2.4.08

LA NATURALEZA PRIMERA DUEÑA DEL AGUA

El ciclo del agua que nos da vida necesita de la vida, de los ecosistemas naturales.
¿Qué agua tenemos? La única que hay en la Tierra desde hace millones de años. Es el agua que hizo nacer la vida, la misma que se evapora en los océanos, el agua que es nube, que corre sobre la tierra con sus ríos, que vive en lagos, que duerme congelada en las montañas. Es el agua que fue árbol, que fue bacteria, que fue ballena, es el agua invisible de los lagos y ríos bajo nuestros pies, bajo la tierra, es el agua que está dentro de tus ojos y te permite leer estas letras. Es el agua que bebes. No hay más agua. El agua hace vivir nuestro planeta.
El ciclo del agua ocurre en la naturaleza y solamente gracias a la naturaleza. Un antiguo ciclo de agua dio la vida y, hoy, la vida se implanta en el ciclo de agua para existir. El ciclo del agua que nos hace vivir necesita de la vida, de los ecosistemas naturales. Aún no hay poder humano que los sustituya. De cada tres vasos de agua que se beben en México, dos vienen de sus bosques y selvas. Así de íntima y cercana es la relación entre la naturaleza y tú. Aunque este dato es sorprendente, más lo es el índice de deforestación que sufre el país: tan sólo de bosques y selvas se destruyen más de 700 mil hectáreas cada año, cinco veces el tamaño del Distrito Federal cada 12 meses. Pero si se suma la destrucción de otros ecosistemas (pastizales, chaparrales, zonas áridas y semiáridas), entonces hay que agregar otras 500 mil hectáreas. Es decir, se devastan más de 8 y media veces el área del Distrito Federal por año.
¿Qué futuro se puede esperar? Hay que actuar con urgencia, implantar políticas y observancias que detengan la deforestación, conserven los ecosistemas naturales: las "fábricas de agua".
Primero las damas: la naturaleza y la vida. En la administración y políticas públicas nacionales de agua se debe tomar en cuenta, antes que nada, el consumo de agua que requieren los ecosistemas para funcionar. El agua que le sobre a la naturaleza podemos usarla. ¿Suena muy altruista? No hay opción, otro esquema de uso de agua es una ruta al colapso colectivo, a las guerras por agua, a los disturbios sociales. Las "fábricas del agua" (los ecosistemas) se destruyen diariamente y la escasez aumenta. No hay duda que la ausencia de ecosistemas como bosques y selvas cambia la disponibilidad de agua y todo su ciclo.
El crecimiento constante de la agricultura y ganadería es la causa más importante de la deforestación, le siguen el crecimiento de la industria, de la población y de sus asentamientos. Día a día la demanda sobre los recursos se incrementa; ese es un camino insostenible. El agua debe ser vista como un bien de la naturaleza, y la humanidad puede usar sus excedentes, no al contrario. Para que salga agua suficiente y de calidad por los grifos se necesitan ecosistemas sanos, ecosistemas suficientes y de calidad, con toda su biodiversidad. En la gestión tradicional del agua lo común es cambiar los cauces de los ríos, construir enormes presas, entubar los escurrimientos naturales y, por otro lado, contaminar el agua. Las descargas sin tratamiento matan ríos, lagos, mares, atmósfera y tierra. En México, de cada 100 litros vertidos sólo 25 reciben un tratamiento de semidescontaminación.
En los hechos, cada vez hay menos agua, cada vez más contaminada. Se reseca e intoxica a la naturaleza, a la biodiversidad. Por estas razones en México algunos grupos ambientalistas piden que en la Ley de Aguas de la Nación se incluya y observe lo siguiente:
Considerar al ambiente como otro usuario del agua (Uso ambiental), para tener representantes de los intereses en la protección del ambiente, tal como el mantenimiento de agua para la conservación de los ecosistemas dulceacuícolas y la vida misma del hombre.
Reconocer el papel de la naturaleza como un activo ambiental y reconocer el valor de los servicios ambientales que presta el ambiente a través de un reconocimiento de la necesidad de la permanencia de los cuerpos de agua naturales.
Asignar, a través de la norma oficial de gasto ecológico, volúmenes de agua a los ecosistemas naturales considerando las fluctuaciones climatológicas y permitir la permanencia de los cuerpos de agua naturales, dentro de las condiciones climáticas de cada caso, a través de anteponer el uso no consuntivo al uso consuntivo del agua.
Promover incentivos para el buen manejo de las zonas productoras de agua y asegurar el abastecimiento de los sistemas hidráulicos a través del Pago por Servicios Ambientales Hidrológicos, para así participar en una distribución más igualitaria de estos servicios a comunidades actualmente retrasadas en los beneficios.
Permitir una participación más igualitaria de la sociedad civil en los procesos de toma de decisión de los Consejos de Cuenca, órganos de gobierno en materia de administración del agua.
Fomentar la capacitación de los representantes de los diferentes sectores productivos en los órganos gubernamentales de administración del agua.
Promover la presencia de Representantes del Uso Ambiental en los organismos de toma de decisión en materia de administración del agua.
Elevar la prioridad del uso ambiental no consuntivo sobre otros usos consuntivos. (consuntivo= agotador, debilitador)

"Uso consuntivo": el volumen de agua de una calidad determinada que se consume al llevar a cabo una actividad específica, el cual se determina como la diferencia del volumen de una calidad determinada que se extrae, menos el volumen de una calidad también determinada que se descarga.
"Uso doméstico": la utilización de los volúmenes de agua para satisfacer las necesidades de los residentes de las viviendas.
Además de la problemática mexicana, el agua de todo el mundo enfrenta una amenaza ambiental alarmante: el cambio climático. La humanidad quema tal cantidad de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) que el clima en todo el planeta está cambiando. Miles de toneladas de gases invernadero aprisionan el calor en nuestra atmósfera (principalmente CO2) y se originan más sequías y huracanes, más fríos y calores. El derretimiento de los polos y los glaciares es una realidad. Se prevén cambios en los patrones de lluvia y, en consecuencia, en las actividades agropecuarias mundiales, así como en el abasto a todas las demás actividades humanas (uso doméstico, industrial, de producción energía, etc.).
Es imposible tener agua sin conservar la naturaleza. Es un círculo vicioso: al matar los bosques y las selvas, matamos las esponjas que absorben al CO2 y, al mismo tiempo, el cambio del clima mata bosques y selvas: las fábricas de agua. Lo que hacemos con la naturaleza y con el agua es tan absurdo como cosechar los frutos derribando los árboles. Una esperanza para conservar las fábricas de agua: los servicios ambientales de la naturaleza. En un mundo regido por la economía de libre mercado, la tendencia actual es que si algo no ofrece un valor o beneficio económico no tiene por qué conservarse. Esto se agrava porque generalmente se buscan beneficios económicos a corto plazo. Para promover la conservación dentro de este esquema de libre mercado (que se ha demostrado insostenible), existen esfuerzos para que se valore el papel de la naturaleza en términos económicos (capital natural) y, una vez comprendido su altísimo valor, se conserven más áreas naturales.
Es indispensable que las grandes industrias, los gobiernos, las empresas y la sociedad entiendan este valor. Los ecosistemas y los beneficios que nos brindan (servicios como agua, aire, nuestra vida) valen miles de millones de dólares cada año ya que hacen funcionar todas las actividades humanas. El concepto de pago por servicios ambientales de la naturaleza busca retribuir económicamente a quienes poseen y conservan los recursos, abatir los índices de deforestación y de pobreza, lograr el verdadero aprovechamiento sostenible y que además se beneficie a las comunidades locales. Sin embargo, la voracidad del mercado que busca beneficios a corto plazo (por maderas, por agricultura, por turismo, etc.) es más veloz que la conservación y el pago por servicios ambientales, los índices de deforestación no bajan lo suficiente. En todo esto está involucrada el agua, parece una necesidad eterna recordar que sin agua no hay vida, ningún tipo de vida.

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