Poco ha hecho el gobierno para proteger a los productores nativos
El jitomate y el chile, en la mira de las trasnacionales de los OGM
Como centro de origen de otras especies, México debería ser más enérgico en la protección de sus cultivos frente al desarrollo de alimentos transgénicos, dijo Elena Álvarez Buylla, investigadora del Laboratorio de Biología Molecular de Instituto de Ecología de la UNAM.
Explicó que ante el escenario actual en que el maíz está siendo amenazado por las semillas transgénicas, es previsible que en un futuro cercano ocurra lo mismo con el chile y el jitomate.
La investigadora, que forma parte de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad AC, comentó ayer en conferencia de prensa los motivos que los llevaron a interponer una denuncia popular el pasado 25 de febrero ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
“El hecho de que se haya violado este aspecto de la ley, digo yo, el instrumento fundamental de bioseguridad de la ley de organismos genéticamente modificados sustenta desde mi punto de vista de una manera muy contundente el que se haga esta denuncia, además de toda la evidencia científica, técnica, que sustenta está conclusión de que se ha violado, de que se ha cancelado de facto el régimen especial de protección del país, que debería hacerse extensivo al resto de las especies para las cuales México es centro de origen y biodiversidad como el jitomate, el chile, especies que también están en un futuro cercano siendo amenazados por esta tecnología cuyo objetivo primordial es el control monopólico de las semillas y no la solución tecnológica puesto que han fracasado en aumentar los rendimientos, en disminuir los agrotóxicos, en disminuir el uso de fertilizantes, y por lo tanto el disminuir los efectos que la agricultura industrializada ha tenido en el cambio climático”, dijo.
Catherine Marielle, coordinadora del Programa Sistemas Alimentarios Sustentables, explicó que la siembra de maíz transgénico pone a México en una situación de contingencia ambiental en la que peligra la integridad de varios ecosistemas, agroecosistemas y su biodiversidad, en particular de las razas y variedades de maíz y sus parientes silvestres.
Ariel Álvarez, secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), declaró ayer a La Jornada Jalisco que en las zonas donde se ha experimentado con maíz genómico como en el caso de la sierra de Oaxaca no se han detectado consecuencias, por lo que descartó la contaminación de las especies silvestres.
Sin embargo, la científica Elena Álvarez aseguró que esto es falso y una vez que se han sembrado transgénicos su polen se esparcirá hacia los cultivos de origen.
“Hemos demostrado sin lugar a dudas que el maíz transgénico, al igual que otras especies transgénicas, pero en particular el maíz que es una planta que se poliniza de manera abierta, que esto hace que los genes se muevan en el polen (…) es decir, el maíz cuando se siembra a campo abierto no se puede restringir a esa zona, y los transgenes en el caso de los cultivos transgénicos van a moverse y van eventualmente a acabar con cultivos que no queremos que tengan transgenes”, indicó.
“Lo consideramos como una simulación de bioseguridad, toda esa cuestión de dividir al país en centritos de origen en lugar de que México sea un gran centro de origen, lo que pretende la ley es hacer centritos de origen muy pequeños, muy poquitos y aparte considerar centros de diversidad cuando es un concepto único, el origen y la diversificación vienen juntos”, añadió Catherin Marielle.
Elena Álvarez señaló que la demanda popular pugna por el derecho que tienen los consumidores y los productores a un ambiente libre de transgénicos, a que se etiqueten los alimentos alterados genéticamente y al derecho que tienen todos los ciudadanos del mundo cultivar sus propias semillas.
“… Que es lo que caracteriza a la agricultura de más del 75 por ciento de los agricultores indígenas y campesinos de este país e inclusive a derechos más asociados al sistema mercantil que tenemos dominante hoy en día en el mundo que es el derecho a optar por los mercados orgánicos, que cada vez son más grandes tanto en Estados Unidos como en Europa, en donde por la evidencia científica se han rechazado de manera generalizada”.
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