El Lobby

RAÚL TORRES

Articulación

Uno de los asistentes al foro “Participar no es delito”, en el que estuvieron presentes varios representantes de diversas asociaciones civiles y organismos no gubernamentales de la zona metropolitana, puso el tema sobre la mesa: parece que en Jalisco, mientras que los políticos y autoridades se organizan muy bien para no trabarse entre sí, quienes encabezan los movimientos civiles que buscan la defensa de los derechos de los ciudadanos padecen “el mal de Juan Camaney” y no se ponen de acuerdo para organizar una red efectiva que desarticule las estrategias de represión que comienza a dar muestras visibles y concretas.

No lo dijo con esas palabras ni él sólo, es algo que se viene hablando desde hace tiempo y que –justo es decirlo– se reconoce entre los mismos asistentes a estos foros. Las respuestas en voz alta ante este planteamiento versaron sobre la idea de que eso es algo ya se está superando y muestra de ello es la convergencia de varias asociaciones u ONG en distintos movimientos (Colectivo de Organizaciones Ciudadanas por el Agua, Movimiento en Defensa del Dienero Público, Plataforma 39). Cierto es. Sin embargo, en eventos como el de ayer, sin dejar de rescatar todo lo bueno que de ellos puede generarse, no dejan de verse personajes que desde la afiliación a un partido político y con la investidura de luchador social por delante, en tiempos electorales no dudan en buscar un puesto a cargo del erario.

“No somos políticos ni revolucionarios”, señaló uno de los organizadores del evento para dejar en claro que la intención es meramente ciudadana (y la intención es eso: intención. Y se agradece.), pero sería ingenuo dejar de ver que algunos de los presentes ayer, con temporada electoral por delante, no resistirán a la tentación de creer que aún metiéndose en las tripas de la política podrán evitar convertirse en uno más de los políticos a los que acusan.

En el foro se habló de algo medular: no dejarse envolver por la lógica de poder en que nos mantienen los políticos, de pensar y proponer fuera de esa lógica (eso es quizá ser revolucionario, pero no en el sentido que se le imprimió ayer a la palabra), de hacer ciudadanía a partir de las necesidades ciudadanas y no conforme a lo que se permite desde arriba. Sin embargo, “se exigió” una cita (casi improbable de cualquier forma) con la Secretaría General de Gobierno del Estado para hacer “una agenda ciudadana”. Ciertamente es lindo creer que los ciudadanos mandamos y que los políticos deben obedecer (o que al menos tienen la obligación de ello), pero la realidad nos ha golpeado con eso en la cara varias veces. ¿Porqué no pensar que se puede construir una agenda ciudadana (con mucho y largo trabajo) desde la propia ciudadanía, echarla a andar sin invitar a los políticos, ver cómo camina y después pensar en que por sí misa es conveniente? Ahí mismo se habló de que ningún político o autoridad ha logrado reunir a más de cuatro mil ciclistas en un paseo, y sin embargo los hemos visto en varios. Pero no es algo de ayer y ni siquiera de este año. ¿Y qué tal que los ciclistas deciden un día ponerse a construir casas para que la gente de El Salto se mude a un lugar sin mugre y cerca de su tierra para que desde ahí puedan, sin dolores de cabeza, seguir luchando por su río? ¿Y qué tal que los ciclistas y los no ciclistas y los de El Salto se suman a la propuesta del Parlamento de Colonias de ampararse por la entrada en vigor del Código Urbano? ¿Y si los ciclistas y los no ciclistas y los de El Salto y los que se amparen van y ayudan a la gente de Temacapulín a poner su pueblo más bonito para que no se inunde? ¿Y si en vez de sabadear en Chapala, Temaca recibe más turismo solidario? Sueños guajiros, pues. El que anda mal es uno, dicen

La casa paga

Con la primera aprehensión de un funcionario por no cumplir con la ley de transparencia del estado podría abrirse la temporada de patos. Hay muchos funcionarios en capilla, pero lo más seguro es que quienes se encarguen de liberar las órdenes de aprehensión, sí se hagan patos.