23.5.08

TODO PASA Y NADA QUEDA

22 de Mayo: Día Internacional de la Biodiversidad: Todo pasa y nada queda…
23-05-08, Por Dr. Ricardo Luis Mascheroni *
Los cambios, mutaciones y extinciones que, hasta poco menos de un siglo atrás podían entenderse como algo extraordinario, hoy adquieren ribetes alarmantes por lo reiterativo y la velocidad con que se producen, demostrando que estamos en presencia del más acelerado exterminio masivo de seres vivos en la historia de nuestro Planeta con consecuencias nefastas en los tiempos venideros.

Hasta el año 2000, se celebraba 29 de Diciembre. La fecha actual se dispuso por Resolución de la ONU del 20 de Diciembre de 2000 y se ajusta al día de aprobación del texto del Convenio sobre Diversidad Biológica.

Como lo primero es lo primero, vamos a aclarar que significa este término de reciente cuño.
Biodiversidad, es la contracción de la expresión ‘diversidad biológica’. La cual es comprensiva de toda la variedad del mundo biológico (flora y fauna) y se utiliza como sinónimo de "vida sobre la Tierra". Esta palabra que hoy se ha impuesto en la literatura específica y lega, apenas ha cumplido poco más de dos décadas, ya que se generó hacia el año 1985.

Nadie duda que en la dinámica de la vida sobre la Tierra, en millones de años de existencia, infinidad de especies originarias hayan desaparecido en virtud de acontecimientos naturales y antrópicos.

No obstante, los cambios, mutaciones y extinciones que hasta poco menos de un siglo atrás, podían entenderse como algo extraordinario, hoy adquieren ribetes alarmantes por lo reiterativo y la velocidad con que se producen.

En esa dirección, según estudios serios, algunos indicadores están mostrando que:

* No menos de 4000 y posiblemente hasta 90000 especies mueren cada año.

* Las selvas tropicales están desapareciendo a una tasa de casi el 1% anual.

* La diversidad genética de los cultivos desaparece del campo a una tasa del 2% anual.

* Las razas de ganado domesticado se está extinguiendo a una tasa del 5% anual.

* Más de 34.000 especies de plantas (12,5% de la flora) está en peligro de extinción y cada planta superior que desaparece extingue no menos de 30 especies (insectos, hongos, bacterias)(1).

Garrison Wilkes, a mediados de los ’70, escribió: "que la desaparición masiva de variedades vegetales desarrolladas por los agricultores, debido a su desplazamiento por las variedades producidas por las corporaciones era como construir el techo quitando piedras de los cimientos".

Ello, demuestra que estamos en presencia del más acelerado exterminio masivo de seres vivos en la historia de nuestro Planeta y que indudablemente, esa pérdida de recursos biológicos esenciales para la vida, tendrá consecuencias nefastas en los tiempos venideros.

Como expresa un dicho leído al pasar: "cuando un hecho extraordinario se torna cotidiano, entonces es una revolución", por lo que en este caso estamos en presencia de una verdadera revolución de la muerte y el exterminio.

Este patrimonio natural no deja de tener importancia en torno a la discusión, ya comenzada, sobre el aprovechamiento y utilización de los recursos derivados de la biodiversidad a través del uso de biotecnologías de última generación.

Esa disyuntiva plantea: ¿La diversidad biológica servirá de soporte al mejoramiento de la condiciones de vida de toda la humanidad? o en su defecto ¿beneficiará a aquellos que posean la tecnología para su transformación y comercialización?
No por nada se habla de la entrada a una nueva era: "el siglo de la biotecnologías", caracterizado por una capacidad inédita de moldear la naturaleza y de crear una fauna y una flora bio-industriales"(2)

Las piezas del tablero internacional, se han empezado a mover en esa dirección y los dueños del poder enrolados en las grandes multinacionales aspiran a controlar en su provecho los logros de esta nueva revolución industrial, que se expresa en el dominio del patrimonio genético.
"Lo que puede parecer una loca pretensión es factible, gracias a la extensión de la patentabilidad al mundo viviente"(3)

La ciencia y la tecnología han dado un vuelco sin precedentes, orientando las investigaciones hacia el campo de la manipulación genética y la transformación y aprovechamiento de estos recursos.
Destinándose más y más fondos al descubrimiento (y piratería) de nuevas drogas o fármacos derivados de estas especies, de las cuales las culturas antiguas tenían un conocimiento acabado de sus propiedades.
Tampoco extraña, el patentamiento de especies no tradicionales como base de la alimentación para un mundo rico, que día a día demanda más y mejores alimentos.
Mientras los países enriquecidos, que agotaron gran parte de estos recursos y contribuido a la extinción de miles de especies antes de que pudieran ser estudiadas o catalogadas, hoy vienen a apropiarse de la biodiversidad ajena.
Un país chico territorialmente, como Ecuador, tiene una variedad biológica mucho más rica en cantidad y calidad, que la del conjunto de los países de la Comunidad Europea.
Y por ello: "Las firmas del complejo genético-industrial argumentan que la protección mediante patentes constituye una condición indispensable para la inversión en la investigación y desarrollo" (4)

"La presión para lograr un mayor alcance de las patentes es ejercida, fundamentalmente, por las corporaciones transnacionales (TNCs) del Norte. Estas abogan por la aplicación en todo el mundo de los sistemas de patentes y porque estas últimas alcancen todos los productos, incluyendo los medicamentos y los productos derivados de la biotecnología". Surendra Patel, prof. de la Universidad de las Naciones Unidas expresa: "de todas las relaciones existentes entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo, el sistema de patentes es el mas injusto"(5)

En Argentina, la ley de patentes ya existe y este patrimonio es una mercancía más. En el camino quedaron profundamente marcadas las huellas de los lobbys de los laboratorios internacionales y las presiones de algunos embajadores extranjeros.
Mediante la propiedad intelectual (patentes) y el lobby de las corporaciones sobre los gobiernos, se priva, a los que tienen necesidad de mayores recursos, del derecho de usufructuar de ellos.
El remanente de biodiversidad y las tecnologías que la transforman o que atentan contra ella, están concentrándose en manos oligopólicas. Las presiones saltan a la vista y más desembozadamente surgen propuestas como cambio de deuda externa por naturaleza o territorios vírgenes.
La biodiversidad natural, localizada en los territorios de los países empobrecidos del Planeta, encierra un tremendo potencial estratégico, económico, político y científico.
Por lo que "es legítimo afirmar hoy que el control de la biodiversidad genética es un objetivo importante y prioritario en la política del Norte desarrollado. Este nuevo debate se centra en el control y aprovechamiento de los recursos genéticos silvestres". (6)

El Art. 41 de la Constitución Nacional dice: "Las autoridades proveerán...a la preservación...de la diversidad biológica,...", pero ello no es suficiente para evitar su apropiación. Además es necesaria la toma de conciencia y la participación ciudadana en su defensa.
En la Encíclica Centesimus Annus, el Papa Juan Pablo II señala: que "es deber del Estado proveer a la defensa de los bienes colectivos como son el ambiente natural, cuya salvaguarda no puede estar asegurada por los simples mecanismos de mercado".
La Convención Internacional de Biodiversidad, en su Art. 1º dispone como objetivo: "la conservación de la diversidad biológica, la utilización duradera de sus elementos y el reparto justo y equitativo de las ventajas que derivan de la explotación de los recursos genéticos".
El aprovechamiento de este patrimonio debe estar al servicio del crecimiento económico y equidad social de quienes son sus propietarios, es decir, los pueblos de las naciones subdesarrolladas. Ya que en el esquema de desigualdades imperantes, también son especies en peligro, por lo que y quizás a partir de una efectiva protección de su biodiversidad puedan sustentar el mejoramiento de sus posibilidades futuras. www.ecoportal.net
* Dr. Ricardo Luis Mascheroni es Docente e Investigador Univ. Nac. del Litoral

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