5.3.08
Sostengo que Miguel Angel murió de intoxicación por arsénico: Cueto Sánchez
En la primera muestra de orina presentó niveles del metaloide muy por encima de la norma, afirma
MAURICIO FERRER
Imagen de la rueda de prensa donde se dieron a conocer los resultados de los análisis a Miguel Angel, antes de que falleciera
Lupa
Imagen de la rueda de prensa donde se dieron a conocer los resultados de los análisis a Miguel Angel, antes de que falleciera Foto: HECTOR JESUS HERNANDEZ
“Sostengo que se intoxicó por arsénico”, dijo ayer la toxicóloga Luz María Cueto Sánchez sobre el caso del niño Miguel Angel López Rocha, fallecido el pasado 13 de febrero en el Hospital General de Occidente (HGO), y cuya muerte, según las autoridades, se debió a una septicemia (falla orgánica múltiple).
El pasado 12 de febrero, en una rueda de prensa en la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), Cueto aseguró que el niño de ocho años, quien se encontraba en coma en ese entonces, presentaba una intoxicación por arsénico.
“Tenemos tres elementos: un cuadro clínico compatible, el elemento identificado en la orina, una respuesta a un tratamiento médico”, dijo en esa ocasión la especialista con más de 20 años de experiencia en el ámbito de los tóxicos.
Desde que Miguel Angel López Rocha cayó al río Santiago en enero pasado, el arsénico ha sido la palabra clave en todo este suceso. Según una copia del expediente médico del cual La Jornada Jalisco posee una copia, al niño se le administró un medicamento por una “probable intoxicación por arsénico”. Días después del internamiento del pequeño, la infección en su organismo se hizo presente.
“Un enfermo con defensas bajas es candidato a que en su cuerpo ingresen bacterias patógenas”, comentó ayer la también fundadora del Colegio de Toxicología de Jalisco.
Las versiones de la muerte de Miguel Angel López Rocha han pasado por trascendidos de violencia intrafamiliar, abuso sexual y hasta envenenamiento, hasta la postura final del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) el pasado 25 de febrero, según la cual Miguel Angel había perecido a causa de la septicemia.
Aunado a eso, los directivos del IJCF aseguraron que los niveles de arsénico estaban “dentro de la norma”.
La tarde de ayer, Cueto relató que el primero de febrero le fue enviada una muestra de orina del niño. La muestra databa del día anterior, 31 de enero de 2008. El 8 de febrero del presente año la académica enviaba la información final, la que fue dada a conocer hasta el 12 del mismo mes: 51 microgramos por litro de arsénico en los análisis de orina de Miguel Angel, entre 4 y 10 veces más por encima de los valores normales que maneja la empresa Microanálisis de Occidente.
A partir del 27 de enero y hasta que falleció, a Miguel Angel se le suministró un agente quelante (medicamento) para expulsar el elemento de su cuerpo: penicilamina, que según Cueto, sirve para tratar padecimientos con metales pesados. Fueron 18 días los que habían pasado y que el agente había obrado en el organismo del pequeño. Luego del 13 de febrero, cuando murió, y hasta el conocimiento que se hizo de la autopsia ante los medios de comunicación, pasaron otros 12 días. Unos 30 días pasaron entre que el medicamento hizo su labor y en que la necropsia fue dada a conocer.
¿Qué tienen que ver los días? De acuerdo con el Programa Internacional en Sustancias Químicas (IPCS, por sus siglas en inglés), establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y las Naciones Unidas en 1980 –y actualizado precisamente en 2008–, luego de haber ingresado al cuerpo el metal, en el lapso de las primeras 24 horas la concentración del mismo en la sangre baja. Esto es lo que se conoce como “vida media” del tóxico.
En la primera “vida media”, el arsénico “es limpiado” de la sangre de una manera natural: hasta el 99.9 por ciento del metal sale en este periodo de tiempo, no más de un día. El 0.1 por ciento restante sale en las otras dos “vidas medias” del tóxico. Lo hace en un promedio de hasta 200 horas en salir, es decir, unos 8.3 días para que no quede huella en el organismo.
Diarreas, vómito, alucinaciones, incoherencias y un estado de coma que presentó Miguel Angel, “ninguna bacteria, ningún virus, ninguna causa biológica, ni siquiera el cólera, puede ocasionar ese problema”, aseguró Luz María Cueto Sánchez.
Conforme la explicación de la “vida media” del elemento, “no hay posibilidad de que quede rastro de arsénico en el cuerpo, sobre todo cuando fue vía oral”, como lo fue el caso de Miguel Angel.
Los rastros del metal en el cuerpo luego de una autopsia pueden presentarse “cuando se es hábil para reconocerlas; esto qué significa, cuando existen muchos casos”, dijo la doctora.
Hasta ahora sólo existe uno, el de Miguel Angel.
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