LA CASA PAGA

La casa paga
Entre la pila de irregularidades que conforman la apertura y la permanencia del vertedero de basura de Los Laureles, en Tonalá, está el que debajo de toneladas de desperdicios y chorros de lixiviados se encuentran vestigios arqueológicos importantes para la historia del Occidente del país, esa que parece perdida y destinada a seguir en el olvido a causa de situaciones como éstas.
Las lamentables condiciones financieras y de políticas institucionales del INAH Jalisco han hecho que ni las manitas metan en éste y otros sitios donde la destrucción es palpable, comprobable y atribuible.
Sólo como dato, la cultura de la Atarjea es contemporánea de la que se estableció en la zona del Ixtépete, ahí donde los intereses inmobiliarios y la venta irregular de terrenos condenan al abandono esa parte de la historia local. Y esa es la historia constante de esta región; acuérdese el lector de lo que ha pasado en el Centro Histórico de Guadalajara, donde se tumbaron casas y edificios a diestra y siniestra en pos del progreso.
Pero como dijo el alcalde Petersen, ni aunque se levanten todos los pueblos (incluso los muertos) se va a cerrar el vertedero Los Laureles.