En caravana, madres buscan a desaparecidas
La hondureña Olga Romero Medina llegó a Tapachula, Chiapas, hace dos años en busca de un mejor empleo. La última vez que se comunicó con su madre fue el 27 de enero de 2010, desde entonces “no se sabe nada de ella”.
Su madre, Irma Pilar Escobar Medina, originaria del municipio de El Progreso, Honduras, relata que Olga, de 30 años, trabajaba en una papelería en la ciudad fronteriza.
“De que salió para acá me llamaba y me mandaba dinero para mantener a sus hijos; me dejó cinco, la niña de 10 años es la que más pregunta por ella, y le lloramos juntas”, narra.
El último envío de dinero que Irma recibió fue el 14 de enero de 2010; dos semanas después hablaron por teléfono. Olga le dijo a su mamá que unas amigas la habían invitado a un parque, pero que no iría porque era peligroso. La noche de ese día, “mi hija mayor le llamó y ya no le contestó”.
Irma se unió a la caravana con otras 32 madres de mujeres y hombres desaparecidos —que llegó a México en días recientes—, con la esperanza de encontrar a su hija. A su paso por Tenosique, Tabasco, “muchachos hondureños me dijeron que conocían a mi hija, dicen que la vieron en Lechería (Tultitlán, Estado de México)”, cuenta.
Escobar confía en encontrar a su hija en los albergues de migrantes ubicados en el Edomex.
Secuestros y explotación
La caravana está conformada por 33 madres, cuatro nicaragüenses, 28 hondureñas y una salvadoreña; vienen acompañadas por el Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM) y organizaciones de Derechos Humanos.
Desde 2000, cada año las centroamericanas vienen a México en busca de sus familiares. Martha Sánchez, integrante del MMM y coordinadora de la caravana, explica que en 11 años se ha logrado saber el destino de 59 mujeres y hombres desaparecidos en México.
De acuerdo con la CNDH, de septiembre de 2009 a febrero de 2010 se registraron más de 10 mil secuestros de migrantes en el país; esta cifra rebasó los nueve mil 780 registrados en el mismo semestre de 2008 a 2009.
La CNDH advierte que mil 600 migrantes son víctimas de secuestro cada mes. No obstante, el gobierno federal cuestionó los datos y señaló que en 2009 sólo recibió 15 denuncias de plagios de migrantes. Organizaciones centroamericanas han documento 6 mil desapariciones de migrantes, apunta Sánchez.
La activista mexicana precisa que alrededor de un tercio de las personas migrantes desaparecidas son mujeres, y que su condición de género las expone a más riesgos. “Es común que la desaparición de las centroamericanas esté relacionada con el delito de trata, sobre todo con fines de explotación sexual”, añade.
Para colmo, remarca que seis de cada diez de las migrantes indocumentadas son violadas sexualmente. Ellas representan entre 10 y 30 por ciento de quienes transitan por México rumbo a EU. Se calcula que cada año ingresan al país 400 mil personas.
¿Dónde están?
La hondureña Ceila Cárdenas Chacón llegó a México con la intención de alcanzar el “sueño americano”, relata su madre, Yaneth Chacón, también integrante de la caravana.
La originaria de San Pedro Sula emprendió el recorrido hace 8 días por México en busca de su hija, con quien se comunicó por última vez el 15 de febrero 2003. “Ella me dijo que estaba bien, trabajaba en Tuxtla Gutiérrez limpiando casas”, señala.
Ceila compraba una tarjeta y hablaba con su madre desde un teléfono público, también le mandaba dinero para su hija de 3 años, quien actualmente tiene 12 años.
“Su idea era irse a Estados Unidos, pero no sabemos que pasó, ella no me hubiera dejado de llamar si estuviera viva o libre”, dice la madre desconsolada, y suplica a las autoridades federales y de Chiapas que le ayuden a buscar a su hija, quien en noviembre próximo cumple 29 años.
La edad de Ceila es casi el tiempo que Isabel Hernández lleva esperando para escuchar de nuevo la voz de su hija, Silvia Ordóñez Hernández, quien migró a México huyendo del maltrato de su esposo.
Doña Isabel sostiene que seguirá buscando a su hija desaparecida desde hace 24 años. Silvia salió de Honduras con la idea de llegar a EU, pero se quedó en Veracruz porque no le alcanzó el dinero.
“Entró a trabajar en un hotel y me contó en sus cartas que un marino la sacó de trabajar y desde entonces no sé nada de ella; no sé si no la deja escribir o si le hizo daño; he venido a tres caravanas y no la puedo encontrar”, expone.
Otra madre, Olga Marina Hernández, está desesperada por saber qué pasó con Lenis, su hijo de 29 años, quien se comunicó por última vez de Nuevo Laredo, Tamaulipas, en 2008.
Olga recibió llamadas de “un supuesto coyote” que le decía que su hijo estaba en Houston, y que debía pagar 2 mil dólares. La señora le dijo que no podía pagar esa cantidad, así que le pidieron 200 dólares. La hondureña los consiguió y realizó el pago… pero ya no volvió a saber de Lenis.
Las mujeres en caravana recorrieron ya Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Coahuila, y se dirigen a San Luis Potosí, Querétaro, Estado de México, DF, Oaxaca y Chiapas. Los 15 días de recorrido concluirán el próximo 13 de noviembre.
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