14.5.09

EL CAOTICO MANEJO HIDRICO DEL RIO SANTIAGO

Orlando López

Orlando López

José Antonio Gómez Reyna Profesor investigador del CUCEI/La Gaceta UDG

En nuestro planeta existen dos formas de obtener agua: por deshielo y lluvia, fenómenos que generan escurrimientos superficiales y subterráneos. En nuestro país no hay glaciales o nieves perennes para poder conseguir agua por la primera forma. Por tal motivo, el agua dulce en México la obtenemos por medio de la lluvia.
Los sistemas orográficos de montañas, valles, barrancas, entre otros, nos determinan las micro y macrocuencas hidrológicas, desde las partes altas hacia las zonas con menor altitud, y hasta llegar en ocasiones a descargar estos caudales en los océanos o en el caso de las cuencas cerradas donde se forman lagunas, lagos o humedales.
La principal cuenca hidrológica de México es el sistema Lerma–Chapala–Santiago, con una extensión de 132,476 kilómetros cuadrados, y que sustenta a más de 17 millones de habitantes y políticamente incide sobre los estados de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Aguascalientes, Zacatecas y Durango. Por los primeros cinco estados se desarrollan los caudales del río Lerma, lago de Chapala y río Santiago, mientras que en los últimos tres presentan afluentes de aportación a la cuenca.
La dependencia oficial responsable del manejo del recurso agua es la Comisión Nacional de Agua, pero hasta la fecha y acorde a los resultados es posible señalar que ha sido un rotundo fracaso, ya que la mayoría de los sistemas hídricos del país presentan grandes niveles de contaminación y un pésimo manejo de los caudales.
En el caso particular de la cuenca Lerma–Chapala–Santiago, un gran sistema hidrológico de aproximadamente 1,314 kilómetros de longitud, se origina al pie del nevado de Toluca (más de 4,560 msnm), donde surgen los ríos Tejalpa, Verdiguel y Santiaguito. Este último descarga sobre las lagunas (los otros lo hacen aguas abajo, sobre el río Lerma), en Almoloya del Río, en el Estado de México, alimentado por tres lagunas: la de Almoloya del Río, la laguna del Lerma y la laguna de San Bartolo.
Estas tres escalonadas hacia el norte, hoy captaciones de manantiales, y la sobreexplotación del agua del subsuelo para abastecer a la ciudad de México, han sido algunas de las causas que dichas lagunas se hayan convertido en ciénegas, que sólo en época de lluvias aportan caudales al río Lerma.
El río Lerma en su desarrollo y a 828 kilómetros de nacimiento, se encontró con una depresión que al llenarla con sus caudales dio origen al almacenamiento natural más grande del país, el lago de Chapala y tercero en Latinoamérica, con una capacidad de 8,125 Mm3. Este vaso natural que operaba como regulador de los escurrimientos del sistema Lerma–Santiago, hasta su desembocadura en el océano Pacífico, en Nayarit, recibe el nombre de río Santiago, con una longitud de 486 kilómetros.
En el caso específico del río Santiago, que se originaba en el lago de Chapala, próximo a la ciudad de Ocotlán, hoy es casi historia, ya que los niveles del lago no le permiten tener excedencias para originar el río.
Existían dos afluentes que aportan volumen al lago de Chapala, aparte del río Lerma: uno en la margen sur del lago, el río de la Pasión y otro en su margen norte, el río Zula. Este último se origina en los arroyos de los Sabinos, en el municipio de Arandas, pasa por Tototlán, Zula y por último por Ocotlán.
Antes de ingresar al lago de Chapala, en administraciones pasadas se intentó evitar que ingresara al lago, colocando un gran dique de tierra. El resultado fue que en el tiempo de lluvias la ciudad de Ocotlán se inundara, hasta que intervino el ejército y voló dicho dique para que los caudales fueran al lago de Chapala.
En la administración de Francisco Ramírez Acuña construyeron cortinas metálicas con el pretexto de evitar que Chapala se fuera a salir e inundara a Ocotlán. Creo que lo que realmente buscaban era que los caudales fueran al río Santiago, para justificar metros cúbicos de agua para la presa de Arcediano.
Hoy resulta que los caudales del supuesto río Santiago son en primer término los del Zula, que recogen contaminantes agrícolas, industriales y urbanos desde su origen hasta la ciudad de Ocotlán. En segundo lugar, los drenajes de las industrias y actividades agrícolas de toda la planicie, desde Ocotlán hasta Puente Grande, también se incorporan a las aguas residuales de las poblaciones que descargan sobre el Santiago. Y la tercera es toda la contaminación que produce el área sur de la zona metropolitana de Guadalajara y que su drenaje descarga sobre lo que se conoce como la cuenca del Ahogado. Esto termina en el Santiago.
A la fecha existen aproximadamente más de cinco mil descargas no controladas sobre el río Santiago. Se han hecho estudios y encontrado metales pesados, órgano clorados, desfoliadores, insecticidas, casi todos fuera de norma y algunos altamente tóxicos.
Falta considerar las descargas que realiza Guadalajara, con lo que en un tiempo fueron ríos y hoy son drenajes: el San Andrés, Osorio, San Juan de Dios, Atemajac, entre otros, los cuales vierten sin ningún tratamiento. Hoy la ciudad trata no más del tres por ciento de sus descargas… (¿?)
La naturaleza en cada temporal de lluvias barre con todas las inmundicias que tiramos al río, alterando sus cauces naturales que ha mantenido por millones de años, por lo que tendremos que pagar un precio, situación de la que no existe retorno.

No hay comentarios: