La clausura del vertedero de basura Los Laureles, en Tonalá, ocasionó enfrentamientos, manifestaciones, cierres de vialidades, amenazas de tirar en la calle 400 toneladas de basura y reuniones de urgencia en Casa Jalisco; el cierre fue la medida extrema que utilizó el presidente municipal interino, Agustín Ordóñez, ante el incumplimiento de acuerdos de la empresa recolectora Caabsa Eagle y el rezago en el pago de 6 millones de pesos por parte del Ayuntamiento, a 100 días de labor del munícipe.
Desde la madrugada se cerró el basurero; el motivo: la falta de licencia de operación que había sido tolerada por el municipio desde la pasada administración; el límite llegó y pese al impacto metropolitano de no contar con un espacio dónde vaciar los camiones recolectores de los desechos tanto de Guadalajara como de los tonaltecas, se decidió la clausura orillando a los trabajadores y pepenadores a manifestarse.
La inconformidad llegó a temprana hora a la presidencia municipal con alrededor de 100 trabajadores y la fracción priísta los atendió en busca de un diálogo con el alcalde, la espera se hizo larga y en el ínter arribaron 60 camiones colmados de basura sobre la avenida Tonaltecas, junto a la Unidad del Seguro Social, donde por algunos minutos los vehículos y 200 manifestantes cerraron la circulación estrangulando el tráfico en un caótico día de tianguis de artesanías.
A la llegada de una centena de agentes antimotines de la Secretaría de Seguridad del estado se abrieron algunos carriles para desahogar el congestionamiento vial, en tanto se esperaba una respuesta del Ayuntamiento. Así pasaron las horas; se reforzó y resguardó el ingreso a Palacio Municipal por parte de la policía tonalteca, que amenazaba ser tomado por cerca de 100 trabajadores de aseo público.
Los ánimos se caldearon cuando los tianguistas intentaron cargar sus camionetas con su mercancía al término de su jornada y les fue imposible por el bloqueo de camiones, lo que ocasionó enfrentamientos verbales y empujones entre los dos bandos, lo cual no pasó a mayores.
Por la tarde, el alcalde Agustín Ordóñez, en entrevista para La Jornada Jalisco y minutos antes de entrar a Casa Jalisco para una reunión de última hora con el gobernador Emilio González; la secretaria del Medio Ambiente, Martha Ruth del Toro, y el representante de la empresa recolectora, José Antonio Villada, aceptó la decisión tomada por la madrugada y las implicaciones que ocasionaba el no depositar las 400 toneladas de basura que se tiran a diario en Los Laureles.
“Estoy consciente del impacto metropolitano y que es una decisión política que rebasa la jurídica, pero me preocupa sobremanera que el municipio no cuente con el servicio que está pagando y que la ciudadanía reclame de forma justa que el camión tarda en pasar hasta 8 días. La empresa no ha cumplido con el acuerdo de instalar las gasas en el camino de ingreso, el mantenimiento de las vialidades y la compra de 24 unidades para el servicio, de las cuales sólo adquirieron 9 que están en uso; reconozco que se les adeudan 6 millones de pesos desde la pasada administración, pero quedé formalmente que la próxima semana se les finiquita la cantidad”, afirmó.
Al cierre de la edición, las autoridades tonaltecas decidieron reabrir el lugar con la promesa del cumplimiento de acuerdos
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