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Oaxaca, México.-.- El costo económico que la sociedad tendría que asumir para remediar, restituir o prevenir el agotamiento y degradación de los recursos naturales y el medio ambiente a 2006 ascendía a 903 mil 724 millones de pesos, que representan 8.8 por ciento del PIB.
Sin embargo, los gastos de protección ambiental realizados por el gobierno federal ascendieron a 58 mil 573 millones de pesos, sólo 0.6 por ciento del PIB, por lo que el gasto necesario para mantener el entorno ecológico debería superar 14.4 veces el actual.
Así lo informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al dar a conocer, por primera vez, los principales resultados anuales del Sistema de Cuentas Económicas y Ecológicas de México 2003-2006 a valores corrientes.
De acuerdo con los datos, el quehacer económico dejó costos por la contaminación atmosférica que representan 4.7 por ciento del PIB; le siguieron agotamiento del petróleo con 2.0 por ciento, y degradación del suelo, equivalente a 0.6 por ciento del producto.
Contaminación del aire
Además, los cambios en el volumen de recursos forestales tuvieron un costo de 0.5 por ciento del PIB; y el uso de agua subterránea, residuos sólidos y contaminación del agua de 0.3 por ciento del producto, cada uno.
Expuso que en 2006 el PIB ascendió a 10 billones 306 mil 839 millones de pesos. Al deducir de la cifra dos tipos de costos: consumo de capital fijo y costos imputados por usos ambientales, resulta el Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente.
Por tanto, deduce 882 mil 688 millones de pesos por consumo de capital, equivalente a 8.6 por ciento del PIB, y 903 mil 724 millones de pesos por costos causados por agotamiento de recursos naturales, es decir, 8.8 por ciento del producto.
La destrucción del hombre de los bosques
Esto significa que el Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente, conocido como PIB Neto Ecológico, fue de ocho billones 520 mil 427 millones de pesos durante 2006, esto es 82.7 por ciento del producto nacional, expuso el Instituto.
En tanto, los gastos realizados en 2006 por el gobierno federal para prevenir, controlar o disminuir el daño ambiental generado por actividades de producción, distribución y consumo (gastos de protección ambiental) se ubicaron en 58 mil 573 millones de pesos.
Esta cantidad representa 0.6 por ciento del PIB ó 6.5 por ciento de los Costos Totales por Agotamiento y Degradación Ambiental, lo que indica que el gasto necesario restante, para mantener el entorno ecológico, debería ser casi 14.4 veces superior al que se registra.
Los costos del agotamiento, degradación de recursos naturales y medio ambiente se miden mediante balances físicos para conocer la disponibilidad al inicio de un periodo (activos o acervos de apertura), sus cambios durante éste y lo que quedó de recursos al final del periodo (activos o acervos de cierre).
La degradación de los suelos cada vez más grave
Sobre el agotamiento de los recursos naturales, el organismo informó que los activos forestales reflejaron una disminución media anual durante el periodo 2003-2006 de 1.1 por ciento.
La cifra es resultado de la pérdida promedio anual de unas 260 mil hectáreas de bosques de coníferas y latifoliadas, así como selvas con cobertura vegetal de más de 10 por ciento de la superficie, cinco metros de altura y extensión mayor a 0.5 hectáreas, por actividades silvícolas, tala clandestina, incendios y avance de agricultura y ganadería.
En cuanto a las reservas de hidrocarburos (probadas, probables y posibles) indica que disminuyeron 1.9 por ciento en promedio, durante el periodo de estudio, mientras que en el último año de la serie el decremento fue de 2.2 por ciento.
Esto significa que “de continuar con este patrón de consumo en aproximadamente 28 años se agotaría el recurso en su totalidad”, subrayó el INEGI.
Respecto a la disponibilidad del agua subterránea, presentó una tasa media de sobreexplotación de 2.3 por ciento, como resultado del exceso en la extracción del recurso para diferentes usos económicos.
El agua y su paulatina extinción
La cifra posiciona a México en el lugar 36 a nivel mundial, como uno de los principales consumidores per cápita del recurso (de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua), aunque es menor a los que presentan Estados Unidos y Canadá
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