SE PIERDEN AL AÑO 750 MIL HECTAREAS

Se pierden Al año 750 mil hectáreas por tala clandestina
Aunque anualmente diversas organizaciones y dependencias gubernamentales siembran millones de ejemplares en varias regiones del país, el esfuerzo es insuficiente, pues la tasa de sobrevivencia de las plantas es muy baja.

2009-01-01•Estados


Cada año, el país pierde 750 mil hectáreas de bosques y selva, una superficie similar al estado de Tabasco, por tala clandestina, incendios, cambio de uso de suelo y expansión de la mancha urbana, sobre todo en los estados de Durango y México, que ocupan los dos primeros lugares en deforestación.

Aunque al año diversas organizaciones y dependencias siembran millones de árboles en varias regiones del país, la tasa de sobrevivencia es muy baja, pues algunos no alcanzan ni un mes de vida. Los taladores pueden derribar un árbol en sólo cinco minutos, pero las plantas necesitan entre 50 y 60 años para alcanzar la misma altura y dimensión.

Martín Gutiérrez, director de Pronatura México, consideró que es una “batalla enorme”, porque el país está perdiendo 750 mil hectáreas de bosques y selva cada año y la recuperación es muy lenta. De seguir con esta ola destructiva, de 15 por ciento cada año, para 2100 se habrá acabado 73 por ciento de los bosques del país.

En general, dijo, hace falta mucho trabajo de recuperación de suelos, pero sobre todo que las tareas de reforestación sean más cuidadosas y vigilen las plantaciones por lo menos cinco años, porque hay lugares donde han ido a plantar árboles y no hay ni un solo árbol, pero sí toneladas de bolsas de arbolitos que muestran que hubo trabajos de reforestación con cero sobrevivencia.

Los estados con mayor pérdida de masa forestal son Durango y Estado de México. En este último, por su altura, resulta más difícil que los árboles sobrevivan, además de que tardan más en crecer. Si en otras zonas en 30 años logran a una vida adulta, en esta región los árboles alcanzan su máximo crecimiento hasta los 50 o 60 años.

Sin embargo, hace falta mucho trabajo. “Estamos en una zona donde la distribución del pino y el encino es muy importante para el planeta y el país, eso hizo que el aprovechamiento de la madera, que la tala ilegal de árboles haya enfocado su trabajo aquí”, explicó.

Al año se comercializan 12 mil millones de pesos de madera ilegal en México, pero de ella no se logra recuperar ni siquiera uno por ciento, señaló Iván Zúñiga Pérez-Tejada, miembro del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sustentable en México.

La estrategia de cero tolerancia y la vía policiaca, dijo, ha sido totalmente “ineficaz” para resolver el problema, pues en seis años ni siquiera han logrado recuperar 70 mil metros cúbicos de madera, cuando al año se comercializan entre 4 mil y 12 mil millones de pesos de este producto en el mercado negro.

El también catedrático de la Universidad Iberoamericana señaló que la lucha y enfrentamientos por los recursos forestales siguen cobrando vidas y que al año mueren entre 19 y 20 personas en zonas donde no existe un manejo comunitario.

“Ésa es la estimación mínima, pero si consideramos investigaciones de algunos académicos estaríamos hablado de ocho a 12 mil millones de pesos de un mercado ilegal de madera. Esto nos da idea de las dimensiones del problema de los bosques y las selvas.

“Esto no se va a resolver con cero tolerancia; es decir, si vemos cuánto ha hecho la Profepa en lo que respecta a captura de madera ilegal durante los últimos seis años, estamos hablando que solamente han podido quitar o identificar .13 por ciento de la madera que se estima se produce ilegalmente de manera anual”, explicó.

Anualmente, dijo, se produce un promedio de 7 millones de metros cúbicos de madera, es decir, 42 millones de metros cúbicos, de los cuales apenas se lograron recuperar 70 mil metros, que no representa ni uno por ciento.

Los que encabezan la lista

El Estado de México es una de las entidades con más alto índice de deforestación y desde hace cinco años está en el segundo lugar; en el primero se ubica Durango, y aunque en ambos estados ha habido grandes esfuerzos desde los diversos niveles de gobierno, aún se requieren más.

La organización Manos a la Tierra, integrada por cinco asociaciones civiles denominadas organi-K, Gian, Gyan, Tierra Unida y Hombre Naturaleza, reconoce que los bosques de México viven una tragedia y que el Estado de México y el Distrito Federal ocupan los primeros lugares en deforestación y peor reforestación, no obstante que forman parte de las tres cuencas más importantes del país, que son Lerma, Balsas y Pánuco.

Lo anterior, debido a que el Estado de México abastece 40 por ciento de la demanda de agua del Distrito Federal a través del Lerma y el Cutzamala.

El titular de la Protectora de Bosques, en el Estado de México, Jorge Rescala, señaló que al año la mancha urbana se “come” 2 mil 100 hectáreas de zonas arboladas, que de un momento a otro son “rapadas” para uso agrícola y luego habitacional.

Los reportes de los últimos años indican que 70 por ciento de los bosques se pierden por el cambio de uso de suelo y el resto por tala, plagas e incendios. En total, al año la entidad pierde un promedio de 3 mil hectáreas de bosques.

En un estudio, que realizó la Universidad de Chapingo en 2000, se establece que al año la entidad perdía 12 mil 850 hectáreas y que las zonas más afectadas hasta ese momento eran Tejupilco, Toluca, Coatepec Harinas, Valle de Bravo, Texcoco y Nicolás Romero.

Las afectaciones por cambio de uso de suelo se triplicaron en sólo seis años, pues en 1994 las estadísticas del gobierno estatal señalaban una pérdida anual de 4 mil 476 hectáreas y de 2 mil 650 en 1989.

Rescala explicó que el crecimiento de los asentamientos urbanos se da sobre terrenos forestales; “todas las comunidades siguen creciendo, van abarcando algo de bosque, buscan una situación económica que es la agricultura, por eso vamos a pagarles servicios ambientales, para que no cambien su uso de suelo”, destacó.

Señaló que para Probosque es prácticamente imposible detener a las personas antes de que cambien el uso de suelo, porque no tienen suficientes inspectores, por lo que pidió el apoyo de los municipios para que ellos cuiden mejor su territorio.