13.9.12

FALTA VOLUNTAD...

Falta de voluntad política obliga a modificar acciones para sanear el Río Santiago

A decir de Graciela González, de la asociación Un Salto de Vida, la reconsideración en las formas de lucha es lo más difícil. Foto HéŽctor Jesúœs Herná‡ndez
Alejandro Velazco.- “Nos hemos dado cuenta que el gobierno no puede y no quiere resolver los problemas que nos afectan”, relatan habitantes de El Salto, afectados por la contaminación del Río Santiago, quienes pretenden replantearse las acciones colectivas para poder subsistir en un territorio altamente dañado por la contaminación industrial. Entre estas nuevas perspectivas de trabajo comunitario se encuentran proyectos de agricultura y arte para mejorar la calidad de vida con base en el trabajo de los propios vecinos.
En el marco del II Encuentro Internacional de Estudios Sociales y Región en el Centro Universitario de la Ciénega (CUCi) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), integrantes de la Asamblea Regional de Afectados Ambientales se reunieron y compartieron sus experiencias de afectaciones de los pueblos de la barranca y por la contaminación del Santiago.
A decir de Graciela González, de la asociación Un Salto de Vida, la reconsideración en las formas de lucha es lo más difícil “porque empezamos desde la desesperación, hacíamos cosas a como nos habían enseñado de que el gobierno iba a resolver, al paso de los fregadazos y reconsideraciones colectivas le vemos a ese entorno pocas posibilidades, porque hay poca voluntad política”.
Los pueblos de la Barranca –Ixcatán, Huaxtla, San Esteban, Milpillas, Ex Hacienda del Lazo, San Lorenzo, y Ejido de Copala– no sólo comparten con El Salto la problemática ambiental, sino también la visión de que la política actual está basada en el dinero y no en la vida.
Por estos motivos han cambiado sus formas de acción dentro de las comunidades, con procesos de reflexión al interior, comenzando por ir a los barrios para representar los diagnósticos que se tienen y brindar información.
En el caso de El Salto, desde hace varios meses se están impartiendo cursos de agricultura urbana. “Estamos buscando la manera de enseñarnos a sembrar, tener comida más confiable que las que traen de las huertas con fertilizantes, para tener una opción de vida”, relata la bióloga.
También se trabaja en la formación de un vivero, “para poner verde a El Salto y Juanacatlán” y se han establecido reuniones con artistas comunitarios que ayuden a expresar la denuncia de la contaminación de otras maneras.
“Es difícil para los niños y jóvenes soportar un discurso permanente, estamos buscando otras lógicas para presentar el problema socioambiental, económico y político, que nos han llevado toda esta destrucción de los pueblos”, indica Graciela.
También se están fortaleciendo en el panorama jurídico los casos de las comunidades aglutinadas en la Asamblea, para presentarlo en el Tribunal Permanente de los Pueblos –con sede en Roma y que se encuentra en sesiones dentro del territorio nacional–, “para evidenciar al Estado mexicano por hacer estas leyes obsoletas y todo el modelo que da al traste a nuestras vidas”.
Por su parte, el poblado de San Francisco Ixcatán, se enfoca más en el rescate de las costumbres del lugar para crear arraigo entre los habitantes. Desde la fiesta de los tastoanes hasta la elaboración de recetarios con comida típica de la zona, los esfuerzos van en este sentido.
Como relató doña Sofía, pobladora de Ixcatán, el trabajo con niños es muy importante, con ellos se elaboran los disfraces tradicionales de las fiestas del pueblo a fin de rescatar costumbres perdidas.
También se tiene un programa de elaboración de hornos que trabajan con leña, con el cual se ha beneficiado a 24 familias. Esto con el motivo de ahorrar en el consumo de gas, además las estructuras cuentan con un sistema que no afecta la salud de las familias y se utilizan maderas de la región.
El próximo año se desarrollará, comentó José Casillas, un trabajo para lograr la captación de agua de lluvias.
En cuanto a Huaxtla, que continúa con los problemas por los lixiviados que caen de los basureros Picachos y Hassar’s, los pobladores pretenden continuar con las acciones a fin de que las plantas de tratamiento de ambos vertederos funcionen correctamente y no viertan sus desechos al arroyo Milpillas.
Además se trabaja en huertos de mango y maíz que no utilizan químicos, a fin de mejorar la alimentación y se están buscando nuevas fuentes de agua limpia, pues el actual ayuntamiento prometió construir un pozo profundo, el cual no se ha comenzado.

Investigadores analizan problemática
En la primera jornada de este encuentro internacional –que durará tres días– diversos expertos e investigadores en el área del medio ambiente se dieron cita en el CUCi para dialogar con alumnos de la universidad y afectados directos por la contaminación del Santiago a fin de analizar las situaciones que existen en el estado de problemas ambientales, además de alternativas agropecuarias a fin de mejorar las condiciones alimenticias en la entidad.
Paulina Martínez, organizadora de las mesas, resaltó la importancia de estos diálogos y que se den a conocer las problemáticas entre los habitantes de zonas urbanas.
Entre los temas que se trataron, Jaime Morales, habló sobre la recuperación de la agricultura familiar y el consumo como un acto político, es decir, que conlleva a una reflexión sobre a quién se le compra y qué es lo que están consumiendo.
Él considera que uno de los problemas principales es la relación desigual que existe entre el campo y la ciudad, la ciudad como depredadora de los recursos de campo, en donde paradójicamente los productores son los más pobres.
También se habló de la pesca, en donde el experto Antonio Corgos, hizo comparativos entre las ventajas de este tipo de actividad sobre la pesca industrial, “en términos generales esta última contamina más porque utiliza grandes cantidades de diesel y vierte desechos en el mar, además la pesca industrial extrae especies que no son de su interés y las desecha”.
El biólogo Gregory Nieves, hizo una descripción de las especies endémicas de la barranca de Huentitán en peligro de extinción, que representan una gran diversidad.
Indicó que los huertos tradicionales –que enfrentan el problema de la contaminación del Río Santiago– ayudan al equilibrio ecológico de la Zona Metropolitana de Guadalajara, por lo cual, aseguró, deben recuperarse incentivando a los campesinos a través de bonos por los servicios ambientales.

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