Semana del maíz
Hoy y durante cuatro días la oficialidad de las grandes trasnacionales representadas en los intereses de muchos países miembros de la FAO y dentro de la propia organización alimentaria, tendrá su cumbre en Guadalajara y una contracumbre también en Guadalajara, dos visiones radicalmente opuestas acerca del beneficio alimentario de la comida que se produce con métodos científicos, la FAO dice biotecnológicos y Greenpeace afirma que mediante la alteración genética.
Vienen representantes de 191 naciones y es con mucho uno de los principales eventos internacionales del año para la ciudad, pero curiosamente en este tema parece que el gobierno federal y estatal que fungen como coorganizadores no quieren tener mucha vela en el entierro, justo por el repudio internacional que también llega a la ciudad y que ya comenzó a verse ayer con el pendón gigante que le colgaron a la madre patria y la manta en defensa del maíz que parecían esgrimir las estatuas de los niños héroes. Por eso no aparece agendada por el gobernador la inauguración que se realiza hoy temprano en el Hilton.
“Los niños héroes murieron por la patria, hoy luchamos por nuestro maíz. El día de mañana (hoy) comienza una conferencia técnica internacional sobre biotecnología convocada por la FAO. Estamos aquí haciendo un llamado a esta organización de la ONU para que proteja nuestro territorio como parte del centro de origen y diversidad genética del maíz. Queremos recordarle a la FAO que su compromiso es con una agricultura y una alimentación sana para todos los mexicanos, no sólo suficiente sino saludable. Con esta conferencia que está avalando la FAO está dando un espaldarazo a las empresas trasnacionales”, dijo la activista Aleira Lara, en una rueda de prensa en el mismo monumento.
Por cierto que la Policía de Guadalajara, que ayer no tuvo empacho en enviar a una quincena de uniformados para vigilar el sorpresivo acto, tendrá mucha actividad al respecto con la presencia de los activistas de Greenpeace y de otros muchos colectivos ambientalistas, incluidos los locales como el Colectivo Coa, que también ofrecerá jornadas alternativas para buscar ampliar la conciencia acerca de los peligros de consumir alimentos que fueron alterados genéticamente.
Ansiosos por detener a los invademonumentos (opositodo, diría Emilio El Justo), los policías se quedaron con las ganas de llevárselos detenidos como amenazaron, porque desde arriba –léase desde Aristóteles Sandoval– les llegó la instrucción de que los dejaran en paz. Fue chistoso que durante los 45 minutos que los retuvieron después de la manifestación, llegaran al lugar un par de inspectores municipales de espacios abiertos para verificar cualquier posible daño al monumento, lo cual finalmente no se hizo porque los peritos debían ser de Obras Públicas. Pero como era fin de semana, pues ya imaginará usted dónde los funcionarios públicos andaban en esos momentos. Finalmente, los miembros de Greenpeace pudieron irse sin mayores problemas, dejando, eso sí, sus datos anotados en la bitácora del inspector.
Prepárese para una semana de mucho jaleo en el tema, le tocará vivirlo a alguno de mis cinco lectores seguramente. A la expectativa de las ansias locas que tienen muchos uniformados municipales y estatales de reprimir las manifestaciones. Esperemos que sea la tolerancia y el respeto al derecho a libre manifestación lo que impere.
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