Terminando el inolvidable 2008
Hasta hace un par de días vimos plazas comerciales a tope, calles tomadas por los consumidores, tráfico insufrible, contaminación del aire, dueños de comercios quejándose de que la gente sólo va a ver, pero no compra, lugares turísticos con menos afluencia (voceros del ramo dijeron que hay un 15% menos de visitantes), precios del petróleo en sus mínimos de los últimos tiempos, la inflación más alta en lo que va de la década, avisos de que la crisis en Estados Unidos es peor de lo que se preveía, armadoras de autos en México en paros técnicos, cerradas o con pactos de no aumento salarial para evitar despidos masivos, un peso mexicano que de estar en las nueve unidades por dólar terminó con la paridad arriba de los 13 pesos por cada divisa estadunidense, menores ingresos por remesas, aumentos de salarios debajo de la inflación, incremento de la cartera vencida en tarjetas de crédito y un gobierno que no quiere regular sobretopes en tasas de interés. Con este escenario terminamos el año en el aspecto económico.
En cuanto a lo político, tuvimos un secretario de Gobernación muerto en circunstancias no esclarecidas hasta el momento, miles de ejecutados a causa de la lucha contra el narcotráfico frente a avances poco convincentes y claros; fuimos testigos de la evidente penetración de la delincuencia organizada dentro de corporaciones policiacas y altas esferas de gobierno. Además se confirmó la crisis generalizada en los organismos autónomos en el país (electorales, de derechos humanos y de transparencia y acceso a la información), frente a un sistema de justicia cada vez más cuestionado por su alto nivel de impunidad e injusticia; no se resolvió la sistemática violación a los derechos humanos y se vieron crisis internas en los partidos políticos y luchas intestinas por el poder. En el ámbito local se protagonizaron fuertes conflictos en la clase política, con un gobernador que parece que no gobierna y con un gabinete que genera más problemas de los que resuelve; los cacicazgos políticos se fortalecieron, se descubrieron redes de aviadores con fines partidarios, se endeudó al estado sin contar con argumentos sólidos y tuvimos que pagar con nuestros impuestos obras viales malhechas y donde no hubo ningún responsable. Ahora todos los políticos se alistan para las elecciones venideras.
En lo ambiental y lo urbano, la ciudad de Guadalajara es cada vez más caótica, se sigue construyendo sin la debida planeación, las estrategias de movilidad urbana aún no tienen los frutos esperados y se sigue privilegiando al auto particular como el medio óptimo de transporte. A pesar de que hay esfuerzos gubernamentales y de la sociedad civil, la sensación es que los problemas continúan y se agrandan. Casos graves de contaminación del aire y del agua como en El Salto y Juanacatlán siguen allí, sin resolverse, a pesar de que ya hubo un niño muerto y cientos de personas con problemas de salud a causa de las condiciones ambientales de la zona. La inacción y la omisión gubernamental se está volviendo escandalosa en este rubro.
Este año también fuimos testigos de la aparición de nuevas resistencias sociales (tortilleras de Tala, por ejemplo), de nuevas redes de organizaciones (plataforma 39), de logros conseguidos por pueblos indígenas y la sociedad civil organizada (elecciones de Comisariado Ejidal en Ayotitlán), de nuevas formas de información (página Web de Crónica de sociales), de movilizaciones de trabajadores (sindicato de sector salud), entre otras expresiones de la sociedad civil. Contrariamente a lo anterior, también hemos presenciado con preocupación la aparición de la criminalización de la protesta social como una forma de proceder de ciertas instancias gubernamentales ante el reclamo ciudadano y el descontento social.
En lo referente al mundo rural, comenzamos con una crisis de alimentos en 2008 que se intentó resolver con medidas de muy corto plazo. Las situaciones que propiciaron este problema se mantienen y el campo mexicano y jalisciense sigue siendo un paraje desolado a pesar de los grandes proyectos de berries impulsado desde el gobierno de Jalisco. Las prácticas de acaparamiento de granos básicos persisten y la migración no se ha detenido a pesar de la situación en los Estados Unidos. Además, la crisis económica ha repercutido en el aumento de los precios de la canasta básica, que cada vez se vuelve más inaccesible. No sabemos cuándo este problema volverá a estallar a pesar del optimismo del secretario de Agricultura.
Cuando comenzó este año los augurios no eran promisorios, no se esperaba un tiempo de bonanza, pero los escenarios resultantes fueron claramente peores que los esperados. El balance al final del año no es nada halagador. Terminamos luego de estos 12 meses con crisis económica generalizada, con crisis política y social en un marco de elecciones y con miles de personas en las calles protestando por diversas razones y que en la mayoría de los casos no encuentran eco a sus demandas; es más, son objeto de distintas prácticas de hostigamiento y represión. Si en esta evaluación anual la mayoría hemos perdido, la pregunta que queda al aire es: ¿quién gana con esta situación?, ¿quiénes se benefician con estos escenarios? Si respondemos estas preguntas seguramente estaremos descubriendo elementos clave para entender los problemas y empezar a resolverlos. A pesar de todo lo anterior, les deseo a todos los lectores de La Jornada Jalisco un año 2009 que nos deje mejores saldos, que se cumplan sus mejores deseos y que se renueve la esperanza. Feliz año 2009.
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