Cuatro años de gestión de Martha Ruth del Toro Gaytán
Semades, un balance con claroscuros
Martha Ruth del Toro Gaytán es lo mismo la gestora de las únicas áreas protegidas estatales y de la mayoría de los sitios Ramsar —humedales de importancia internacional— existentes en Jalisco, que el personaje que permitió la edificación de un estadio de atletismo y de un complejo —las villas panamericanas— a la entrada de un área protegida federal —La Primavera— que arrastra décadas de presiones, con todo y un daño agregado a las zonas de recarga de agua más importantes de la zona metropolitana de Guadalajara.
Es decir, abrió nuevas agendas en el pobre papel a que habían condenado tres gobernadores sucesivos a la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades), pero sin dejar de lado la gran simulación en que ha vivido inmerso el tema ambiental entre los políticos y los empresarios: los proyectos económicos y de desarrollo llevan ese barniz y existe una dependencia para legitimarlos por medio de autorizaciones de impacto ambiental cuyo manejo político ha dejado por mala herencia el desprestigio del trámite. Así, es más que comprensible la irritación de los ecologistas con una funcionaria que les prometió apertura, transparencia y aplicación rigurosa de la ley.
Como secretaria de Medio Ambiente del estado, promovió normas para regular el grave problema de la basura y de la contaminación provocada por los automotores, con resultados todavía pobres, y ha sido entusiasta gestora de “intermunicipalidades” para la gestión de los problemas en municipios sin presupuesto ni poder de negociación propio, y de ordenamientos ecológicos municipales, sobre todo en las zonas más presionadas por el desarrollo turístico.
No se puede negar su habilidad de negociadora ante la pobreza de presupuesto en que siempre dejó a su dependencia el gobierno de Emilio González Márquez: su éxito en la obtención de fondos federales es incuestionable, y paradójicamente, el manejo de los mismos se ha convertido en la “causa formal” de su destitución, ante la denuncia de presidentes municipales de la región Ciénega de Chapala porque presuntamente desviaría recursos federales a otras regiones de la entidad.
Tuvo también el gran acierto de convocar y atraer a muchos miembros destacados de la academia, en especial de la Universidad de Guadalajara, pero sin faltar todas las universidades privadas, para profesionalizar las grandes discusiones que estaban pendientes en temas tan diversos como la biodiversidad, el cambio climático, la gestión de residuos o la conservación del jaguar. Muchas de estas discusiones han aterrizado en programas y proyectos que hoy avanzan.
La secretaria no pudo evitar que el grupo en el poder en Jalisco usara la dependencia a su cargo para “becar” a personajes cercanos cuyos méritos de campaña no se traducía necesariamente en capacidad para afrontar los temas ambientales. También se hizo progresivamente intolerante a la crítica y rompió muchos puentes de comunicación con medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales. Pero lo que disgustó a sus superiores es tanto su inocultable protagonismo político como su presencia en un reciente acto de promoción de la diputada Josefina Vázquez Mota, rival de su jefe Emilio González Márquez, en la carrera por la candidatura presidencial panista. Ahora, Del Toro Gaytán ha cometido el pecado más grave de los políticos mexicanos: vive fuera del presupuesto, por primera vez, desde 1992.
Claves
Tres pasivos
• Presupuesto. La Semades se mantiene como la dependencia con menos presupuesto del gobierno de Jalisco, pese a la intensa crítica social a las asignaciones de la autoridad estatal
• Áreas protegidas. Existen dos áreas decretadas y con programa de manejo, pero sin recursos, así como otros dos proyectos que no han podido desatorarse y cuyo futuro económico es aciago
• Normas estatales. En particular, las relativas a basura y contaminación del aire, siguen aplicándose de forma aleatoria y sin rigor suficiente
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