“No nos interesa el dinero que ofrecen por nuestras tierras”
Quiero agradecer a usted, lector, por permitirnos llegar hasta sus exigentes ojos, pues gracias a ello es que podemos decir una vez más aquí estamos.
Aquí en Tamacapulín de los Remedios, los hombres hemos sabido aprovechar las tierras fértiles, la abundancia de agua, de flora y fauna y de otros recursos naturales. Aquí en Temacapulín nos llegó la hora de acabar con la inocencia, han llegado a la comunidad desde hace varios años, “personajes grotescos” de diferentes dependencias gubernamentales, con la finalidad de engañarnos y robarnos nuestra tierra, y con ella, nuestros sueños y nuestras ilusiones; la amenaza es política, económica y social, nos hemos organizado y estamos en constante comunicación para defendernos de las injusticias. No nos interesa el dinero que nos pagan por nuestras tierras, estamos unidos y fuertes, fortaleciendo nuestra tierra, que es de nosotros. Sólo unidos podemos ser fuertes ante gobiernos y autoridades.
Cada generación tiene su tarea propia y cada generación tiene un compromiso con su propia dignidad y su propia reconstrucción social.
La corrupción política de las elites en el poder, no se va, se renueva; es urgente defender la necesidad de denunciar al estado y abogar por el pleno respeto a la libertad de expresión que se supone existe en México, el intentar acallarnos deja muy mal parada la calidad moral del estado.
Cuando un persona reconoce el derecho de otra y defiende las garantías individuales, no sólo propias sino ajenas, “ya hay ahí un avance social, ya hay ahí un cambio”; debemos hacer conciencia de que el cambio está en nosotros. A nuestro defensor y buen amigo, el cronista Miguel Angel Casillas Báez, director del Diario de los Altos, le expresamos nuestro apoyo total, incondicional y solidario y rechazamos rotundamente las agresiones preocupantes, indignantes, lacerantes de las que ha sido objeto, vía su correo electrónico. El pueblo de Temaca, que es tu pueblo, está muy dolido por esto que te pasa, esto es un signo clarísimo de cuánto le interesa al sobrino del cardenal, el diputado del PAN José Luis Iñiguez Gámez, el avance de la democracia y la participación de los ciudadanos, más allá de ir a votar. Nos parece que en este momento y en cualquier momento es de graves consecuencias esta situación, como siempre, partimos del principio de la presunción de inocencia aunque, lamentablemente, para el caso que nos atañe, es evidente que la presunción de inocencia del diputado Iñiguez quedó desvirtuada con hechos, dichos y acciones.
A Temaca no lo van a callar ni a amedrentar, porque alzaremos la voz una y otra vez si se sigue yendo en contra del bien de nuestro pueblo. Al igual que a Jesús, Temaca quiere ser crucificado, en este momento se ha vuelto bastante incómodo por considerarse un peligro político, frente a un pueblo que aspira al respeto irrestricto del estado de derecho y de los derechos humanos.
La acción del diputado Iñiguez “fue vergonzosa y bochornosa”, parece estar aferrado a un supuesto designio divino por proteger a capa y espada la construcción de la fantasmal presa El Zapotillo y hacer valer el respeto por sus intereses personales, cuando en teoría su interés prioritario debería ser la defensa de su gente, como representante popular que se supone que es, este tipo de actitudes son las que colocan a Jalisco como líder nacional en la práctica de la intolerancia; su nivel intelectual quedó nuevamente exhibido y da fe de los intereses de los sectores más oscuros y obtusos de la sociedad mexicana.
Nuevamente, el ya famoso “chinguen a su madre” del Ejecutivo estatal.
Atentamente Alfonso Iñiguez Pérez, habitante de Temacapulín y afectado por la presa El Zapotillo
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