Presentan plan para combatir cambio climático en Jalisco
Cd. y Región •
5 Junio 2012 - 4:14am — Alejandra Valenciano
Académicos de la UdeG y UAG proponen evolucionar a una economía
de bajas emisiones. Jaliscienses creen que no contribuyen al deteriorio
climático, piensan es responsabilidad de otros.
Foto: Mariana Hernández
Guadalajara • Por su ubicación geográfica y
características de suelo, Jalisco es uno de los estados más vulnerables
al cambio climático. Además, en nuestra entidad las emisiones per cápita
de efecto invernadero están por encima del promedio nacional e incluso
mundial (anualmente cada jalisciense emite 7.5 toneladas de estos
contaminantes, provenientes principalmente del sector agrícola y
energético). Esto, sumado al deterioro de los bosques urbanos que fungen
como reguladores del ecosistema, hace urgente la implementación de
políticas públicas que mitiguen los efectos del cambio climático en el
estado, opinaron expertos al presentar los resultados preliminares del
Plan Estatal de Acción contra el Cambio Climático.
El proyecto, financiado por el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecytjal) fue elaborado por investigadores y estudiantes de las universidades de Guadalajara (UdeG) y Autónoma de Guadalajara (UAG), quienes trabajaron desde julio de 2011 en generar un diagnóstico de la situación ambiental de Jalisco (que no existía), para compararlo con otros indicadores de cambio climático, a fin de pronosticar los posibles escenarios futuros de la entidad y proponer estrategias de comunicación, educación y acción que disminuyan los efectos adversos de la contaminación.
Según el doctor Arturo Curiel Ballesteros, director del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas de la UdeG, un aspecto particular que afecta a la entidad y que debe cambiarse inmediatamente, es la errónea percepción de la ciudadanía respecto al tema, ya que de acuerdo con los resultados de su investigación, la mayoría de los jaliscienses no considera que esté contribuyendo al deterioro del medio ambiente y tampoco se sienten vulnerables a los efectos del cambio climático: “Creen que contribuye más su vecino, habitantes de otro municipio, estado o país; es decir, piensa que la responsabilidad está en otros”, por lo que tiene que fomentarse un cambio cultural y de hábitos cotidianos.
La propuesta central de la investigación es la transición hacia una economía de bajas emisiones de gases invernadero que, según explicó Alejandro Solís, subdirector del Centro de Energía Renovable de la UAG, implica cambiar la dinámica que sólo contempla el crecimiento demográfico y económico desmedido, al paradigma de bienestar económico y social que incluya la protección del medio ambiente. La principal vertiente de la estrategia tiene que ver con el ahorro energético, el cual se lograría incorporando en todos los sectores estándares productivos basados en eficiencia energética, pero, sobre todo, la adopción de fuentes alternas para generar electricidad.
Otro aspecto fundamental en la estrategia propuesta es el tema de la movilidad (sector de emisiones contaminantes en el que los ciudadanos están más involucrados), donde lo primero es desarrollar el transporte peatonal, lo que en consecuencia requeriría un reordenamiento urbano para que las distancias a recorrer sean más cortas, luego habría que fomentar la utilización de la bicicleta, construyendo infraestructura que incentive a la ciudadanía a realizar por este medio sus viajes de menos de diez kilómetros. También debe invertirse en el transporte masivo, a fin de reducir el consumo energético por kilómetro recorrido por habitante. Con esto, se invertiría la pirámide del modelo de transporte que actualmente sitúa al automóvil en el primer nivel.
Estos fueron apenas los resultados preliminares, los definitivos estarán listos en octubre o noviembre de este año para ser turnados a la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semades) la cual se encargará de gestionar los recursos y acciones para aplicar el plan de manera gradual a partir del año 2013.
Claves
Aspectos críticos
► La zona norte, costa y el área metropolitana de Guadalajara son los sitios de Jalisco más vulnerables al cambio climático, la primera a la sequía y las dos últimas a inundaciones.
► Desde 1993, Jalisco ha perdido más de medio millón de hectáreas de bosque y la reforestación es reducida respecto al daño que se causa al ecosistema.
► Cada jalisciense produce anualmente 7.5 toneladas de gases efecto invernadero, lo que supera al promedio nacional y mundial que se mantiene en 6.6 toneladas.
► Según la investigación, la mayoría de jaliscienses cree que no contribuye al cambio climático, tampoco se sienten vulnerables a sus efectos.
► Los sectores que más aportan a la emisión de gases efecto invernadero son: el agrícola, con 35 por ciento; silvicultura y uso de suelo, 28 por ciento; energético, 23 por ciento (66 por ciento de estas emisiones proviene del uso del transporte) y residuos, 9 por ciento.
El proyecto, financiado por el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecytjal) fue elaborado por investigadores y estudiantes de las universidades de Guadalajara (UdeG) y Autónoma de Guadalajara (UAG), quienes trabajaron desde julio de 2011 en generar un diagnóstico de la situación ambiental de Jalisco (que no existía), para compararlo con otros indicadores de cambio climático, a fin de pronosticar los posibles escenarios futuros de la entidad y proponer estrategias de comunicación, educación y acción que disminuyan los efectos adversos de la contaminación.
Según el doctor Arturo Curiel Ballesteros, director del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas de la UdeG, un aspecto particular que afecta a la entidad y que debe cambiarse inmediatamente, es la errónea percepción de la ciudadanía respecto al tema, ya que de acuerdo con los resultados de su investigación, la mayoría de los jaliscienses no considera que esté contribuyendo al deterioro del medio ambiente y tampoco se sienten vulnerables a los efectos del cambio climático: “Creen que contribuye más su vecino, habitantes de otro municipio, estado o país; es decir, piensa que la responsabilidad está en otros”, por lo que tiene que fomentarse un cambio cultural y de hábitos cotidianos.
La propuesta central de la investigación es la transición hacia una economía de bajas emisiones de gases invernadero que, según explicó Alejandro Solís, subdirector del Centro de Energía Renovable de la UAG, implica cambiar la dinámica que sólo contempla el crecimiento demográfico y económico desmedido, al paradigma de bienestar económico y social que incluya la protección del medio ambiente. La principal vertiente de la estrategia tiene que ver con el ahorro energético, el cual se lograría incorporando en todos los sectores estándares productivos basados en eficiencia energética, pero, sobre todo, la adopción de fuentes alternas para generar electricidad.
Otro aspecto fundamental en la estrategia propuesta es el tema de la movilidad (sector de emisiones contaminantes en el que los ciudadanos están más involucrados), donde lo primero es desarrollar el transporte peatonal, lo que en consecuencia requeriría un reordenamiento urbano para que las distancias a recorrer sean más cortas, luego habría que fomentar la utilización de la bicicleta, construyendo infraestructura que incentive a la ciudadanía a realizar por este medio sus viajes de menos de diez kilómetros. También debe invertirse en el transporte masivo, a fin de reducir el consumo energético por kilómetro recorrido por habitante. Con esto, se invertiría la pirámide del modelo de transporte que actualmente sitúa al automóvil en el primer nivel.
Estos fueron apenas los resultados preliminares, los definitivos estarán listos en octubre o noviembre de este año para ser turnados a la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semades) la cual se encargará de gestionar los recursos y acciones para aplicar el plan de manera gradual a partir del año 2013.
Claves
Aspectos críticos
► La zona norte, costa y el área metropolitana de Guadalajara son los sitios de Jalisco más vulnerables al cambio climático, la primera a la sequía y las dos últimas a inundaciones.
► Desde 1993, Jalisco ha perdido más de medio millón de hectáreas de bosque y la reforestación es reducida respecto al daño que se causa al ecosistema.
► Cada jalisciense produce anualmente 7.5 toneladas de gases efecto invernadero, lo que supera al promedio nacional y mundial que se mantiene en 6.6 toneladas.
► Según la investigación, la mayoría de jaliscienses cree que no contribuye al cambio climático, tampoco se sienten vulnerables a sus efectos.
► Los sectores que más aportan a la emisión de gases efecto invernadero son: el agrícola, con 35 por ciento; silvicultura y uso de suelo, 28 por ciento; energético, 23 por ciento (66 por ciento de estas emisiones proviene del uso del transporte) y residuos, 9 por ciento.
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