Suman voces para cuestionar construcción de El Zapotillo
Los reubicados se encuentran en propiedades en mal estado y en una zona que consideran peligrosa. EL INFORMADOR
- Reunión de agrupaciones en Temacapulín
En Temacapulín se realiza la Asamblea Regional de Afectados Ambientales, en la que vecinos de la región exponen su problemática en torno a la construcción de la Presa El Zapotillo.
TEMACAPULÍN, JALISCO.- Que un litro de leche o de petróleo sea más barato que una botella de agua es algo que a los pobladores del mundo rural –principalmente- les ha costado entender. ¿Y cómo? "Si el agua no se le puede negar a nadie". O que el buche de agua que "le das a tus hijos" esté lleno de metales pesados. O que mil 500 años de historia de un pueblo desaparezcan así nada más, bajo el agua, para abastecer de agua a otras regiones y que, por cierto –dicen las autoridades- "será precioso para pescar y para que vaya el turismo".
Todo esto y más se escuchó en Temacapulín, donde se realizó ayer y continúa hoy la Asamblea Regional de Afectados Ambientales.
De uno en uno, pasaron representantes de distintas latitudes: afectados por las presas El Zapotillo, La Yesca, El Cajón, del bosque El Nixticuil, de la Sierra del Tigre, de El Salto y Juanacatlán. Rostros tostados por el sol. Manos humedecidas por la pesca y llenas de historia en los zurcos de la piel. Sonrisas inundadas por su vínculo con el territorio y fuerza en la palabra para exigir que nadie ni nada robe su única posibilidad de supervivencia: los recursos naturales.
"Lo que sucede es que León no quiere acabarse los recursos que tiene. Ha preferido robarse el agua de otros sitios porque saben (las autoridades municipales) que es un recurso que se va a encarecer. Entonces, primero se chupan lo que hay en otras regiones", reflexionó Heriberto Calderón, quien apareció al tiempo que el aire anunciaba la caída del sol, para contar que la Presa El Zapotillo va en el mismo sentido de lo que ha sucedido en el municipio de Romita desde hace 15 años.
La ciudad de León comenzó a extraer agua de los mantos acuíferos de Romita (Guanajuato) con fines industriales. "No es justo", exclama, pues, según estudios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el nivel de agua del valle de León baja metro y medio por año, mientras que en Romita baja dos metros al año. La gente, sangrada por su "líquido vital", también fue sangrada con represión de parte del Gobierno federal y estatal. "Perdimos la lucha", concluyó Heriberto Calderón.
Uno de los más emblemáticos fue el caso de Luis Villegas, quien fue comisario de Acasico cuando la Conagua inició las gestiones para reubicar a la población que sería afectada por la Presa El Zapotillo. "Nos prometieron casas en Tepatitlán o en Yahualica, más la indemnización por nuestras tierras. Ahora ofrecen solo 10 mil pesos por las casas y con eso no nos podemos comprar nada. Han sido puros engaños".
Los afectados por la presa La Yesca señalaron que las cooperativas pesqueras no se han formalizado, a pesar de que fue una de las promesas del Gobierno federal cuando inició las obras. Esto les ha generado problemas con La Marina, que les ha quitado motores y chinchorros por no contar con los permisos.
En El Cajón, los reubicados se encuentran en propiedades en mal estado y en una zona que consideran peligrosa, pues están a 100 metros del embalse y ha habido derrumbes. Incluso, dijeron, hay 10 familias que aún no reciben su indemnización por reclamar un monto "justo" a la Comisión Federal de Electricidad.
La gente de El Salto y Juanacatlán recordó que la lista de enfermos por cáncer ya llegó a los 710 casos y que el bosque de Juanacatlán ha sido deforestado desde la introducción de las líneas eléctricas.
Finalmente, la gente de Temacapulín que en este momento está viviendo la presión más intensa por la construcción de la Presa El Zapotillo, denunció que personal de la Comisión Estatal del Agua ha presionado a algunos habitantes para que les entreguen las escrituras de sus propiedades, amenazándolos de que, si no las entregan, no recibirán nada cuando sean expropiadas.
Todo esto y más se escuchó en Temacapulín, donde se realizó ayer y continúa hoy la Asamblea Regional de Afectados Ambientales.
De uno en uno, pasaron representantes de distintas latitudes: afectados por las presas El Zapotillo, La Yesca, El Cajón, del bosque El Nixticuil, de la Sierra del Tigre, de El Salto y Juanacatlán. Rostros tostados por el sol. Manos humedecidas por la pesca y llenas de historia en los zurcos de la piel. Sonrisas inundadas por su vínculo con el territorio y fuerza en la palabra para exigir que nadie ni nada robe su única posibilidad de supervivencia: los recursos naturales.
"Lo que sucede es que León no quiere acabarse los recursos que tiene. Ha preferido robarse el agua de otros sitios porque saben (las autoridades municipales) que es un recurso que se va a encarecer. Entonces, primero se chupan lo que hay en otras regiones", reflexionó Heriberto Calderón, quien apareció al tiempo que el aire anunciaba la caída del sol, para contar que la Presa El Zapotillo va en el mismo sentido de lo que ha sucedido en el municipio de Romita desde hace 15 años.
La ciudad de León comenzó a extraer agua de los mantos acuíferos de Romita (Guanajuato) con fines industriales. "No es justo", exclama, pues, según estudios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el nivel de agua del valle de León baja metro y medio por año, mientras que en Romita baja dos metros al año. La gente, sangrada por su "líquido vital", también fue sangrada con represión de parte del Gobierno federal y estatal. "Perdimos la lucha", concluyó Heriberto Calderón.
Uno de los más emblemáticos fue el caso de Luis Villegas, quien fue comisario de Acasico cuando la Conagua inició las gestiones para reubicar a la población que sería afectada por la Presa El Zapotillo. "Nos prometieron casas en Tepatitlán o en Yahualica, más la indemnización por nuestras tierras. Ahora ofrecen solo 10 mil pesos por las casas y con eso no nos podemos comprar nada. Han sido puros engaños".
Los afectados por la presa La Yesca señalaron que las cooperativas pesqueras no se han formalizado, a pesar de que fue una de las promesas del Gobierno federal cuando inició las obras. Esto les ha generado problemas con La Marina, que les ha quitado motores y chinchorros por no contar con los permisos.
En El Cajón, los reubicados se encuentran en propiedades en mal estado y en una zona que consideran peligrosa, pues están a 100 metros del embalse y ha habido derrumbes. Incluso, dijeron, hay 10 familias que aún no reciben su indemnización por reclamar un monto "justo" a la Comisión Federal de Electricidad.
La gente de El Salto y Juanacatlán recordó que la lista de enfermos por cáncer ya llegó a los 710 casos y que el bosque de Juanacatlán ha sido deforestado desde la introducción de las líneas eléctricas.
Finalmente, la gente de Temacapulín que en este momento está viviendo la presión más intensa por la construcción de la Presa El Zapotillo, denunció que personal de la Comisión Estatal del Agua ha presionado a algunos habitantes para que les entreguen las escrituras de sus propiedades, amenazándolos de que, si no las entregan, no recibirán nada cuando sean expropiadas.
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