La peor sequía que azota a España en décadas obligó a la ciudad de Barcelona a comenzar el martes a traer agua potable en barcos, en un esfuerzo sin precedentes que según empresarios será una pesadilla para la imagen de uno de los destinos turísticos más importantes de Europa
Con la temporada turística de verano muy cerca, un buque cisterna de bandera panameña cargado con agua atracó el martes por la mañana en la segunda ciudad más grande de España, con lo que comenzó una misión de una flotilla de emergencia de seis barcos, programada para operar durante por lo menos tres meses.
El gobierno de Cataluña, de la que Barcelona es la capital, dijo que los buques traerán agua que apenas basta para satisfacer el 6% de las necesidades mensuales de los 5,5 millones de habitantes de la zona metropolitana de Barcelona.
El buque del martes, procedente de la vecina Tarragona, trajo 19.000 metros cúbicos de agua (5 millones de galones). Un barco procedente de Marsella, Francia, es esperado en los próximos días.
La escena del martes fue humillante para Cataluña, con más de 100 periodistas apiñados en el puerto para presenciar la primera entrega de agua.
La ciudad portuaria en el Mediterráneo español está entre las áreas más afectadas por la peor sequía primaveral en azotar España desde que comenzaron a mantenerse registros hace 60 años.
"Ha sido uno de los años más secos en la historia, y Barcelona se ha encontrado en necesidad de agua", dijo Leonard Carcole, director general de la compañía municipal Aguas de Barcelona.
La solución provisional de recurrir a barcos y una programada tubería de 180 millones de euros (277 millones de dólares) para traer agua del río Ebro buscar ayudar a la región a enfrentar el problema hasta que sea complete una planta desalinizadora en mayo del año próximo.
La nueva planta de desalinización será una de las mayores en Europa y se espera que resuelva la mayor parte de los problemas de Cataluña.
Las reservas de Cataluña están en niveles dramáticamente bajos, de alrededor de 29% de su capacidad _ casi la mitad del promedio nacional _ y ya se ordenaron varias restricciones: las fuentes de la ciudad y las duchas en las playas han sido cerradas, las piscinas grandes deben llenarse con agua reciclada y las personas no podrán regar sus céspedes.
De hecho, ha llovido mucho en los últimos días en Cataluña, lo suficiente como para que el ministro de ambiente de la región, Francesc Baltasar, comparara a la región con un enfermo que está mejorando.
Los ecólogos dicen que el sector agrícola de España, con sistemas de la irrigación anticuados y cosechas que necesitan cantidades desproporcionadas de agua, agota hasta el 70% del agua del país. Agregan que un modelo de turismo basado en grandes instalaciones y campos de golf también son insostenibles.
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