Sobre la contaminación en el río Santiago
Este viernes, a las 12 del día, salió una marcha para recordarles a las autoridades que la muerte del niño Miguel Angel, quien murió por las aguas contaminadas del río Santiago, sigue pendiente, como sigue pendiente limpiar el río. Un año después, las autoridades no han entendido que esa amenaza continúa ahí para todas las personas que habitan ese municipio, pero siguen regalando dinero a quien no lo necesita.
Tampoco los tapatíos hemos entendido que esa agua contaminada vendrá a “nutrir” la presa de Arcediano en construcción, así que pronto nos bañaremos con esa misma agua. Quizá porque El Salto está lejos de Guadalajara es que piensan que están alejados de ese “problema”, quizá por ello la gente se sentía ajena a la contaminación en El Salto y a la muerte de un menor y el dolor de sus familiares, quienes encabezaron la marcha.
Y sin duda, algunos periodistas que se sienten la “conciencia enjuiciadora” critican que quienes somos sensibles a este problema nos hayamos incorporado a la misma. Pero estuvimos en las inundaciones en El Salto; estuvimos en la PGR para que dejaran libre a Raúl Muñoz, acusado injustamente; estuve en la marcha, de lo cual me siento orgullosa.
Ojalá hubieran estado ahí, sumados a la marcha, quienes escriben desde sus plumas enjuiciadoras.
Ojalá hubieran estado todos los candidatos a diputados y diputadas de todos los partidos, así como todos los candidatos a dirigir los municipios, eso hubiera hablado de su sensibilidad ante este grave problema, porque tan sólo con ellos, la marcha hubiera sido multitudinaria.
Ma. Candelaria Ochoa Avalos
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