Urgen a detener la urbanización en El Bajío

• Impacto ambiental

Especialista dice que el daño por descargar aguas negras es en materia de salud

GUADALAJARA, JALISCO (06/NOV/2011).- Las descargas de aguas negras de la Villa Panamericana no afectarán al acuífero, pero sí pueden contaminar los mantos freáticos y el pozo del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), organismo que aún está evaluando el daño. Para el especialista en gestión ambiental, Miguel Magaña Virgen, el problema es más de salud —por la materia orgánica— que ambiental, y “es algo que puede resolverse”. Lo grave, asegura, es que se advirtió hace más de un año que esto sucedería, porque la empresa Corey nunca entregó dictamen técnico de las plantas de tratamiento.

En este tenor, el investigador de la Universidad de Guadalajara reitera que la manifestación de impacto ambiental para la Villa carece de carácter legal y de fundamentos técnicos, por lo que debe utilizarse para otro fin que no sea habitacional, y urge detener la urbanización en El Bajío.

“El ayuntamiento de Zapopan ha dicho que tirarán la edificación si no cumple con la normatividad ambiental, pero es puro rollo; utilizan todo esto con fines políticos. Y dado que eso no va a suceder, todavía hay alternativas para proteger este zona de recarga de acuíferos, como utilizar la Villa con un uso que no genere el impacto previsto y detener la urbanización, que sería el error del siglo”.

En El Bajío están ya construidos el estadio de las Chivas, tres escuelas privadas (Once México, Universidad Cuauhtémoc y Colegio El Pedregal), la Villa Panamericana, algunas empresas y están construyendo otras instituciones educativas.

Los impactos de lo anterior ya son evidentes: hay especulación inmobiliaria, nuevas calles, problemas viales, impactos a la salud por los pozos negros de la Villa, mayor presión al Bosque La Primavera y requerimientos de agua y de descargas en una zona que, por ser tan baja, no hay cobertura del SIAPA.

“Ya hay impactos, claro, pero hay que detenerlos. Y es lamentable que las autoridades del bosque no se inconformen, porque dicen que la descarga de aguas negras fue a unos metros del polígono”, señala el académico del Centro Universitario de Ciencias Biológico Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Por último, aclara que el sistema de saneamiento que se desbordó no son lagunas de oxidación, si no únicamente pozos negros.

Dictamen ambiental, “sin valor jurídico”

De acuerdo con la revisión que Magaña Virgen hizo del dictamen ambiental de la Villa Panamericana, el documento no tiene valor técnico ni jurídico.

Señala que el documento no cumple ni con los ordenamientos ambientales ni tiene la congruencia técnica indispensable para que una autoridad ambiental lo autorice.

La edificación está en solo nueve hectáreas y tiene 950 departamentos, para tres mil 800 personas. Durante los Panamericanos se hospedó a siete mil atletas. Pero el ordenamiento ecológico de Zapopan establece que sólo se permiten 20 habitantes por hectárea o cuatro viviendas.

Uno de los puntos clave es que el dictamen técnico no lo tenía que emitir la Semades, sino el municipio, de acuerdo con la Ley Estatal de Equilibrio Ecológico, “de manera que ese documento no tiene ningún valor jurídico y, por ende, cualquier autorización”.

A finales de 2009, la entonces titular de la Semades, Martha Ruth del Toro, autorizó en un tiempo récord la Manifestación de Impacto Ambiental y pidió que se cumplieran con 56 condicionantes. Un año después, la empresa dijo que ya había cumplido.