Abierta traición, ahora en Haramara
"Calderón mamón, te vestiste de huichol y a la hora de la hora traicionaste a la nación”, gritaban con fuerza un grupo de entusiastas e informados jóvenes durante la movilización Salvemos Wirikuta, Corazón Sagrado de México, convocado por las principales comunidades del pueblo wixárika como son Waut+a–San Sebastián Teponahuaxtlan y su su anexo Tuxpan de Bolaños; Tuapurie-Santa Catarina Cuexcomatitlán; Uweni Muyewe-Bancos de San Hipólito; Ta tei kie-San Andrés Cohamiata así como por sociedad civil preocupada por el lugar sagrado de Wirikuta, muchos de ellos organizados a través del Frente en Defensa de Wirikuta Tamatsima Wahaa, encabezado por las autoridades legítimas tradicionales del pueblo wixárika. Todos marcharon con el objetivo de exigir el respeto pleno a este centro de oración universal y de los principales lugares sagrados que dieron origen al mundo; lugares donde el pueblo wixárika se encarga de recrear cada año los pasos de los primeros que dieron origen a un mundo de luz después de una larga y difícil oscuridad, renovando los acuerdos fundamentales con los antepasados para que la vida continúe para la humanidad.
La marcha-peregrinación caminó desde el Angel de la Independencia a la residencia oficial de Los Pinos y de ahí al Museo de Antropología, reuniendo a más de tres mil 500 personas el pasado 27 de octubre en la Ciudad de México.
¿Por qué llamarle traidor al jefe del Estado mexicano? ¿Por qué lo harían miles de personas de la sociedad civil que no son parte de sindicatos, organizaciones políticas o que ni siquiera han participado en movimientos sociales? ¿Por qué lo hace un pueblo que ocupa un territorio continuo que abarca más superficie que el estado de Colima completo?
Según el diccionario, la palabra traidor es un sinónimo de ingrato, insidioso, conspirador y desleal, término que se usó para describir al Estado mexicano como actor de una traición al pueblo wixárika, a la nación mexicana completa, a la vida en el mundo y al equilibrio del universo.
El 28 de abril de 2008, en Pueblo Nuevo, Durango, se firmó el pacto de Hauxa Manaká, por el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, los gobernadores de los estados de Jalisco, Nayarit, Durango y San Luis Potosí; todos ellos portando coloridos trajes wixárikas. Es de comentar que dicho pacto se firmó en medio de una fuerte presión internacional, en que los relatores de Vivienda y Salud de la Organización de Naciones Unidas se pronunciaban por que el gobierno respetara los territorios y las decisiones colectivas del pueblo wixárika. Esto luego de la queja que la comunidad de Santa Catarina interpuso ante la destrucción del sitio sagrado Hutsetsie (El Paso del Oso) y el intento de imposición del proyecto carretero Bolaños-Huejuquilla, que se mantenía clausurado por fuertes movilizaciones de la comunidad que denunciaba el fraude hecho por el gobierno del estado de Jalisco al falsificar un acta de asamblea en la que la comunidad daba su supuesta anuencia.
Asimismo, los importantes avances ante la inminente sentencia del Tribunal Superior Agrario en el caso de la comunidad wixárika autónoma de Bancos de San Hipólito, que sigue defendiendo en procesos jurídicos el derecho a la totalidad del territorio que desde tiempos inmemoriales habita y usa.
En el pacto Hauxa Manaká el presidente de la república se comprometió a cuidar y garantizar la continuidad histórica de los lugares sagrados del pueblo wixárika.
Desde antes, el gobierno federal no tardó en “ofrecer su apoyo” a la Unión Wixárika de Centros Ceremoniales (UWCC), que había recibido la encomienda de las comunidades wixaritari de proteger los sitios sagrados.
La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) comenzó a dar una supuesta asesoría a la UWCC, exhortándolos a buscar “una concesión” en los terrenos de la Isla del Rey para la construcción de un Xiriki –lugar sagrado del poniente, Tatei Haramara, Nuestra Madre del Mar, donde nació la vida, en los tiempos donde sólo había oscuridad–, donde pudieran ser depositadas las ofrendas y se fortaleciera la protección de este sitio. Lo que el gobierno no dijo es que la concesión debía ser pagada por las comunidades o de lo contrario ésta puede ser cancelada, traspasada, vendida; es decir, lo que había sido un derecho ancestral se había convertido en un “derecho” mercantilizable, materializado en el permiso transitorio ISO MR NAY-046/07, emitido por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
La supuesta concesión a la UWCC no era más que una parte de la división de todo el terreno en “concesiones”, o lo que es lo mismo, en pedazos de tierra privatizables por capital turístico. Desde el año 2008 ya había puesto a la venta una superficie de 23 hectáreas de la isla del rey en dos millones 300 mil dólares, oferta que se anunciaba en sitios de internet (http://mexico.inmobiliaria.com/terreno-rural-en-san-blas-23ha-F49107). El gobierno federal, a través de la CDI, con su supuesta ayuda se había convertido en un operador fundamental para la privatización y el despojo del lugar sagrado de Tatei Haramara, Nuestra Madre del Mar.
Ante el creciente descontento wixárika, nuevamente llegó la “ayuda” del gobierno, otra vez la CDI apoyándose en la Secretaría de Reforma Agraria para hacer un “diagnóstico topográfico” en la Isla del Rey, en San Blas, trabajo que más que un “diagnóstico” como le llamaban, se convirtió en un documento interinstitucional que puso la isla en venta, dejando señalado únicamente la zona donde se entregan las ofrendas por el pueblo wixárika (esto nos recuerda la oferta que hace la minera First Majestic Silver de destruir Wirikuta y no tocar sólo El Cerro del Quemado, donde se depositan las ofrendas).
Recientemente, el día el 8 de junio de 2011, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto de la Semarnat que otorga concesiones a las a las empresas Desarrollos Turísticos Paraíso del Rey SA de CV y Desarrollos Turísticos Aramara, SA de CV, ambas representadas por el también desconocido J. Guadalupe González Rentería. Siendo una superficie aproximada de 100 hectáreas que para el ex edil Hilario Ramírez Villanueva, son tierras que permanecen ociosas (http://www.jornada.unam.mx/2011/11/09/estados/040n4est), a pesar de que desde tiempos ancestrales los wixaritari acuden a recrear los pasos de los primeros que nacieron el mundo.
En este contexto es que también sigue la creciente preocupación mundial por la escandalosa amenaza que constituyen los proyectos de “desarrollo” en Wirikuta; por la nula respuesta del gobierno mexicano; por la contingencia ambiental que constituye la presencia de metales pesados en toda la región; por los intentos de división al pueblo wixarika; por la impunidad con que operan las agroindustrias jitomateras; por la necedad de las trasnacionales mineras; por la falsedad en las declaraciones del gobierno al fingir que está consultando al pueblo wixárika; y mientras todo esto sucede se da a conocer esta cínica privatización de la Isla del Rey.
Hoy, en la historia del proceso de privatización de lugar sagrado de Haramara, con preocupación mostramos un espejo del actuar de las instancias dependientes del Ejecutivo federal en torno a la amenaza que enfrenta el sitio sagrado de Wirikuta. La CDI insiste al pueblo Wixárika en que ellos (el gobierno) darán solución y defensa al sitio sagrado, pero por otro lado da el aval a empresas mineras y agroindustriales para destruirlo, enfocando sus energías en atacar y tratar de desprestigiar al gran movimiento que de manera legítima defiende el desierto sagrado; y dice el gobierno que sus acciones contribuirán a salvar Wirikuta. Tal es el caso de la georreferenciación que hizo en fechas recientes de los lugares sagrados, al igual que en Haramara, junto con la Secretaría de la Reforma Agraria, nuevamente a espaldas de las comunidades y con expectativas preocupantes de que la traición sea una constante y una estrategia en esta guerra por acabar con los sitios sagrados, pilares que sostienen al mundo.
En tanto sucede esto, los marakate y sabios del pueblo wixárika ayunan, caminan, peregrinan, pagan ofrenda, y con el llanto hacen un esfuerzo amoroso para que las velas de la vida que aún dan esperanza a esta humanidad no terminen, no se extingan... como hace años escribió un buen amigo: “la vida... es más que el 666 de la Casa Blanca, más que un señor podrido en dinero mandando muerte; un arcoiris y una flor también lo son, más grande lo son”.
tunuaryycristian@yahoo.com.mx
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