Aguas con el agua

Cuando el número de mis lectores disminuyó de seis a dos debido a que estos días la gente está más interesada en meterse en los centros comerciales para comprar lo que va a regalar esta noche, el gobierno estatal comenzó a promocionar a través de espots de radio y mediante comunicados a los medios que hay un ultimátum a los habitantes de Temacapulín y a los “hijos ausentes” de ese poblado para que “conozcan las alternativas” que les oferta el buen gobierno antes de que el 10 de enero ya no tengan mayor oportunidad de negociar sus propiedades, las cuales quedarán bajo las aguas de la presa El Zapotillo. Y es un ultimátum en serio, porque después de esa fecha el buen gobierno quedará con la libertad que le brinda su autoridad de expropiar a los que se nieguen a vender.

¿Dónde quedó la encuesta que pregonó Emilio El Demagogo como requisito absoluto para conocer lo que pensaban los pobladores? ¿Dónde la promesa de que si no se llegaba a la mitad del consenso entonces no se haría la reubicación? Creo que en el mismo lugar de su limbo personal al que se fue la promesa firmada cuando su campaña para alcalde de Guadalajara de que si llegaba al cargo terminaría los tres años y no renunciaría para buscar la candidatura a gobernador.

El boletín de CE(A)sar Coll Carabias es como una buena nota: duro y a la cabeza. No hay más. Olviden señores las encuestas, prepárense para la reubicación, quieran o no. Justifican que sea en esta fecha el espoteo porque es en la que regresan los migrantes desde Estados Unidos, para que luego no digan que no les dijeron.

Temacapulín, de acuerdo con los datos oficiales, tiene una extensión de 22 hectáreas, un total de 32 manzanas con 320 propiedades, 100 de ellas lotes baldíos y el resto casas habitación, “algunas de ellas en excelente estado y muchas también a punto de derrumbarse”.

También informa que el nuevo centro poblacional que sugiero se llame “León II”, estaría a 800 metros de distancia y la oferta es de viviendas de 150 metros cuadrados de construcción y mil metros cuadrados de terreno, aunque quienes tengan terrenos o fincas de mayor extensión podrán negociar de manera especial para que se les indemnice o reubique según lo que se acuerde.

De hecho, ya hay oficinas en la nueva Jerusalén, digo en Yahualica, para que los interesados se acerquen, conozcan alternativas y negocien. Por el momento se anunció que ya se llegó a la grandiosa cifra de dos propietarios con quienes ya concretaron un acuerdo.