19.2.10

El Blanco, otro río contaminado

Debido a la contaminación, el Río Blanco tiene una densa espuma que hace honor al nombre del afluente. M. FREYRIA

  • Descargas humanas, la razón

La posible solución es construir dos plantas de tratamiento, colectores y 49 kilómetros de redes de alcantarillas, que cuestan 53 millones de pesos

GUADALAJARA, JALISCO.- Otro paraíso al que le cayó la maldición de la Zona Conurbada de Guadalajara es el Río Blanco, que acabó por convertirse en un “drenaje natural” que a su paso mata cultivos, riega algunos alimentos resistentes (como el nopal, que se vende en los mercados de Abastos y el Felipe Ángeles) y enferma a las poblaciones aledañas.

Este río recibe 400 litros por segundo de aguas residuales de vecindarios ubicados en Nextipac —donde nace el afluente—, Tesistán, Santa Lucía, Jardines de Nuevo México, Río Blanco, Cañadas de San Isidro y San Isidro, hasta que desemboca en el Río Santiago.

Rosa Flores está parada en un puente ubicado en el territorio de San Esteban (delegación de Zapopan), debajo del cual corre el río espumoso y pestilente. En los alrededores hay terrenos tapizados de nopales, que son la única opción de supervivencia para muchas familias. Cuenta que cuando el agua era cristalina —hace más de 20 años— salía corriendo de la escuela para echarse un chapuzón. “Mis hijos no me creen que este arroyito estaba limpio”, comenta.

Cada vez que algún poblador del Valle de Tesistán usa el baño, o los hospitales e industrias sueltan sus descargas, el Río Blanco se pinta de gris a negro, sin perder el toque blanco de la espuma. Los fines de semana aparecen vísceras y pedaceras de animales. ¿De dónde vienen? De la ciudad, de aguas arriba, de anónimas zonas urbanas.

Cuando el agua era insípida, inolora e incolora, toda la población de San Esteban vivía del mango criollo y de las hortalizas para el autoconsumo, hasta que el río secó el último rastro de vida de estos alimentos. Algunos decidieron sembrar nopal, otros salieron a la ciudad a buscar trabajo y las mujeres a limpiar casas en el fraccionamiento residencial Las Cañadas, que se ubica a cinco minutos de la delegación.

Descargas urbanas contaminan el Río Blanco

Las aguas residuales provenientes de la ciudad y que son descargadas al Río Blanco, han convertido a este afluente en un foco de infección potencial para los habitantes de zonas aledañas.

En San Esteban viven alrededor de dos mil 300 habitantes, y los más afectados por las aguas residuales urbanas son los pobladores de San Isidro, ubicados en la margen izquierda del río, donde, además, sólo hay agua potable cada 15 días, situación dispar con el fraccionamiento vecino Las Cañadas, donde hay líquido vital hasta para un campo de golf.

“Venía la gente del rancho aquí a lavar, a lavarse las manos, a pasar el día… ya no; imagínese meterse con la suciedad del excusado o las fábricas de cueros que descargan aquí… todo esto ha espantado hasta al turista, porque aquí era una zona donde veíamos pasar a mucha gente que venía a disfrutar del río y, quiera que no, dejaban dinero en el pueblo”, explica Rosa Flores, una de las vecinas de San Esteban.

En esta zona no hay estudios del agua, ni de los alimentos que se riegan con aguas negras, ni de la salud de la población. Pero, sin duda, tienen los problemas típicos de vivir cerca de aguas negras: enfermedades de estómago y de las vías respiratorias, y, de vez en cuando, ronchas en la piel.

“Ah sí, yo a cada rato tengo torzones, se me quita la diarrea y luego luego me vuelve a dar; las ronchas me salen en calor, me da comezones en todo el cuerpo. No sé si sea por la contaminación, pero eso me pasa desde hace 14 años que vivo aquí”, relata Graciela Herrera, quien vive en la casa más cercana a Las Cañadas y a un lado del Río Blanco.

Nopales, ¿frescos?


Si se secaron los mangos, el aguacate criollo, los peces y las hortalizas, y dejaron de ir turistas a al sitio que describían como “paradisíaco”, para muchos no hubo otra opción que sembrar nopales y regarlos con las aguas que tienen a la mano: las del Río Blanco. En la cabecera de San Esteban son alrededor de 15 hectáreas y en San Isidro 20.

“Del nopal sacamos para comer, casi siempre anda en dos o tres pesos (el kilo) y ahí con eso gracias a Dios nos ayudamos. Aquí nos lo comemos o lo vendemos al mercado Felipe Ángeles o al de Abastos… Sí le angustia a uno regar con este río, porque andamos adentro del agua y pos tenemos que tocarla, ni modo que no”, cuenta un viejecito vestido de gris, delgado, señalando sus cultivos que están en la parte alta del río.

El delegado de San Esteban, Bernardo Santos, explica que el Ayuntamiento de Zapopan les ha pedido que realicen estudios de los alimentos, “pero no se ha hecho, por decidia o porque no hay dinero. Y no sé si haga daño, hasta ahorita todos comemos de esos nopales y creo que no nos hemos enfermado”.

Siguiendo el Río Blanco hacia donde desemboca en el Río Santiago, está Ex Hacienda del Lazo, donde también viven del nopal, que ahí es regado con las aguas de éste último, tan conocido por sus altos índices de polución.

Es la historia que se repite en todas las zonas rurales de los alrededores de las ciudades: la gente está harta de vivir como en los gallineros, “los de arriba cagando a los de abajo”, como alguna vez expresó un habitante de Huaxtla, afectado por los lixiviados del basurero Picachos y por el Río Santiago.

Autoridades avanzan en proyecto de saneamiento

En Guadalajara se ve como algo lejano tener un río de aguas transparentes cruzando por la ciudad. Pero si todo sale como está planeado, el Río Blanco puede regresar a ser el mismo que antaño.

En 2005, la Comisión Estatal del Agua (CEA), el Ayuntamiento de Zapopan y el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) acordaron realizar proyectos ejecutivos para construir colectores, redes de alcantarillado y plantas de tratamiento para rescatar la Cuenca, que incluye parte del Bosque El Nixticuil.

Actualmente, están en pláticas con el actual alcalde zapopano, Héctor Vielma, para firmar un convenio que permita bajar recursos federales y estatales.

La CEA ya tiene terminados los proyectos ejecutivos de la construcción de 49 kilómetros de redes de alcantarillado de las colonias Campestre, Las Palomas, San Rafael, La magdalena, Las Mesitas, Lomas de Tesistán, Bosques de San Isidro y San Isidro, lo cual beneficiaría a 45 mil 314 habitantes y requiere una inversión de 53 millones de pesos.

El SIAPA está trabajando en los proyectos ejecutivos de los colectores y le tocará la ejecución de las obras, al igual que al Ayuntamiento.

Y aunque es una zona muy cercana a donde se construirá la planta de tratamiento de Agua Prieta, las descargas urbanas no podrán enviarse a ese punto, ya que es una zona más alta y se requiere bombeo. Por lo que definieron que se requiere ampliar la actual planta de tratamiento de Río Blanco (que se ubica por la Base Aérea), y construir dos nuevas en la zona más baja, por la población con el mismo nombre del afluente y por San Isidro.

Actualmente el río recibe 400 litros por segundo de aguas residuales, pero las plantas se prevén con una capacidad de 940 litros por segundo, ya que se estima el saneamiento a 25 años.
“Lo que estamos viendo actualmente con Vielma es que conozca el acuerdo para que participe y formalice el convenio, para realizar acciones y ver de qué programa obtenemos recursos”, explicaron en Comunicación Social de la CEA.

Textos: Alejandra Guillén.

Para saber

La localidad de San Esteban (San Miguel Tateposco) está situada en el Municipio de y tiene más de dos mil habitantes.
Las corrientes superficiales permanentes de mayor importancia en Zapopan son: los arroyos San Antonio, Grande, La Higuerita, Blanco, Atemajac y Las Tortugas, que desembocan en el Río Santiago.
CRÉDITOS: Informador Redacción / RC

No hay comentarios: