11.1.09

SEPARAR O NO SEPARAR


Separar o no separar: he ahí el dilema del “H”
Entre vecinos de la zona 1 hay preocupación, pero insisten en que les falta información.

2009-01-11•El Tema


Esta escena debería desaparecer en la zona 1, a partir de mañana. Foto: Luz Vázquez Todas las separaciones son difíciles. Incluso la de la basura. Con esa filosofía, César Valdés, un vecino del barrio de Santa Tere, en Guadalajara, augura hace meses que el programa obligatorio de clasificación de los desechos fracasará sin más.

“Mira a los vecinos. ¿Tú crees que la van a separar en serio? ¡Ni se preocupan!”, se burla, al tiempo que señala la hilera de bolsas con contenidos variopintos, a lo largo de la cuadra. “Es pura moda. Las calcas ésas, con amonestaciones, las ponen nomás cuando los reporteros andan cerca”.

Se equivoca quizá en una sola cosa. Sus vecinos están muy preocupados por la separación de sus residuos. Quizá cayeron en la cuenta de que generan muchos.

Al lado del edificio de departamentos donde vive César hay una guardería pública, Las Tortuguitas, de la Secretaría de Desarrollo Social: pañales a morir. Y enseguida está el Güero de los jugos: kilos y kilos de bagazo de zanahorias y cáscaras de naranja. A contraesquina están los mariscos de don Ángel: cáscaras de camarón para alimentar a cien gatos. Sigue el convento del Anáhuac Garibaldi: de todo un mucho…

Ninguno sabe en realidad cuándo comenzará el programa, las amonestaciones, las multas.

Ninguno es ninguno. Ni los trabajadores de Caabsa Eagle, la empresa encargada de la recolección y la disposición, que a pesar de todo le son leales a la camiseta.

—¿Cuándo empiezan? —se le pregunta a un carretonero bonachón, a quien le tiene sin cuidado engullirse una de ceviche de don Ángel mientras coge una bolsa con pañales.

—Esteee… El lunes…

—¿El lunes?

—El lunes les decimos si sí o no.

—¿Y cómo vamos a saber de qué manera separar la basura?

—Pos la vamos amolestar.

—Pero no han dado trípticos.

—¿Quiere uno? ¡Dale una amolestación a la señorita, cabrón!

—Están desorganizados sus patrones. ¿No?

—Nooo. Mis patrones, no. Es el “H”, que dice una cosa y dice otra.

El “H”: H. Ayuntamiento de Guadalajara. Sus trípticos, que no son amonestaciones, obligan las bolsas de colores distintos para orgánicos, inorgánicos y sanitarios. El “H” aclaró que cambió de opinión, y en vez de bolsas clasificará por días de la semana.

Mientras llega el lunes y el “H” se decide, el Güero de los jugos y la responsable de la estancia infantil Las Tortuguitas, ambos responsables de verdad, sufren. ¿Dónde van a meter tanto pañal y tanto bagazo? “Es que nos deberían dar capacitación para saber cómo conservar las cosas sin que se pudran y nos generen problemas de salud con los niños”, dice ella.

Don Ángel, el del puesto de los exquisitos mariscos, lo tiene resuelto. “Está refácil: los lunes, miércoles y viernes voy a pelar los camarones de los martes, jueves y sábados”, dice con cierto pesar, él que siempre se ufanó de la frescura de su cocina.

Sí: en aras del civismo, los camarones serán menos frescos, pero la basura siempre será del día.

Vanesa Robles

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