Personas que viven junto al río Santiago ven cómo día a día su salud se deteriora
“En El Salto hay una emergencia de la que nadie hace caso”
La zona será declarada en emergencia ambiental, anticipa el diputado José Luis Ocampo
Judith Vique Luna no llora, aunque la metástasis ya la invadió ante la imposibilidad de parar el cáncer que le comenzó en un seno. No llora aunque tiene dos hijos pequeños que, sabe, pronto podrían quedar sin su madre. Al contrario, rabiosa, dice: “En El Salto hay una emergencia de la que nadie hace caso. El presidente (Felipe) Calderón se dedica a su guerra, cuando existen emergencias como las de aquí que nunca ha atendido”.
La mujer, en su cama, en su domicilio de la calle Girasoles número 57, en la colonia Jardines del Castillo de El Salto, rodeada de cámaras y reporteros, está enojada. Y se le nota que hay incredulidad en los resultados que pueda acarrear la visita de dos diputados priístas, Salvador Arellano y José Luis Ocampo, tantas veces se ha prometido sanear la colonia, el municipio, de los estragos que el canal de El Ahogado y el río Santiago producen en la población, que otra más a estas alturas para ella semeja lluvia sobre mojado.
José Luis Ocampo, quien preside la apenas en formación Comisión de Salud de la naciente 59 Legislatura, suelta la nueva promesa. Esta semana iniciará en el Congreso una mesa de análisis, se realizarán estudios mediante el muestreo del cauce del arroyo de El Ahogado y el Santiago, y se presentará una iniciativa –que anticipa será aprobada “porque somos mayoría”– para que la zona sea declarada en emergencia ambiental.
“No estoy enterado”, contesta el diputado Ocampo cuando se le recuerda que el 11 de febrero pasado la Secretaría del Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades) informó que este lunes será presentado un decreto para designar a la cuenca de El Ahogado como Zona de Alta Fragilidad Ambiental, en un polígono de 745 kilómetros cuadrados que incluirá los municipios de Tlaquepaque, Tonalá, El Salto, Juanacatlán, Zapopan, Tlajomulco, Zapotlanejo, Guadalajara, Ixtlahuacán del Río y Tala.
“Es un polígono que va a delimitar ciertas acciones y condiciones de recuperación ambiental de la zona, restricciones en cuanto a las autorizaciones que van a poder emitir los ayuntamientos y aquellos que se van a tener que restringir”, dijo ese día la secretaria Martha Ruth del Toro.
El diputado en gira dominical por El Salto, tampoco parece estar enterado de lo que significaría la declaratoria de emergencia ambiental. “Vendría un apoyo federal para que esto sea manejado con apoyo tanto de la Secretaría Ecológica (sic), hay varias secretarías involucradas, vamos viendo cómo se puede determinar un apoyo inmediato, porque esto si se maneja como desastre ecológico, tiene el respaldo del gobierno federal para bajar recursos”.
Y, para refrendar que ahora sí las promesas pueden ser realidad, completa: “Afortunadamente (los diputados federales) Arturo Zamora y Trino Padilla ya se involucraron en el proyecto y vamos a ver de manera inmediata cuáles son las tareas emergentes”.
El horror de años
El diálogo se da a un lado del arroyo de El Ahogado, pútrido, verde, espumoso. Es entre Raúl Muñoz, uno de los principales activistas en El Salto y Juanacatlán, quien lucha junto a cada vez más habitantes de ambos municipios, por terminar con la contaminación del río y sus consecuencias, y el mismo diputado Ocampo, luego que la ingeniero Laura Burgueño Lafarga obtiene dos frascos de muestra del agua hedionda que analizará en la empresa contratada, D’Aqua.
–Esta agua tiene estudios realizados a nivel nacional e internacional, no podemos perder tiempo en ver qué cambió, eso ya está documentado, –le objeta Raúl Muñoz a Ocampo.
–Nada más queremos justificar ante el Ejecutivo que está contaminada y que no anden con palabrerías. Decían que hay que entubar, hay que ver cuántos son los procesos de entubación.
–El objetivo de traerlos a esta colonia fue para que vean la cercanía (del arroyo) con las viviendas, este fraccionamiento no debería existir, pero hoy en tanto se da el saneamiento hay que hacer acciones emergentes.
–El saneamiento puede tardar mucho tiempo, vamos por factores de prevención.
–También los invitamos para tratar de que baje un poco la incidencia de cáncer, porque aquí tenemos 23 mujeres menores de 40 años enfermas de cáncer. Por eso la solicitud es entubar este canal.
–¿Cuántos metros son de entubamiento?
–Lo que falta construir es 3 mil 400 metros, son de aquí de donde nace el canal hasta la carretera de El Salto.
–Ahora, no son sólo los factores oncológicos, hay factores dermatológicos, oftalmológicos, gastroenterológicos, por eso es la inquietud de involucrarnos directamente con ustedes y vamos a estar en comunicación permanente. Nos llevamos sus propuestas.
–Tenemos ya elaborado el proyecto para entubar, con ingenieros que han estado trabajando, incluso hasta el presupuesto, para que no anden formando comisiones y se pierda el tiempo. Nosotros no somos de cada tres años, llevamos toda la vida viviendo aquí y hemos estado trabajando desde hace más de 15 años en este tema.
–Nosotros lo sabemos, no son improvisados, nada más permítannos conocer de la problemática real en base a lo que ya se contempla.
–Me gustaría que no se fueran sin escuchar a estas personas enfermas, –invita Muñoz a Ocampo. Ambos caminan, seguidos de cámaras, entre calles sin pavimentar, ante la mirada impávida de vecinos que rentan las pocas casas habitadas en una colonia semiabandonada por los propietarios de fincas. Tal parece que sólo un par de perros que ladran tras un cancel son los únicos que se sienten alterados en su vida cotidiana.
¿Y la planta saneadora?
El segundo y último punto de visita es la presa de El Ahogado. Abiertas las compuertas por la Comisión Nacional del Agua para motivar el movimiento de los líquidos y con ello disminuir la concentración de tóxicos, el río putrefacto avanza espumoso hacia el canal, a unos 50 metros de donde se encuentra una colonia recién estrenada con minúsculas casas relucientes, que apenas comienza a habitarse. Es la frontera entre El Salto y Tlajomulco.
“Aquí es donde quieren hacer la planta de tratamiento, había algunos problemas ejidales que ya se deslindaron. Pero no terminan por comenzar, siguen dizque en estudios de mecánica de suelos. Pretenden desviar el cauce hacia el lado de Tlajomulco para tratar las aguas, pero que continúen por este mismo arroyo ya tratadas”, dice el alcalde saltense, Gerardo González, quien se queja de que a pesar de haber platicado a mediados de enero con el director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), César Coll Carabias, hasta este domingo no conoce aún ni el proyecto ejecutivo. Ni siquiera un anteproyecto.
El diputado Ocampo interviene para preguntar dónde están los recursos que se asignaron para la planta tratadora de aguas en El Ahogado, porque existía una partida presupuestal que no se usó y que amerita un proceso de investigación.
–¿Qué le parece la declaración hecha por el secretario Alfonso Petersen, de que no hay riesgos a la salud por convivir con el río?, –le preguntan al legislador, al paso por la presa.
–Niegan que hay procesos infecto-contagiosos y los estamos viendo aquí a corto plazo. El proceso de investigación se llevará a cabo, tenemos el respaldo federal, y vamos a hablar con el Ejecutivo. Tenemos algunos compañeros en el área jurídica penal porque si es necesario fincar responsabilidades así va a ser, no se puede jugar con la salud del pueblo, no puede haber negligencia en este tipo de situaciones y vamos con todo. Puede haber proceso inclusive penal por negligencia, vamos a hacer una investigación real.
No muy lejos de donde el diputado habla, 15 vacas famélicas tragan un pasto alto de raíces negras y detrás un cercado divide a los animales de un sembradío de hortalizas.
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