Aseguran que los problemas de la zona no le interesan a la autoridad
Héctor Padilla/Mural/19-12-08
Cansados de que sus pueblos se utilicen como las cloacas de la Zona Metropolitana de Guadalajara e industriales, ciudadanos organizados de El Salto y Juanacatlán han elaborado documentos de denuncia y quieren que el tema llegue a oídos internacionales.
Las asociaciones Un Salto de Vida y el Colectivo Coa, han documentado los daños ambientales al Río Santiago desde 1894, las afectaciones del Vertedero Los Laureles desde 1986 y el desordenado desarrollo urbano del Municipio, que convive entre la industria y viviendas asentadas sobre sitios irregulares, por donde incluso, antes se alojaban cuerpos de agua.
“Es un problema que no le interesa a la autoridad”, sentenció Enrique, habitante de El Salto de toda la vida, en una presentación del diagnóstico de la población en el café Haus Der Kunst.
La investigación se despliega en un cartel gratuito, donde se señalan las consecuencias de los tóxicos contaminantes que se respiran y en ocasiones se beben; la problemática histórica y un mapa que revela la mezcolanza entre la vivienda, la industria, la basura y las aguas contaminadas.
Ante la omisión de autoridades estatales y federales para ofrecer una solución sustentable, las asociaciones se han unido a habitantes que padecen crisis ecológicos similares, como en Ciudad Juárez, Chihuahua, o Alpuyeca, Morelos. Juntos están gestando la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, como una salida para elevar al mundo los temas ambientales de México y así surjan pronunciamientos internacionales que presionen al Gobierno federal a mejorar las condiciones de vida de las localidades.
“Es internacionalmente denunciar al Estado mexicano por todos los crímenes ambientales que han destruido nuestra salud”, expuso Octavio Rosas, del Centro de Análisis Social Información y Formación Popular, de la Ciudad de México.
En las imágenes presentadas, las nubes de espuma tóxica se suspende en el aire, a unos metros del Puente de Juanacatlán, mientras alumnos de primaria estudian con tapabocas y la industria aprovecha la noche para realizar sus descargas al aire y el agua. El panorama aseguran, ha hecho que la muerte se establezca permanentemente en ambas localidades.
“Muchos de nosotros estamos enfermos y la muerte cae inesperadamente. Algunos mueren muy jóvenes. Lo más común es el cáncer, el daño de las vías respiratorias, los abortos, las malformaciones genéticas”, expone Un Salto de Vida, en su diagnóstico de la problemática ambiental”.
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