Indica Mireya Acosta que por la agroindustria, es exagerada la dotación de agua para León
El Zapotillo, solución rápida y arcaica para beneficiar a transnacionales, señala peritaje
No se contemplan en la Manifestación de Impacto Ambiental las consecuencias ecológicas, agrega
La ciudad de León, Guanajuato goza en la actualidad de suficiente agua para su abastecimiento, sin embargo es la agroindustria transnacional la que recibe concesiones ilimitadas de extracción de agua subterránea, lo que pondría en riesgo su suministro. Este es uno de los señalamientos que se encuentran en el peritaje que elaboró la investigadora de la Universidad de Guadalajara, Mireya Acosta Gurrola, acreditada como perito en el juicio de amparo 196/2010 que interpusieron habitantes de Temacapulín para oponerse a la presa El Zapotillo.
Mireya Acosta es además una de las especialistas que participó en la mesa de diálogo del 15 de abril entre los pobladores que serán afectados por el embalse y las autoridades de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“Lo hemos venido diciendo desde el 2004, están ahí las alternativas que se han presentado en todas estas documentaciones, en todas estas participaciones de la sociedad como el diagnóstico y manejo integral de la cuenca, el conservar, rehabilitar y mantener los sistemas, implementar tecnologías innovadoras, y todo lo que ya se publicó y se platica; captación de agua de lluvia, reutilización del agua por parte de las industrias, manejo del agua con reducción de la demanda, políticas de cultura del agua, varias presas pequeñas funcionando en cascada. De todo esto se ha hablado aquí y la autoridad está como decían ellos antes, nada más con una visión lineal”, refirió en esa ocasión.
El peritaje en materia de ingeniería ambiental que presentó, señala que la ciudad de Guadalajara puede recibir un abasto de agua suficiente con obras que no afecten poblaciones en el río Verde.
De acuerdo al documento, la elección de la presa El Zapotillo implica una solución rápida, no sustentable, con técnicas de hace 80 años que sacrificaría a una población que tiene derecho a conservar su patrimonio, historia y raíces para beneficiar a empresas transnacionales agroindustriales.
“No se ha hecho ningún estudio integral de la cuenca, de los usos, de los sistemas y una política de altura. Hacer lo anterior implicaría el logro de utilidades para las empresas, generación de empleos y una sociedad moderna y consciente, orgullosa de sus pueblos y su historia”, señala Mireya Acosta.
En el mismo peritaje se ofrece una reseña de la trayectoria de la académica que para el caso, cuenta con especialidad en zonas de riesgo, diplomado en Gestión Ambiental y maestría en Hidrometeorología, además de haber trabajado en la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, y diseñar durante más de 25 años estudios hidrológicos.
Refiere que la Comisión Nacional del Agua al haber aumentado la altura de la cortina de la presa, de 80 a 105 metros debió presentar un nuevo proyecto ejecutivo, de acuerdo con lo estipulado por la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
“Dicho estudio tiene la finalidad de proporcionar una visión general de las características físicas y biológicas de la cuenca y del ecosistema que permitan prever las consecuencias que el proyecto de la presa pueda ocasionar, así como una justificación técnica, económica y social, una estimación económica de los recursos biológicos forestales, estimación del volumen de las materias primas forestales del área sujeta al cambio de uso de suelo, de tal forma que determine si se autoriza el cambio de uso de suelo”, dice la especialista.
El incremento en la altura de la cortina traerá como consecuencia, expone, un incremento del volumen de material para la construcción y la mayor explotación de bancos de materiales cercanos al lugar (la diferencia representa un 31.3 por ciento más).
El área inundada por el agua almacenada sufrirá incrementos del 90 por ciento con respecto a la propuesta original debido al cambio de altura. En esta zona los mayores impactos se presentarán en mil 800 hectáreas mas de flora y fauna, habrá secuelas a las actividades antropogénicas, desaparición de los balnearios de la zona y pérdida de su medio de subsistencia, además de disminución de derrama económica por turismo, e incremento de producción de gases de efecto invernadero, que no se ven reflejados en la Manifestación de Impacto Ambiental presentada ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Acosta precisa que el costo de la nueva altura de la cortina es difícil de calcular toda vez que no se han presentado los planos del proyecto. Tampoco se presentaron alternativas para hacer las suficientes comparaciones de costo y beneficio que lleven a una atinada elección. Menciona que existe la posibilidad de construir varias presas de diferentes alturas funcionando en cascada que no perjudiquen a los centros de población.
“Reconocidos técnicos especialistas en el tema han elaborado anteproyectos como las presas Loma Larga II y Atengo + El Zapotillo de menor altura, como alternativas viables para abastecer de agua a las ciudades de Guadalajara y León sin afectar poblaciones”, argumenta.
Entre las alternativas no se han considerado políticas de ahorro del agua tanto doméstica como en la agricultura, a pesar de que existe tecnología accesible y de bajo costo desarrollada por Ramón Aguilar de INIFAP (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias), que permite doblar la producción agrícola, utilizando la mitad del agua, a través de un tratamiento adecuado a los suelos.
“Esta tecnología lograría el ahorro de más de 2.5 metros cúbicos en la siguiente década y a un costo mucho menor al de la presa El Zapotillo”, afirma la investigadora.
Durante su participación en la mesa de diálogo, Acosta refirió que en otros países como Taiwán, Sidney, Australia e incluso Egipto se han implementado sistemas ahorradores de agua. Le sorprendió que personal de la Comisión Nacional del Agua viajara a Alemania para conocer plantas de tratamiento y terminaran recurriendo a un método tradicional en El Ahogado.
“Vinieron a hacer la misma planta de tratamiento tradicional que se viene haciendo en El Ahogado, nomás inmensa, con todos los riesgos que esto conlleva, es decir, de repente faltan los insumos y entonces toda una gran cantidad de agua se va a ir al río Santiago sin tratar, si nada de esto lo han hecho”, aseguró.
Y añadió: “Además decía, en Alemania tenemos una dotación de 130 litros por habitante por día, aquí con El Zapotillo se están ofreciendo 300 (litros) para León, si nada de esto se ha hecho, yo aquí lo que veo es un manejo ineficiente del agua por parte de la Conagua La pregunta mía es ¿qué hay, desconocimiento, incapacidad por parte de la Comisión Nacional del Agua o hay otros intereses que desconocemos?”.
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