Sucumben los bosques. Mueren diariamente miles de formas de vida. Se derriten los polos. Se contamina el aire, el agua y los suelos. Sube el nivel del mar. Se eleva la temperatura promedio del planeta a niveles que amenazan la supervivencia misma de la especie humana, la misma que produce los gases que causan el calentamiento global. Se propagan enfermedades a latitudes donde antes no existían, o donde ya habían desaparecido.
La mayor parte de la población humana se encuentra sumergida en el fango de la pobreza, la ignorancia y la injusticia, del que muy pocos tienen la posibilidad de escapar. Mas de ocho millones de niños mueren anualmente de hambre o a causa de enfermedades para cuya superación bastarían solo unos centavos. Nadie, excepto sus madres, parece notarlo.
Hoy es 5 de Junio, Día Mundial del Ambiente. Sólo hoy, como todo los días, morirán 22.000 niños, casi todos víctimas del hambre y la pobreza, 15 cada minuto. Negros, pardos y morenos en su mayoría. Latinoamericanos, africanos, asiáticos casi todos. No hay comida, ni medicinas, ni educación, ni servicios de salud para los niños pobres del mundo, pero solo hoy se gastarán 1.400 millones de dólares en armas alrededor del planeta. Solo Estados Unidos gastará este año mas de 700.000 millones de dólares en equipamiento de guerra. Mientras que a la cooperación con los países mas pobres del planeta le asigna un monto equivalente a sólo el 3% de lo que dedica al gasto en instrumentos de guerra. Hoy, como todos los días, mil millones de personas pasarán hambre.
La naturaleza ruge en estertores de agonía, pero los humanos se hacen los sordos. Los rugidos se convierten algunas veces en huracanes, ciclones y tornados. Cada vez mas frecuentes, cada vez mas intensos. También hay rugidos en formas de lluvias torrenciales. Otras veces en forma de intensas sequías. Se desbordan ríos, arrasan viviendas, carreteras, puentes, sembradíos y vidas inocentes. Gigantescas olas se desplazan con furia desde los océanos sobre las ciudades.
Algunos dicen que son los Tsunamis, que no es culpa nuestra. Otros dicen que las crecientes olas de sequías e inundaciones son culpa de El Niño, o de La Niña. No es culpa nuestra. Pero hay también quienes advierten que estamos solo ante las primeras señales de que nuestra Madre Tierra ya no soporta el comportamiento traicionero de sus engendros humanos; que son solo sus primeras y mas leves advertencias.
Pero los humanos continúan violando y saqueando sin piedad a la naturaleza. Ávidos por materias primas, por alimentar sus industrias, por generar riquezas, por poseer armas cada vez mas poderosas, por aumentar el dominio de unos sobre otros, incrementan día a día su agresión despiadada sobre el planeta que les ha dado vida, destruyendo progresivamente su único hogar, contaminando el aire que respiran, envenenando el agua y los alimentos que consumen. Dicen ser la única especie inteligente del planeta, pero están cometiendo suicidio colectivo, lento, doloroso y progresivo, y se están llevando por delante a su madre naturaleza y a todos los otros millones de especies que han tenido la desdicha de cohabitar con ellos en el mismo lugar.
Es el Día Mundial del Ambiente. Sólo hoy, al igual que todos los días del año, los humanos se las arreglarán para inyectarle a la atmósfera mas de 100 millones de toneladas de gases tóxicos, para contaminar aún mas el aire que les da vida. Solo hoy quemarán 87 millones de barriles de petróleo, 9.000 millones de metros cúbicos de gas y 20 millones de toneladas de carbón mineral. Solo hoy consumirán 55.000 millones de kilovatios-hora de energía eléctrica. Solo hoy, al igual que todos los días del año, destruirán 30.000 hectáreas de bosques, derretirán millón y medio de toneladas de hielo polar y un millón de toneladas adicionales de hielo en los glaciares de las montañas. Solo hoy, y sólo por el consumo de energía fósil, le inyectarán a la atmósfera 82 millones de toneladas métricas de CO2.
La vida en la Tierra depende de una finísima capa de un gas llamado ozono, localizada en las porciones mas elevadas de la atmósfera. Esta capa de ozono cumple la maravillosa función de filtrar los rayos ultravioletas provenientes del Sol, radiación mortífera para la vida en el planeta. Sin embargo, los humanos se las han arreglado para elevar hasta allá millones de toneladas de potentes gases de cloruros y fluoruros que la descomponen, perforando un gigantesco agujero en la capa de ozono que en Septiembre del 2009 medía 20 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente 20 veces el tamaño de Venezuela. El agujero se encuentra, por ahora, localizado sobre la Antártida.
Ruleta climática
Según la NASA, el año 2010 fue el año mas caluroso jamás registrado. El 2011 parece ya dispuesto a superar este horrible récord. Para evitar alteraciones irreversibles al equilibrio natural del planeta, la comunidad científica internacional ha advertido que la temperatura promedio global no debe aumentar mas de dos grados centígrados (2ºC) para finales del siglo 21 por encima de la registrada a inicios del siglo 20. Los argumento son tan contundentes que este objetivo fue suscrito por todos los países del mundo en las negociaciones climáticas de Copenhage en el 2009 y ratificado en las negociaciones de Cancún en el 2010.
Para que esto pueda ocurrir, la concentración de CO2 en la atmósfera no debe exceder las 450 partes por millón. Pero ya para finales del 2010 se encontraba en 390 ppm. Las opciones que quedan son muy limitadas, exigiendo medidas traumáticas e inmediatas para salvaguardar la vida en la tierra como la conocemos. De continuar las tendencias actuales, la temperatura promedio del planeta podría aumentar hasta 4ºC para fines de siglo. Las implicaciones podrían ser tan devastadoras como las de una guerra nuclear. El cambio climático es ciertamente una de las principales amenazas con que se enfrenta la humanidad en la actualidad.
Para alcanzar el objetivo trazado, el llamado Escenario 450, todos los países de la tierra deben contribuir, en proporción con sus respectivas responsabilidades y posibilidades.
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