La ciudad en emergencia, con Acueducto averiado: expertos
A la ZMG llega agua de tres fuentes: 9% de la Presa Calderón; 30% de pozos y 61% de Chapala. ARCHIVO
- Más de la mitad de agua de la ZMG llega por esta vía
Al primer ducto le quedan unos ocho años de vida, el segundo sería de apoyo
GUADALAJARA, JALISCO (31/ENE/2013).- Si un día el Acueducto Guadalajara-Chapala deja de funcionar, más de dos millones de habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) no encontrarán gota de agua que escurra al abrir sus grifos. Significaría carecer de la fuente que abastece más de la mitad del líquido para la ciudad. "Entraríamos en una situación de emergencia, ¿cómo se cubriría a los millones de habitantes sin agua? Con pipas es imposible", expresa Felipe Tito Lugo Arias, consultor de infraestructura hidráulica.
A la ZMG llega agua de tres fuentes: 9% de la Presa Calderón; 30% de pozos y 61% de Chapala. El agua del lago más grande de México se conduce a la ciudad por el primer Acueducto, que entró en función en 1991 y desde entonces, nunca ha tenido intervenciones de mantenimiento, explica Lugo Arias.
Guadalajara tiene derecho de extraer de Chapala 240 millones de metros cúbicos al año, según una concesión federal, esto quiere decir que fluyan a la ciudad 7.5 metros cúbicos por segundo; sin embargo, por las condiciones de deterioro del canal, se perciben apenas 5.5 metros cúbicos.
Se habla de un corredor de agua en riesgo por su antigüedad. Se comenzó a construir en 1984, para entrar en operación en 1991. Este tipo de obras hídricas, refiere Lugo Arias, se hacen con miras a vivir 25 o 30 años. Bajo esta premisa le quedan ocho años para funcionar, en el mejor de los casos.
Para evitar llegar al fin de vida del ducto con las manos vacías, o para cualquier peripecia que se presente de aquí a entonces, una de las alternativas que en su momento plantearon las autoridades fue la creación del Acueducto II; así se usaría en tanto que al otro se le dé mantenimiento o como repuesto.
"Todos los proyectos de conducción de agua, específicamente en los que son de agua potable, siempre hay dos líneas. Y este proyecto en un principio contemplaba dos líneas. Se hizo la primera y es la que está operando, pero nunca se inició con la segunda", comenta el consultor hidráulico.
Una vía hídrica en las condiciones que se encuentra el Acueducto corre riesgos de fracturas, actos de vandalismo, así como debilidad a desastres naturales, a presión y al mismo movimiento del líquido, comenta el experto.
Las protestas ciudadanas no tardaron. Carlos Rosales, integrante del movimiento Sí al Lago de Chapala, no al nuevo Acueducto, indica que las voces de la población se oponen por temor a que, una vez con las dos vías hídricas, se utilicen simultáneas y se le extraiga más cantidad de agua al lago. Simplemente no creen en las autoridades, asegura Rosales.
Las reparaciones son cuestión de días, la construcción de un nuevo Acueducto implica años; es necesario valorar si resulta más viable el costo-beneficio la construcción de la segunda línea y de cualquier manera, se debe respetar el límite de explotación de agua que indica la concesión, señala Lugo Arias.
¿Qué pasaría si el día de mañana se estropea el Acueducto vigente? Una alternativa inmediata para ese caso hipotético que plantea Porfirio Ruvalcaba Barajas, ingeniero integrante de la Fundación Cuenca Lerma Chapala Santiago, es la rehabilitación del canal de Atequiza; otra vía por donde se puede traer agua a la ciudad y que actualmente, asegura Ruvalcaba, está en abandono.
El origen del Acueducto Guadalajara-Chapala está en el canal de Atequiza. Anteriormente por este último se traía el agua a la ciudad, pero resultaba inviable porque era un camino abierto perjudicado por evaporación y robos. Entonces, en 1984 se comenzó la construcción del ducto, relata Lugo Arias.
Temacapulín sí se inunda con cortina de 80 metros: experto
Otra de las alternativas para abastecer de agua a la ciudad es la Presa El Zapotillo. La última decisión en esta obra, anunciada por el gobernador electo Aristóteles Sandoval, fue que la construcción de la cortina será de 80 metros de altura, como se había planeado en un inicio, y no de 105, como de planteó después.
Lo señalado por Sandoval es para evitar que la corriente acuífera inunde la comunidad de Temacapulín, asegura. Pero una cortina de 80 metros sí inunda el poblado, de acuerdo con Porfirio Ruvalcaba Barajas, y a caso, se necesitaría bajar a una altura de 60 metros, para salvar la comunidad. De esta forma la presa tendría un envase de 205 millones de metros cúbicos y se precisaría de un bombeo de alrededor de 600 metros para conducir agua a la ZMG.
Una alternativa que ofrece el ingeniero es la presa Loma Larga II, con un almacenamiento de 905 millones de metros cúbicos y en la que se necesitaría hacer un bombeo de 230 metros, menor porque el agua viene rodada. Su ubicación sería mil 300 metros aguas abajo del camino de Tepatitlán a Yahualica, explica el ingeniero.
A la ZMG llega agua de tres fuentes: 9% de la Presa Calderón; 30% de pozos y 61% de Chapala. El agua del lago más grande de México se conduce a la ciudad por el primer Acueducto, que entró en función en 1991 y desde entonces, nunca ha tenido intervenciones de mantenimiento, explica Lugo Arias.
Guadalajara tiene derecho de extraer de Chapala 240 millones de metros cúbicos al año, según una concesión federal, esto quiere decir que fluyan a la ciudad 7.5 metros cúbicos por segundo; sin embargo, por las condiciones de deterioro del canal, se perciben apenas 5.5 metros cúbicos.
Se habla de un corredor de agua en riesgo por su antigüedad. Se comenzó a construir en 1984, para entrar en operación en 1991. Este tipo de obras hídricas, refiere Lugo Arias, se hacen con miras a vivir 25 o 30 años. Bajo esta premisa le quedan ocho años para funcionar, en el mejor de los casos.
Para evitar llegar al fin de vida del ducto con las manos vacías, o para cualquier peripecia que se presente de aquí a entonces, una de las alternativas que en su momento plantearon las autoridades fue la creación del Acueducto II; así se usaría en tanto que al otro se le dé mantenimiento o como repuesto.
"Todos los proyectos de conducción de agua, específicamente en los que son de agua potable, siempre hay dos líneas. Y este proyecto en un principio contemplaba dos líneas. Se hizo la primera y es la que está operando, pero nunca se inició con la segunda", comenta el consultor hidráulico.
Una vía hídrica en las condiciones que se encuentra el Acueducto corre riesgos de fracturas, actos de vandalismo, así como debilidad a desastres naturales, a presión y al mismo movimiento del líquido, comenta el experto.
Las protestas ciudadanas no tardaron. Carlos Rosales, integrante del movimiento Sí al Lago de Chapala, no al nuevo Acueducto, indica que las voces de la población se oponen por temor a que, una vez con las dos vías hídricas, se utilicen simultáneas y se le extraiga más cantidad de agua al lago. Simplemente no creen en las autoridades, asegura Rosales.
Las reparaciones son cuestión de días, la construcción de un nuevo Acueducto implica años; es necesario valorar si resulta más viable el costo-beneficio la construcción de la segunda línea y de cualquier manera, se debe respetar el límite de explotación de agua que indica la concesión, señala Lugo Arias.
¿Qué pasaría si el día de mañana se estropea el Acueducto vigente? Una alternativa inmediata para ese caso hipotético que plantea Porfirio Ruvalcaba Barajas, ingeniero integrante de la Fundación Cuenca Lerma Chapala Santiago, es la rehabilitación del canal de Atequiza; otra vía por donde se puede traer agua a la ciudad y que actualmente, asegura Ruvalcaba, está en abandono.
El origen del Acueducto Guadalajara-Chapala está en el canal de Atequiza. Anteriormente por este último se traía el agua a la ciudad, pero resultaba inviable porque era un camino abierto perjudicado por evaporación y robos. Entonces, en 1984 se comenzó la construcción del ducto, relata Lugo Arias.
Temacapulín sí se inunda con cortina de 80 metros: experto
Otra de las alternativas para abastecer de agua a la ciudad es la Presa El Zapotillo. La última decisión en esta obra, anunciada por el gobernador electo Aristóteles Sandoval, fue que la construcción de la cortina será de 80 metros de altura, como se había planeado en un inicio, y no de 105, como de planteó después.
Lo señalado por Sandoval es para evitar que la corriente acuífera inunde la comunidad de Temacapulín, asegura. Pero una cortina de 80 metros sí inunda el poblado, de acuerdo con Porfirio Ruvalcaba Barajas, y a caso, se necesitaría bajar a una altura de 60 metros, para salvar la comunidad. De esta forma la presa tendría un envase de 205 millones de metros cúbicos y se precisaría de un bombeo de alrededor de 600 metros para conducir agua a la ZMG.
Una alternativa que ofrece el ingeniero es la presa Loma Larga II, con un almacenamiento de 905 millones de metros cúbicos y en la que se necesitaría hacer un bombeo de 230 metros, menor porque el agua viene rodada. Su ubicación sería mil 300 metros aguas abajo del camino de Tepatitlán a Yahualica, explica el ingeniero.
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