Aspectos inéditos en las elecciones del 1 de julio
Eduardo González Velázquez.-El proceso electoral de 2012 donde los mexicanos elegiremos a quien ocupará la presidencia de la república durante los próximos seis años a partir del 1 de diciembre, y renovaremos las cámaras de diputados y de senadores, y algunos gobiernos estatales y municipales, llega a su término experimentando al menos ocho aspectos inéditos en relación a los anteriores procesos electorales.
1. Por primera vez el periodo de campaña se acotó a 90 días, con lo cual se terminaron aquellas campañas políticas de más de cuatro meses donde la saturación visual y auditiva se convertía en una avalancha de “información” que pocas veces podía ser asimilada. Sin embargo, estas campañas electorales han sido las más mediáticas de la historia, con más de 40 millones de promocionales en radio y televisión. Por otro lado, la contratación de espacios publicitarios para favorecer a cualquiera de los candidatos en televisión, radio, periódicos y revistas por ley quedó restringida al Instituto Federal Electoral, quien fue la instancia encargada de contratar los espacios en los medios de comunicación para que los partidos políticos pudiesen mostrar sus propuestas y promesas de gobierno; con ello los particulares se vieron impedidos para contratar espacios que pudiesen beneficiar o perjudicar a un determinado candidato o candidata como sucedió en la campaña presidencial de 2006.
Este miércoles concluyeron las campañas electorales federales y 15 locales más mediáticas de la historia, con más de 40 millones de promocionales en radio y televisión
2. No obstante que contamos con un Instituto Federal Electoral “ciudadanizado” e independiente del gobierno, para estas elecciones el sentir de millones de mexicanos es que el árbitro no ha hecho bien su trabajo y ha permitido que se desvirtúen las elecciones sin poder poner orden, no solo en los contenidos de las campañas sino en el ejercicio de millones de pesos cuyo origen no ha sido claramente identificado. Ni qué decir de la guerra sucia electoral presentada por los partidos políticos como “campañas de contraste” que privilegiaron los ataques antes que aclarar con profundidad el “cómo” concretar las propuestas de campaña. Para este domingo, luego de un tortuoso camino para construir un órgano electoral confiable y ciudadanizado, tendremos un árbitro al menos complaciente. Todo ello como resultado del reparto de cuotas de poder entre los partidos políticos que permiten que el consejero presidente y el resto de los consejeros respondan más a los intereses de la partidocracia que a los de la población en general.
3. Sea cual sea el resultado de este domingo, tendremos un final de fotografía pero entre dos candidatos de la oposición. En elecciones pasadas ya hemos vivido finales muy cerrados aunque se habían presentado entre el candidato del partido en el gobierno y el candidato de la oposición. Recordemos la elección de 1988 donde Cuauhtémoc Cárdenas puso en jaque al aparato priísta; o las elecciones de 2000 y 2006. En esta ocasión el panorama ha cambiado y no solo la elección es entre dos, sino que Josefina Vázquez Mota del partido en el gobierno ha quedado rezagada en un lejano tercer lugar.
4. Para este domingo tendremos un ejército de nuevos votantes que ronda los 14 millones de personas, de un universo de 80 millones de ciudadanos empadronados. Muchos de los nuevos electores no tienen la experiencia de haber vivido bajo el régimen priísta y sólo conocen las experiencias panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón. Por otro lado, la juventud se ha manifestado con mayor fuerza y ha levantado su voz para exigir ser tomada en cuenta.
5. A consecuencia de este hartazgo juvenil contra el establishment mexicano, a mediados de mayo de este año irrumpió en la escena electoral un amplio grupo de jóvenes universitarios aglutinados en el movimiento #YoSoy132 que vino a revolucionar las elecciones y a romper el monopolio electoral que poseían los partidos políticos. El movimiento logró avanzar rápidamente en varios terrenos del quehacer político: sentaron a debatir a tres de cuatro candidatos en un ejercicio paralelo e independiente a los debates organizados por el IFE; y consiguió que TV Azteca y Televisa transmitieran en sus canales de mayor audiencia el segundo debate organizado por el órgano electoral federal. Asimismo, #YoSoy132 ha venido a cuestionar fuertemente la manipulación informativa, y ha exigido la democratización de los medios.
6. La presencia de los cárteles de la droga en la totalidad de las entidades federativas del país; la fallida guerra contra el narco emprendida por Felipe Calderón; los 88 mil muertos que demuestran la sangría nacional y nos golpean diariamente para recordarnos que ni después de 1968 o en la elección presidencial de 1976 en pleno corazón de la guerra sucia, vivimos esos niveles de violencia. El creciente maridaje entre la política y el crimen organizado ha venido a redimensionar muchas de las candidaturas que el domingo venidero esperan ser favorecidas con el voto ciudadano.
7. El uso exponencial de las redes sociales en internet lograron romper en parte el monopolio de la información, y con ello, acercaron a la población más elementos para ejercer un voto razonado.
8. Como nunca antes hemos tenido encuestas de diversos colores, matices, tendencias, metodología. Poco más de mil son las encuestas que se han levantado. La inmensa mayoría registradas ante el IFE. Debido a que prácticamente todas dan como puntero al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, se impone reflexionar sobre la enorme diferencia que existe entre las encuestas y las banquetas. Es decir, la opinión de la gente que se recoge en las calles, en las banquetas, a través de las redes sociales, en los restoranes, durante las comidas familiares, al interior de los centros educativos no coincide con los resultados que presentan las encuestas. Si el 1 de julio no gana la elección EPN el fracaso de las casas encuestadoras será estrepitoso y se le asestará un duro golpe a la democracia mexicana que sistemáticamente se ha refugiado en la encuestitis para construir certezas políticas.
Con todo ello, salgamos este 1 de julio a emitir un voto razonado por el futuro de nuestro país. Que así sea.
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