Estimad@s Amig@s
El día del Ambiente y el sistema economicista
Nos ha tocado transitar nuestras vidas, o al menos gran parte de ellas, en una era en la que la sociedad humana se encuentra regida en su gran mayoría por un sistema economicista. Término que según el Diccionario de la Real Academia Española, significa el "criterio o doctrina que concede a los factores económicos primacía sobre los de cualquier otra índole".
Es decir, que en la toma de decisiones se priorizan los factores económicos por sobre los sociales, los ambientales e incluso por sobre la vida misma de las personas o cualquier otro ser vivo del planeta.
Las grandes multinacionales han sido extremadamente hábiles para maximizar sus beneficios económicos en el corto y mediano plazo. Sin embargo, se comportan de una forma casi idiota en cuanto a un período mayor de tiempo. Priorizando obtener mayores ganancias en el menor tiempo posible, están auto boicoteando sus beneficios a largo plazo.
Destruyen y degradan los ecosistemas de los cuales se nutren de materias primas al no utilizarlos de forma sustentable. Tal es el caso por ejemplo de la industria pesquera. Que ha reducido por sobreexplotación de tal forma las poblaciones de algunas especies, que ya se encuentran cercanas a la extinción.
Por supuesto, no es el único caso, también la industria maderera, la agricultura, la energética y tantas otras vienen teniendo este tipo de comportamiento que las llevará no sólo a la autodestrucción, sino está causando una rápida aceleración de las crisis ambiental, social, alimentaria, de biodiversidad y de muchos otros tipos que afecta a toda la humanidad.
En pocos días se celebrará nuevamente el Día mundial del medio ambiente y el PNUMA ha presentado un nuevo e interesante informe titulado Planeta muerto, planeta vivo, donde se presentan argumentos económicos a favor de la reparación del mundo natural que ha sido dañado y degradado.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la restauración de los ecosistemas dañados o perdidos —desde bosques y sistemas de agua dulce hasta manglares y humedales— , lejos de ser un impuesto al crecimiento y el desarrollo, pueden generar rendimientos sustanciales.
El informe se basa en miles de proyectos para restaurar los ecosistemas de todo el mundo y expone más de 30 iniciativas que están transformando la vida de comunidades y países.
Entre ellos cabe mencionar la restauración de los caudales de agua hacia los ríos y lagos, la mejora de la estabilidad y fertilidad de los suelos, que son fundamentales para la agricultura, y la lucha contra el cambio climático por medio del secuestro y almacenamiento del carbono de la atmósfera. En el informe subraya que el mantenimiento y la gestión de los ecosistemas intactos debe ser la prioridad fundamental. Sin embargo, dado que más del 60% de esos ecosistemas —desde las marismas y los arrecifes de coral a los bosques tropicales y los suelos— ya se encuentra degradado, es preciso que la restauración adquiera ahora el mismo nivel de prioridad. La reparación y rehabilitación de los ecosistemas también genera empleos en un mundo donde viven 1.300 millones de personas desempleadas o subempleadas, al tiempo que apoya los objetivos internacionales de reducir sustancialmente el ritmo de pérdida de la diversidad biológica, tema clave para 2010.
Es imperioso que la humanidad abandone este sistema economicista, pero es un cambio que llevará tiempo. Mientras tanto los dueños del mundo deberían darse cuenta que en la naturaleza pueden encontrar un socio, un aliado y dejar de tratar al planeta como a un esclavo que se encuentra a su servicio y al que se lo exprime hasta el límite de sus fuerzas, ya cuando este esclavo no pueda mas, seremos nosotros quienes sufriremos las peores consecuencias.
Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.
Ricardo Natalichio
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