12.2.10

Con marcha, exigen alto a la contaminación del río

Ante la postura de SSJ, propusieron que Casa Jalisco se mude junto al Santiago. “Puras idioteces, las declaraciones del secretario de Salud”: abuela de Miguel.

Guadalajara.- Fueron 20 cruces las que cargaron por sus muertos. Con ellas, vecinos de El Salto y Juanacatlán, así como miembros de organizaciones civiles, arribaron al centro de Guadalajara. Marcharon y volvieron a clamar justicia, en la víspera del segundo aniversario de la muerte del niño Miguel Ángel López Rocha, quien falleció el 13 de febrero de 2008, intoxicado tras atragantarse con las aguas pestilentes del río Santiago.

“Miguel Ángel no murió, el gobierno lo mató”, gritaba el contingente formado por unas 80 personas. Niños y adultos. Pobladores y activistas deploraron el estudio que la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) presentó un día antes y las declaraciones de su titular, Alfonso Petersen Farah, quien, con base en 305 encuestas, aseguró que “no hay riesgos” a la salud por vivir cerca del Santiago.

Cada cruz tenía inscrito el nombre completo, la fecha y el motivo de la defunción de 20 personas, desde los tres años de edad, que sucumbieron ante tumores malignos o insuficiencia renal, aunque la lista completa era de 22 muertes, todas ocurridas en 2009 y la mayoría en mayo. Franco contraste con las encuestas que la SSJ ofreció en la víspera: de 156 muertes ocurridas en El Salto y Juanacatlán en el último año, sólo una era por cáncer, un tumor de estómago.

A las 11:30 am, los manifestantes partieron del jardín de San Francisco y avanzaron por la avenida 16 de Septiembre hasta llegar a la calle Hidalgo y luego enfilaron al Recinto Legislativo. El padre de Miguel Ángel, Miguel López, y la señora Martina Ruvalcaba, abuela paterna del niño muerto, iban al frente.

La abuela sostenía una fotografía con la leyenda “Devuélvanme mi niño. Lo quiero abrazar”. Ante lo imposible, exigió justicia y saneamiento del río Santiago, “para que a nadie le vuelva a pasar jamás lo que a mi nieto”. La mujer recordó que el pequeño cayó en coma y sufrió varios días de agonía antes de morir.

Martina opinó enfurecida que “son puras incoherencias” y “puras idioteces las declaraciones del secretario de Salud”, y lo retó a compartir un picnic con su familia en la colonia San José del Castillo, hasta donde llega el hedor del río y donde le pueden presentar a los enfermos para que los encueste.

El presidente del Comité Ciudadano de Defensa Ambiental del Salto, Raúl Muñoz Delgadillo, señaló que la SSJ hizo un estudio a modo, ya que aplicó encuestas aleatorias en las colonias del centro y no acudió a las tres más afectadas por la contaminación del río: San José del Castillo, San José del 15 y Las Pintitas.

También marcharon miembros de organismos civiles como la Coordinadora 28 de Mayo, el Congreso Ciudadano, el Tianguis Cultural y vecinos de Ixcatán afectados por otro problema de contaminación: el vertedero de Picachos. Todos, sumados en el Frente contra la Contaminación y la Impunidad. Fue notoria la ausencia de la mamá de Miguel Ángel, María del Carmen Rocha, quien no participó de esta marcha (cabe anotar que la señora tuvo diferencias con el Comité Ciudadano de Defensa Ambiental de El Salto, respecto a la forma de llevar su lucha).

Una comitiva de manifestantes fue recibida por diputados de la LIX Legislatura (ver nota anexa). Después marcharon a Palacio de Gobierno, donde dejaron una carta al gobernador Emilio González Márquez, en la su carácter de mandatario estatal, debido a “su indolencia por la contaminación del río Santiago”. Le propusieron, con sorna, que cambie la sede de Casa Jalisco a orillas del afluente, “dado que Alfonso Petersen Farah ha señalado el lugar sano y habitable”, y lo invitaron a renunciar.

La conmemoración luctuosa culminó con un foro y acto cultural a un costado de la Plaza de Armas, donde prevalecía el mensaje: “Que la muerte del pequeño Miguel Ángel no sea en vano”.

Maricarmen Rello

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