Si las acciones a favor del medio ambiente constituyen, desde ya, una iniciativa beneficiosa para el mundo, imagínense lo que ocurre cuando estas medidas también tienen repercusiones solidarias hacia las clases sociales menos favorecidas. Simplemente, el resultado de esta combinación es perfecto.
Así ocurrió, por ejemplo, días atrás en Paraguay, cuando la Fundación Taiwanesa Tzu-Chi repartió mil frazadas entre los habitantes del Bañado Sur de Asunción, quienes se habían reunido en la escuela Santa Ana para recibir estos abrigos confeccionados a partir del reciclaje de botellas de plástico.
Según reproduce el diario ABC, con esta iniciativa la fundación no sólo pretende ayudar a aquellos que lo necesitan, sino que también tiene como objetivo concientizar a la mayor cantidad de personas posible acerca de la importancia de proteger el planeta. Y en ese sentido, un buen punto de partida es fomentar, a través del propio ejemplo, el reciclaje.
Así fue, entonces, que esta fundación que desde hace doce años colabora con la población paraguaya, confeccionó y donó mil frazadas. De acuerdo a la información proporcionada por los responsables de la iniciativa, para fabricar una manta de dos plazas a través de este novedoso proceso, fue necesario reciclar setenta botellas plásticas.
Más allá de lo llamativo de este método utilizado para un fin solidario en Paraguay, es importante destacar también que esta idea de convertir en frazadas a las botellas descartables también ha sido desarrollada en Perú, donde se la utilizó para brindarle un poco de abrigo a las reclusas del penal Santa Mónica.
Foto: Flickr
Así ocurrió, por ejemplo, días atrás en Paraguay, cuando la Fundación Taiwanesa Tzu-Chi repartió mil frazadas entre los habitantes del Bañado Sur de Asunción, quienes se habían reunido en la escuela Santa Ana para recibir estos abrigos confeccionados a partir del reciclaje de botellas de plástico.
Según reproduce el diario ABC, con esta iniciativa la fundación no sólo pretende ayudar a aquellos que lo necesitan, sino que también tiene como objetivo concientizar a la mayor cantidad de personas posible acerca de la importancia de proteger el planeta. Y en ese sentido, un buen punto de partida es fomentar, a través del propio ejemplo, el reciclaje.
Así fue, entonces, que esta fundación que desde hace doce años colabora con la población paraguaya, confeccionó y donó mil frazadas. De acuerdo a la información proporcionada por los responsables de la iniciativa, para fabricar una manta de dos plazas a través de este novedoso proceso, fue necesario reciclar setenta botellas plásticas.
Más allá de lo llamativo de este método utilizado para un fin solidario en Paraguay, es importante destacar también que esta idea de convertir en frazadas a las botellas descartables también ha sido desarrollada en Perú, donde se la utilizó para brindarle un poco de abrigo a las reclusas del penal Santa Mónica.
Foto: Flickr
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