En la digna comunidad purépecha de Cherán Kéri, en el estado de
Michoacán, tuvo lugar el Encuentro nacional de resistencias autónomas
anticapitalistas, del 24 al 27 de mayo, al cual asistieron alrededor de
500 integrantes de organizaciones, colectivos, movimientos, comunidades,
pueblos y redes del país y de lejanas naciones como Alemania, Noruega y
Uruguay.
Los objetivos de la reunión fueron: 1) Debatir e intercambiar
experiencias en torno a la resistencia contra un sistema que busca que
vidas, salud, cuerpos, energía, educación, conocimientos y saberes sean
meras mercancías. 2) Denunciar, protestar, detener la guerra impuesta
por los poderosos y el imperio estadunidense como estrategia para
establecer un control contrainsurgente sobre los territorios, ciudades y
carreteras, en la que el pueblo pone los muertos, presos y
desaparecidos, mientras se pretende sembrar el terror y la pasividad. 3)
Proteger, preservar, defender a la madre tierra y la biodiversidad, los
bosques, el agua, y luchar contra la depredación y la contaminación que
provocan las corporaciones capitalistas. 4) Fortalecer y seguir
construyendo organización desde abajo, autonomía, poder popular,
democracia directa, autodeterminación, autogestión, autorregulación,
para que los de abajo recuperen el control
de sus vidas, su presente y su futuro.
Conformado en su gran mayoría por jóvenes y arropado por mensajes
de apoyo de colectivos de Europa y Estados Unidos, y de intelectuales de
diversas latitudes, encabezados por Pablo González Casanova y Michael
Löwy, el encuentro expresó en todas sus etapas una cálida solidaridad
con el municipio de Cherán, cuyo consejo comunitario autónomo resiste
los ataques del crimen organizado, a la par que las presiones
permanentes de los partidos políticos y las estructuras estatales que
consideran una herejía la decisión del pueblo de regirse por usos y
costumbres.
La reunión se organizó en mesas de trabajo que discutieron en torno
a estos cuatro ejes, así como plenarias centrales, destacando la
profundidad de los análisis de los participantes y la contribución de
hombres y mujeres de Cherán, quienes relataron el proceso de toma de
conciencia colectiva que experimentan desde hace un año –impulsado, por
cierto, en un inicio por las mujeres– y del papel jugado por los
mecanismos antiguos de acción colectiva, como los barrios, ahora
resignificados, y por los nuevos, como el propio consejo, las comisiones
comunales, las fogatas y barricadas de autodefensa. Parafraseando al Che, se propuso “¡crear uno, dos, tres Cherán!”
La mesa articulatoria, al igual que durante el diálogo de San
Andrés, fue la de “Construcción de autonomías y alternativas de
organización”, en la que se destacaron las dificultades y trances de los
diferentes procesos autonómicos, aunque se constató que vale la pena
correr todos los riesgos necesarios para avanzar en la puesta en
práctica de alternativas a la desigualdad e injusticia que promueven los
estados y empresas capitalistas. Se enfatizó la pluralidad de los
ejercicios autonómicos, por lo que debe emplearse el plural del término:
las autonomías. Así, “es necesario entender las autonomías desde
nuestras localidades, comunidades, barrios y organizaciones y
proyectarlas hacia afuera”.
A partir de nuestras propias investigaciones sobre las prácticas
autonómicas en América Latina, coincidimos plenamente en la comprensión
de las autonomías –expresada en el Encuentro– como un proceso integral
que comprende múltiples dimensiones, como son la económica, la política,
la social y la cultural. “Es importante romper con las divisiones que
el mundo capitalista ha impuesto entre estos aspectos de la vida y
entender que no puede haber autonomía si ésta no comprende la realidad
social como un todo”. Por ello, las autonomías son procesos que
involucran no a elites o políticos “profesionales”, sino a todos y
todas, “desde una perspectiva colectiva”.
Las conclusiones sobre autonomías trascienden a las mismas e
identifican sus límites y grandes obstáculos: a) la realidad de la
explotación y dominación capitalistas; b) la guerra contra el pueblo,
contra jóvenes y mujeres; y c) el proceso de ocupación integral
imperialista de nuestros países a través de una clase trasnacionalizada.
Pese a ello, las autonomías son precisamente estrategias de resistencia
al capital tejidas por los pueblos desde un análisis autocrítico
constante, repensándolas y transformándolas, “aprendiendo de las demás
experiencias, acercándonos, conviviendo, solidarizándonos… pensamos que
nuestros procesos son importantes por sí mismos, pero se vuelven
trascendentes en la medida en que se encuentran con los otros”.
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