26.1.13

LAVARSE LA CARA...

Lavarse la cara en el Río Santiago

Construyen mirador en los límites de Juanacatlán y El Salto; desde donde se verá correr al Río Santiago
  • Se había reconocido arsénico en la sangre de un fallecido en el río
  • Quienes frecuentan esa zona conocen de las mejoras en la calidad del agua porque ellos mismos han presenciado los cambios
GUADALAJARA, JALISCO (25/ENE/2013).- Ayer que José Ramírez trajo a su hija al trabajo, en las obras de un parque aledaño a un río famoso por oler a "perro muerto", a la niña se le antojó darse un baño.

Los otros trabajadores le dicen a José "El Maistro". Él dirige la construcción de lo que próximamente será un mirador en los límites de Juanacatlán y El Salto; desde donde se verá correr al Río Santiago, el mismo que hace un año picaba la nariz al olfatearlo y en el que ayer la hija de José se lavó la cara.

"Al rato te vas a quedar sin pellejo", le advirtió el padre experimentado a la niña, pero ella reviró: "Ya está limpia".
José, sus trabajadores y quienes frecuentan esa zona conocen de las mejoras en la calidad del agua porque ellos mismos han presenciado los cambios: ya no se siente como amoniaco en la nariz, ya no arden los ojos, ya no se ven los montes de espuma y ya no se junta el ''zancudal'', ''pero zancudal'', como enfatiza José.

"Yo creo ya empezaron a tratar las aguas y todo por ahí, por donde viene el agua", es la versión que, de oídas, José forma para explicar por qué esas transformaciones del líquido, a la vista de todos.

"Donde se cayó Miguel Ángel" hay agua saneada

Ahí, donde viene el agua menos contaminada a la que José se refiere, es un complejo de saneamiento que desemboca en el futuro parque ecológico, comienza en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) El Ahogado y pasa por El Muey, en El Salto.

En El Muey el agua ya perdió calidad en la limpieza con la que salió de la PTAR, pues en su recorrido le llegan descargas domésticas e industriales. Localiza una de ellas el director de Cuencas y Sustentabilidad de la CEA, Héctor Castañeda, y señala con su dedo índice: "Ahí, poquito atrasito de donde se cayó Miguel Ángel".

Miguel Ángel López Rocha tenía ocho años y, tras caer en el Río Santiago, falleció en febrero del 2008. Se reconoció arsénico en la sangre de Miguel Ángel, sustancia proveniente de descargas industriales.

A lo largo del canal en El Muey se ven parlotear grupos de patos color oscuro, que si bien se pierden entre el agua con la misma tonalidad, han encontrado una oportunidad de hacer vida en la misma corriente por la que murió Miguel Ángel.

El origen del flujo es el efluente de la PTAR en la presa El Ahogado; ahí desembocan, a través de cuatro colectores, un promedio de mil 900 litros de agua por segundo. Es el mejor momento del líquido, antes de su recorrido hacia el Santiago.

La escena es agua corriendo, sorteando a las rocas para seguir su camino. Se forman arrecifes de aguas residuales saneadas, en los que brotan cúmulos de espuma justificados por autoridades de la CEA como la combinación de presión, movimiento y sustancias de detergente, difíciles de erradicar, aceptan.

Hace dos años uno no podía soportar el olor fétido en este punto, correspondiente a Tlajomulco, dicen los visitantes; parece ahora que se acostumbran en minutos, y obligados a acostumbrarse están los habitantes de las casas situadas a unos 40 metros de la salida del agua, viviendas que hace un par de años tampoco estaban.

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