4.10.11

Las celebraciones del maíz

En solidaridad con los comuneros y comuneras de Mezcala

Son ya los primeros días de octubre y en muchas partes de México comenzamos a comer elotes, ejotes, y flor de calabaza. En esta época el maíz y las plantas de la milpa empiezan a dar sus frutos que siguen siendo la base de la alimentación tanto en el campo como en las ciudades de nuestro país. Desde los inicios de la agricultura en las comunidades campesinas e indígenas, la cosecha ha sido ocasión de fiesta y en seguimiento a esa tradición, diferentes movimientos sociales tanto rurales como urbanos celebran desde hace varios años el 29 de septiembre como el Día Nacional del Maíz.

El entorno para los agricultores mexicanos que producen maíz es muy adverso, y este año han enfrentado por un lado, las consecuencias de las fallidas políticas públicas y por el otro, un temporal de lluvias muy errático que ha ocasionado importantes sequías en muchas regiones de México. Por ello es importante celebrar que en medio de tantas adversidades el maíz y la milpa se siguen sembrando y cosechando, se siguen cocinando y comiendo, festejar entonces, que a pesar de todo y gracias a los campesinos e indígenas el maíz persiste y resiste.

El Día Nacional del Maíz se celebró en 14 estados de la república y las actividades fueron muy diversas: conferencias, talleres, poesía, danza, foros, tianguis de alimentos, marchas, performances, exposiciones, espacios culturales. En Guadalajara diferentes organizaciones realizaron mapas, charlas, mercados de maíz orgánico y una exposición de fotos. Los movimientos sociales participantes en todos estos eventos demandaron la proscripción de los transgénicos del campo mexicano, la inversión pública para apoyar la agricultura campesina, la disminución de la dependencia alimentaria, y la lucha por el derecho a una alimentación sana para todos y todas.

El maíz y la milpa ordenan el paisaje rural en México desde hace miles de años y se celebran cotidianamente en los esfuerzos de los agricultores y de los indígenas que cuidan y conservan su gran diversidad de semillas nativas; que rescatan los conocimientos tradicionales; que siembran sus milpas buscando la sustentabilidad, y que mantienen viva la gastronomía del maíz, declarada recientemente patrimonio cultural de la humanidad. Los festejos del Día Nacional del Maíz han funcionado como un punto de encuentro y han facilitado a los consumidores urbanos celebrar también al maíz, como parte de su derecho a la alimentación sana y como un compromiso con los agricultores que lo producen para construir espacios de comercio justo como parte de una economía alternativa y más solidaria.

En los actuales momentos en que parece que muchos de los elementos de este país se nos van de las manos, conviene recordar a la poetisa chilena Gabriela Mistral, que en un poema nos advierte: “El santo maíz sube en un ímpetu verde, y México se acaba donde la milpa muere”. El maíz es parte principal de nuestra identidad nacional; cuidarlo, sembrarlo, cocinarlo y comerlo son diferentes formas de celebrarlo cotidianamente, y son tareas de todos y todas como una de las maneras de defender lo nuestro en este atribulado país.

No hay comentarios: