12.7.11

Preocupa a comunidades aledañas la contaminación de los arroyos y las tierras de cultivo

Megadesarrollos inmobiliarios en norte de Zapopan no tienen planta de tratamiento

El parque Los Camachos podría desaparecer debido a la sobreexplotación de los mantos acuíferos

JORGE COVARRUBIAS

Vista del Valle de Tesistán, donde se comprobó que los megadesarrollos inmobiliarios Bosques de Abaterra y Valle de los Molinos no cuentan con planta de tratamiento de aguas residuales
Vista del Valle de Tesistán, donde se comprobó que los megadesarrollos inmobiliarios Bosques de Abaterra y Valle de los Molinos no cuentan con planta de tratamiento de aguas residuales Foto: FOTO JORGE COVARRUBIAS

Un olor a huevo podrido y una espesa neblina cubren las inmediaciones de la colonia Mirador Escondido, población que se encuentra en la periferia del municipio de Zapopan, junto a las de Mesa Colorada y Arroyo Hondo, rumbo a la carretera a Saltillo.

Todos los días los habitantes amanecen con ese aroma que les revienta en las narices, y proviene de una pequeña presa que se ubica metros más adelante. Los pobladores la conocen como la planta de Agua Prieta, donde se reciclan las aguas negras que se generan en la cuenca del Valle de Atemajac y el norte de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Es en este sitio donde comienza una pesadilla para los pueblos de la barranca del río Santiago que se sitúan más abajo. Desde hace años las comunidades de Huaxtla, San Lorenzo, Milpillas, San Francisco Ixcatán, San Esteban y Copala, entre otras, sufren por la contaminación de ríos, arroyos y acequias, a donde llegan descargas de granjas porcinas, avícolas, industrias y residenciales.

El pueblo de Los Tempizquez prácticamente ha desaparecido, comenta José Casillas, representante de la comunidad indígena de San Francisco Ixcatán, quien ha sido uno de los principales promotores del rescate de los afluentes naturales. Se sabe con mucho detalle lo que ocurre en la región, y por ello es que asegura que en Los Tempizquez ocurrió un desplazamiento forzado, pues allí la Comisión Estatal de Agua (CEA) compró varias hectáreas para tirar los lodos que se generan con la planta de Agua Prieta.

Casillas, al igual que otros habitantes, no quiere esperar a que llegue el día en que les ocurra lo mismo. La mitad del día de este lunes se les fue en un recorrido que hicieron al arroyo de Agua Prieta, la presa Copala y algunos fraccionamientos que se ubican en el kilómetro 9 de la carretera a Colotlán.

A la comitiva se sumaron gente de El Salto, San Esteban, Copala, los propietarios del popular balneario Los Camachos y funcionarios de la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente (Proepa) que acudieron por invitación de éstos a que corroboraran sus denuncias.

Es en San Esteban donde inicia el recorrido con un camino trazado por decenas de hectáreas sembradas con nopal, el principal producto que da sustento a esta localidad. Sentado en la parte trasera de una camioneta, mientras ésta avanza, Casillas va narrando que durante la conquista española estas tierras fueron cultivos de trigo por la gran cantidad de agua que existía. Hacia el horizonte se observa una montaña rocosa de basalto, es El Diente, un área natural protegida a donde van a escalar cientos de personas.

El activista recuerda que justo aquí a la salida del poblado rumbo a Copala se pretendió construir la presa de Agua Prieta, pero no sirvió el suelo y se la llevaron a otro lado. Más adelante en el arroyo conocido como Las Ranas, los estragos de la contaminación son más evidentes, el agua se torna espesa y es de un color grisáceo. Junto al lecho del afluente languidece una yegua a la que se comen viva cientos de moscas. Aún se sostiene, pero ya no se mueve, es un esqueleto al que le resta poco tiempo de vida.

Cien metros más adelante se ubican las Granjas Don Alfonso de crianza de aves, y siguiendo el mismo trayecto los megafraccionamientos de vivienda de alta densidad Bosques de Albaterra y Valle de los Molinos que aún se encuentran en una primera etapa. Ambos desarrollos tendrán en un futuro alrededor de 15 mil viviendas.

Aquí los habitantes y autoridades encontraron que los fraccionamientos no cuentan con planta de tratamiento de aguas residuales. El de Bosques de Albaterra, que pertenece al grupo inmobiliario Ara, tenía además una clausura por parte de la Dirección de Ecología de Zapopan por el derribo inmoderado de árboles. Los afectados advirtieron que también ha invadido arroyos para instalar sus equipos.

Ricardo Jiménez, uno de los 10 propietarios del balneario Los Camachos, expresó que hay una sobreexplotación de mantos acuíferos debido al crecimiento sin control de los desarrollos inmobiliarios. Advierte que el espacio acuático al que acuden cada fin de semana un promedio de mil 500 personas podría desaparecer.

“Realmente no sé qué tendríamos qué hacer. Si nos repondría la Comisión Nacional del Agua nuestra dotación, no sé. Pero no se trata de eso, se trata de que el desarrollo se debe hacer como en los países de primer mundo y deben tener sus plantas y pozos de absorción”, señala.

La autoridad de la Proepa detectó que efectivamente existe incumplimiento de los fraccionadores, sin embargo, el director general de Vigilancia y Control de esta dependencia, José Alfredo González, considera que la situación todavía no es crítica.

“La situación es grave, no crítica, y es el momento de actuar. Aquí el ayuntamiento debe intervenir, mientras no autorice un cambio de uso de suelo o una licencia esto no se da”, dijo.

El funcionario advirtió que el ayuntamiento de Zapopan no debió entregar permiso a los fraccionadores hasta cerciorarse de que cumplieran con la normatividad vigente.

El recorrido concluyó con la promesa de González de volverse a reunir, establecer mesas de trabajo e incluir a autoridades de la Comisión Nacional del Agua. En tanto, los afectados viajarán a Guerrero a finales de este mes a la próxima Asamblea Nacional de Afectados Ambientales.

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