Contra la exigencia de un grupo de habitantes del municipio de El Salto, la empresa Caabsa Eagle, contratada para recoger, transportar y tratar la basura de varios municipios metropolitanos, pretende permanecer otros quince años en el vertedero Los Laureles, en Tonalá.
El director de la concesionaria, Antonio Villada Navarro, aseguró que Caabsa ha cumplido ya con todas las obras que evitarán que los jugos venenosos de la basura, los lixiviados, se escurran hacia el subsuelo y los mantos freáticos de la zona.
Los Laureles está ubicado donde el municipio de Tonalá hace frontera con El Salto. El olor de la basura doméstica de los municipios de Guadalajara, El Salto, Tonalá y Tlajomulco se puede percibir desde fraccionamientos de la cabecera municipal saltense, como el conjunto habitacional del Infonavit.
Algunos pequeños ganaderos del lugar aseguran que sus animales murieron después de tomar agua de los pozos profundos, envenenados por Los Laureles.
Público confirmó que, hace algunos meses, algunos lixiviados
del basurero escurrían hasta el río Santiago -como también lo denuncia un estudio de la Comisión Estatal del Agua-. Luego, el agua corre hacia la zona agrícola de Tololotlán, Tonalá, donde se utiliza para regar legumbres que se venden en la zona metropolitana.
Según Antonio Villena Navarro, todo está corregido: “Yo tengo estudios, pruebas, fotos, que demuestran que cambiamos las fosas de lixiviados”, aseguró, y añadió que de los informes “no hemos sabido”.
Otra acusación que cae sobre Caabsa Eagle es que el 17 de julio de 2008 el personal de vigilancia de la empresa secuestró durante un par de horas al joven Everardo Vergara, integrante del organismo Un Salto de Vida, AC.
El afectado afirma que ese día tomaba fotos sobre el daño ecológico de Los Laureles a la zona, desde afuera del vertedero, cuando los guardias lo agarraron, lo metieron al sitio, le borraron el material, lo amenazaron y lo entregaron a la Policía de Tonalá, que lo apresó un día. Everardo fue sorprendido en su bicicleta, lo que hace imposible que se hubiera brincado la malla.
Antonio Villena aseguró que el joven estaba dentro del relleno sanitario: “No lo secuestraron: lo detuvieron”.
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