la derecha confesional, cuya postración al poder de la Iglesia ha sido demostrada de sobra. La entidad jalisciense ya no se distingue solamente por ser la tierra del mariachi y del tequila, porque desde hace casi tres sexenios ha estado gobernada por este partido político ultraconservador que ha sido y es peor que los anteriores gobiernos priístas, ahora lo que nos distingue es el elevadísimo nivel de corrupción, cinismo, ineptitud, y de despilfarro del erario con el abierto ataque a los derechos humanos, laborales y especialmente los derechos sexuales y reproductivos de las y los jaliscienses. Estos abusos son la constante en perjuicio del pueblo, especialmente del pueblo trabajador, de las mujeres y de los homosexuales.
Jalisco reproduce una marcada desigualdad social, pues según datos oficiales, casi el 80 por ciento de sus pobladores vive con carencias sociales en educación, salud, seguridad, social, calidad y espacios de la vivienda, y acceso a la alimentación. En los últimos 20 años, los avances reales en materia ambiental que ha tenido Jalisco quedan opacados por el deterioro que desnuda con claridad un desarrollo capitalista especulativo y depredador: 142 por ciento más autos, 54 por ciento más basura, 45 por ciento más fertilizante químico en tierras de cultivo.
5. El área metropolitana está conformada por 8 municipios; todos ellos, en mayor o menor medida, reproducen lacerantes contradicciones sociales en la que coexiste el bienestar social de una minoría poblacional pudiente y una mayoría hundida en la pobreza.
El proceso de crecimiento metropolitano es absolutamente caótico, pues el gobierno está sometido al capital inmobiliario quien es el verdadero planificador del proceso de urbanización. La ausencia de planeación territorial es consecuencia lógica de la imposición del mercado en general, y en particular del mercado inmobiliario. Usos del suelo desordenados, carencia de transporte público rápido y eficiente, y una cuantiosa inversión para el transporte particular contribuyen a una expansión urbana totalmente anárquica. Los gobiernos locales hacen caso omiso de los problemas ambientales. De igual manera se puede mencionar la creciente devastación de la fauna silvestre y los bosques periféricos por la voracidad del capital inmobiliario para sus desarrollos de vivienda, que además se construyen en áreas de alto riesgo de inundaciones en las épocas de temporal de lluvias.
Los Juegos Panamericanos a realizarse a partir del 14 de octubre han devorado miles de millones de pesos del erario jalisciense y federal, que significa una enorme deuda social del pueblo, el cual se quedará sin los beneficios materiales del equipamiento e infraestructura, pues seguirá padeciendo los graves y endémicos problemas de la falta de seguridad social (violencia, especialmente contra las mujeres, y delincuencia), pésimo transporte público, carencia de áreas verdes, recreativas y de equipamiento colectivo médico-asistencial, educativo, cultural, deportivo, y de servicios públicos y de infraestructura metropolitana.
Estos Juegos tienen un propósito absolutamente mercantilista y de jugosos contratos inmobiliarios, sin importar la degradación ecológica, recuérdese que la Villa Panamericana (900 millones de pesos) está construida en una zona de recarga acuífera (El Bajío). No obstante las crecientes necesidades sociales de la población metropolitana y jalisciense en materia de salud pública, educativa, cultural, habitacional, ambiental, los gobiernos locales derrochan miles de millones de pesos en una escenografía deportiva que oculta la verdadera realidad económica, social y política local. La promoción de la vivienda popular o de interés social y la atención de necesidades sociales prioritarias de municipios y regiones del estado, fueron sacrificadas por el gobernador Emilio González Márquez para sacar adelante los Juegos. Casi tres mil millones de pesos fueron destinados a un evento que no es necesario para el bienestar del pueblo jalisciense.
Y para no quedarse atrás el alcalde priista de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, so pretexto de los Juegos está realizando una “limpia social” en el centro histórico de la ciudad, desalojando trabajadores y trabajadoras sexuales, limpiaparabrisas, vendedores y vendedoras ambulantes, hombres y mujeres en general que hacen de la calle su espacio de trabajo y de vida. El gobierno municipal intenta esconder la pobreza maquillando una ciudad donde la degradación social y el deterioro urbano es el verdadero rostro citadino.
La zona metropolitana de Guadalajara, con una economía basada históricamente en el comercio y después en la industrialización, se ha convertido en un verdadero paraíso laboral para las inversiones del capital local y extranjero, especialmente de estas últimas en las recientes décadas, con base a las empresas maquiladoras electrónicas que superexplotan a miles de mujeres, quienes perciben sueldos miserables. El corredor industrial Guadalajara-El Salto, al sureste de la ciudad, es una de las zonas donde impera este paraíso laboral pues, por ejemplo, entre sus factorías está la producción automotriz de la Honda, cuyos obreros prácticamente se encuentran en condiciones de semiesclavitud por sus bajos salarios y nulas prestaciones sociales, regidas por contratos de protección sindical a favor de la patronal. Los conflictos laborales están a la orden día, como es los despidos injustificados en esta planta y otras más.
Pese a que en Jalisco y en Guadalajara predomina un ominoso sindicalismo oficial-patronal (charrismo y sindicatos “blancos”), en El Salto, en el año 2004 triunfó una huelga que fue histórica dentro del movimiento obrero nacional y mundial, pues los trabajadores del Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de Euzkadi (SNRTE) derrotaron después de treinta y seis meses de lucha a la Continental Tire, la cuarta empresa llantera en el mundo de capital alemán. Hoy día la fábrica es propiedad de los trabajadores quienes constituyen un ejemplo de cooperativa obrera.
La región de este corredor industrial es una de los más contaminadas del país y del mundo, es una verdadera cloaca donde sus embalses (la Cuenca del Ahogado) y ríos están llenos de desechos altamente tóxicos que causan una verdadera pandemia mortífera de cáncer y otras enfermedades. La degradación ambiental afecta a la población metropolitana, incluyendo a decenas de comunidades periféricas y en particular a los pueblos de la barranca del río Santiago: Copala, San Esteban, Hacienda del Lazo, San Isidro, Paso de Guadalupe, Ixcatán, Huaxtla, San Lorenzo y San Cristóbal de la Barranca, entre otros, están amenazadas por la terrible contaminación del río, la construcción de fraccionamientos de alta densidad y los efectos mortales de los basureros metropolitanos.
6. La zona metropolitana de Guadalajara es escenario de incontables problemas como son la exclusión semestral de más de 25 mil jóvenes estudiantes por el proceso privatizador de la Universidad de Guadalajara, la segunda del país, numéricamente hablando. Esta ciudad es políticamente muy conservadora, pero eso no ha impedido la respuesta de diversos movimientos sociales en contra de los sucesivos gobiernos de extrema derecha; ejemplo de ello son las luchas permanentes del magisterio democrático, como las del Movimiento de Bases Magisteriales (MBM), o la de los profesores del Sindicato Único de Académicos del Colegio de Bachilleres, quienes junto con el Movimiento de Exbraceros (personas de edad avanzada en lucha por su pensión, robada por el gobierno federal mexicano), están, desde hace más de un mes, en plantón frente a la Casa Jalisco, donde vive el gobernador indiferente a los grandes y graves problemas de la entidad, como la lucha de los pobladores de Temacapulín, quienes defienden su comunidad ante la amenaza de inundación del lugar por la construcción de la presa El Zapotillo. Debemos mencionar las justas demandas de las mujeres de todo el estado en contra del feminicidio y la penalización del embarazo no deseado, las de las comunidades indígenas wixaritari, nahuas, jornaleros migrantes, campesinos de la costa de Jalisco, de Ixcatán y Mezcala, y de tantas otras que resisten la invasión y el despojo de sus territorios; las de los exbraceros, de los maestros y estudiantes democráticos, de los obreros de Honda, las de las 80 familias de Villa Bonita, que fueron desalojadas de sus terrenos y viviendas legalmente adquiridos, por la cerrazón de un juez y otras injusticias.
7. Las organizaciones sociales, feministas, populares, ambientalistas y sindicatos abajo firmantes exigimos solución y respuesta inmediata a nuestras justas y legítimas demandas a las autoridades gubernamentales locales y federales:
Por la pensión universal de los adultos mayores de todo el estado de Jalisco.
Por la creación de un programa de desarrollo del adulto mayor en Jalisco.
Exigimos el derecho a una vivienda digna para el pueblo trabajador y justicia para las 80 familias desalojadas de Villa Bonita en Zapopan.
Por el respeto al trabajo digno, cualquiera que sea y en rechazo a la criminalización de la pobreza.
Alto al feminicidio y respeto a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
En defensa de la educación pública en todos sus niveles y modalidades; por la inversión del 12% del PIB.
Por la democratización de la Universidad de Guadalajara, y por la admisión de las decenas miles de jóvenes estudiantes aspirantes a la educación media superior y superior universitaria. Auditoría auténtica y transparente a la administración central de la UdeG.
Por la democratización de los sindicatos, especialmente de los magisteriales de las escuelas públicas. Por el cumplimiento de las justas demandas laborales y salariales de los trabajadores de la educación. Por la reinstalación inmediata de los profesores y profesoras que han sido cesados injustamente y que forman parte del Movimiento de Bases Magisteriales (MBM), del Sindicato Único de Académicos del Colegio de Bachilleres del Estado de Jalisco (SUACOBAEJ) y de la Universidad de Guadalajara.
Por la reinstalación inmediata de los trabajadores despedidos ilegalmente, integrantes del Sindicato de Trabajadores Unidos de Honda de México
Exigimos un alto a la destrucción de nuestros territorios; por la suspensión de descargas residuales (domésticas, industriales y agropecuarias) a los cuerpos de aguas superficiales y subterráneas sin tratamiento alguno. Pago de daños ambientales a los pueblos, a los ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios y castigo a quienes invaden, saquean y depredan los territorios.
No a la presa el Zapotillo que inundará los pueblos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo.
8. Nos solidarizamos con todas las demandas históricas y actuales de todos los pueblos y los trabajadores de América, desde Alaska hasta la Patagonia. Reivindicamos el espíritu de las grandes luchas revolucionarias y emancipadoras de los pueblos latinoamericanos.
¡Viva la unidad de los pueblos y de los trabajadores y las trabajadoras de América!
Sindicato Único de Académicos del Colegio de Bachilleres del Estado de Jalisco, Centro de apoyo al adulto mayor y al migrante, Movimiento de Bases Magisteriales, Asamblea Regional de Afectados Ambientales, Comunidad Indígena San Francisco de Ixcatlan, Cooperativa de Trabajadores Democráticos de Occidente, Sindicato del Personal Académico de la Universidad de Guadalajara, Brigada “Dr. Martín-Baró”, Movimiento de Trabajadores Democráticos e Independientes de Jalisco, Sindicato de Trabajadores Unidos de Honda de México, Asamblea de redes y movimientos sociales, Familias desalojadas de Villa Bonita, Amigos trabajando en los cruceros AC, Colectivo Queremos seguir vivas, Movimiento por una vivienda digna, Colectivo estudiantil en lucha, Zona Roja del Tianguis Cultural.
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