14.7.11

Ciudad de México busca agua a dos kilómetros bajo tierra


Ciudad de México, una de las urbes más pobladas del mundo, tiene un serio problema en el abasto de agua potable. Para solucionarlo, la alcaldía emprendió un inusual proyecto: extraer el líquido con un pozo de 2.000 metros de profundidad.

Según las autoridades locales, es la primera vez en América Latina que se realiza una excavación de esta naturaleza.

El 71% del agua que consume la capital mexicana proviene de pozos, de los que se extrae un promedio de 45 metros cúbicos por segundo.

Pero el líquido empieza a agotarse. Según cifras oficiales existe una sobreexplotación de 150%, lo que ha provocado el racionamiento a millones de personas en época de estiaje.

Las perforaciones se han realizado a una profundidad de entre 50 y 400 metros, lo que ha provocado hundimientos que en algunas zonas de la ciudad son de hasta 40 centímetros cada año.

Una de las soluciones es buscar agua a dos kilómetros bajo tierra, explica a BBC Mundo Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

"No queremos echar las campanas al vuelo, es apenas un pozo de exploración. Pero las investigaciones previas nos dicen que vale la pena", explica.

"Agua fósil"

El pozo se ubica en la delegación Iztapalapa, al oriente de la capital mexicana. Es una de las zonas más afectadas por la extracción excesiva de agua y es común encontrar hundimientos y grietas en el suelo.

En la exploración se utiliza maquinaria con la que se perforan pozos petroleros. De acuerdo con las autoridades, buscar agua a dos kilómetros bajo tierra no causará problemas, algo que avalan especialistas.

"No hay colapsos ni hundimientos porque a esa profundidad existe roca sólida", le dice a BBC Mundo Delfino Hernández, investigador en riesgos geológicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Sin embargo, la perforación no está exenta de problemas. El agua que podría haber a esa profundidad está rodeada de rocas calizas y es posible que no sea completamente potable, reconoce Aguirre.

"Algunos dicen que es agua fósil, pero todo son especulaciones", cuenta. "Si es necesario la potabilizamos, como ya se está haciendo con el agua que se extrae de algunos pozos".

Cutzamala

Buscar agua a 2.000 metros de profundidad es una decisión extrema, reconocen las autoridades, pero es lo más factible que podía hacerse.

Además de la sobre explotación de los mantos freáticos, otras fuentes de abastecimiento como el sistema Cutzamala empiezan a tener problemas.

Se trata de un conjunto de siete presas de almacenamiento y un acueducto de 127 kilómetros, con el cual se acarrea agua a la zona metropolitana de Ciudad de México.

La deforestación en el área donde se ubica el sistema, así como el robo y sobreuso de agua reducen la disponibilidad del líquido para la ciudad.

Una alternativa fue llevar agua desde el estado de Veracruz, en el golfo de México, pero el proyecto tardaría varios años en concretarse. Y la capital mexicana tiene sed ahora.

"No se me hace muy lógico buscar agua a dos kilómetros", dice el investigador Hernández. "Pero ya nos acabamos los mantos freáticos más cercanos a la superficie".

Por lo pronto, las expectativas son que, de encontrarse agua en esta exploración, se podría garantizar el abasto por unos 50 años.

Lo mejor, sin embargo, sería bajar el consumo, algo que desde hace décadas se ha intentado en la capital mexicana.

Es un círculo vicioso. Al menos el 40% del agua que se distribuye en la ciudad se pierde en fugas, porque las tuberías se rompen con frecuencia debido al hundimiento del suelo.

Y esto sucede por la extracción excesiva de agua.

No hay comentarios: